La zona roja avanza en la Bizkaia confinada y deja sin hostelería al 60% de la población

Buena prueba del acelerado ritmo de las infecciones es que ayer entraron de golpe 14 municipios en esa peligrosa 'zona roja'. Nunca hasta ahora el número había sido tan elevado en las revisiones que el Ejecutivo autónomo realiza todos los lunes y jueves. Pero, más preocupante que la cifra en sí misma, lo es el alto número de vizcaínos que se ven abocados a sufrir las consecuencias de vivir en esas localidades. La culpa la tiene la alta densidad de población que soportan muchos núcleos del territorio histórico y que facilita la capacidad de transmisión del virus. Solo así se explica que, aunque sólo sea uno de cada tres municipios vizcaínos los que pasan de los 500 casos, en ellos viven 705.916 personas afectadas, seis de cada diez de las que están censadas en la provincia.

Bilbao había sido el caso más impactante hasta el momento. Las limitaciones de la zona roja se le aplican a sus 350.184 residentes desde el pasado viernes, y el cerrojazo de la hostelería -que sólo puede mantener una mínima actividad mediante la venta de cafés y comida para llevar-, ha dejado sus calles prácticamente vacías este fin de semana. Es, además, la primera capital vasca que superaba una cifra maldita que, por desgracia, no para de crecer y se sitúa ya en los 670,46 casos. Aunque ha sido por poco tiempo porque Vitoria se encuentra desde ayer en la misma situación -547,79-, y San Sebastián presenta unos preocupantes 486,32.

Sin alcanzar la cifra de Bilbao, el número de nuevos afectados -correspondientes a las localidades que ayer entraron en 'zona roja'- también es relevante: 202.662 vizcaínos. Que se lo pregunten a los 77.770 getxotarras que tampoco podrán tomarse nada en una terraza. O a todos los clubes y centros escolares que tienen que suspender una vez más unos programas de deporte escolar que consideran fundamentales para el correcto desarrollo físico y psicológico de los menores. O a los 45.853 vecinos de Santurtzi, los 29.427 de Galdakao, los 15.665 de Mungia o a los de Ajangiz, Derio, Ortuella, Bakio, Gamiz-Fika, Kortezubi, Laukiz, Loiu y Maruri-Jatabe.

Mención especial merece la población de Arrigorriaga, que parece estar viviendo esta pandemia subida en una montaña rusa. Desde diciembre ha superado varias veces el límite, aunque la de ayer es la primera en la que sus habitantes no podrán sentarse en una terraza a tomar algo. En las otras ocasiones, al menos, no estaba vigente el actual confinamiento perimetral y, el que quería, podía pasar al municipio de al lado.

Es verdad que desde hoy también hay otros vecinos que se alegran de haber dejado el grupo de mayor riesgo en Bizkaia. Abanto, Artzentales, Murueta, Otxandio y Sondika. Pero hablamos de 16.366 vecinos en total, apenas un 8% de los que acaban de entrar en zona roja.

Todos los afectados esperan a partir de ahora que dejen de cumplirse los malos augurios y sí lo hagan las predicciones del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que ya la semana pasada apuntó que se podría estar alcanzado el pico de la tercera ola. Porque, de lo contrario, la situación pinta muy negra. En la antesala del nivel rojo están ya otros once municipios en un angustioso limbo naranja: Abanto (463), Barakaldo (471), Basauri (436), Erandio (450), Ermua (424), Etxebarri (340), Leioa (447), Portugalete (450), Sestao (381), Sopela (379) y Zalla (390). Entre todos ellos residen otros 331.653 vizcaínos con lo que, si la actual tendencia al alza se mantiene, en pocos días estaría afectada el 86,87% de la población.