Paso atrás de Euskadi en su aparente vuelta a la 'nueva normalidad'. Siguiendo la estela de buena parte de las comunidades autónomas, el Gobierno vasco optó este lunes por endurecer las restricciones en vigor para tratar de contener el «preocupante» avance del virus, que en ... el último mes ha recobrado virulencia coincidiendo con las fiestas navideñas y la flexibilización de las medidas impuestas hasta principios de diciembre.
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Era una decisión que se daba por hecha tras los últimos datos negativos de la evolución de la pandemia y el duro aviso lanzado por el lehendakari la pasada noche de Reyes. Su advertencia sobre la «extrema gravedad» de la situación actual se tradujo en un nuevo paquete de limitaciones sociales encaminadas directamente a contener las relaciones de ocio y cortar las líneas de contagio. Básicamente, se prohíbe de nuevo abandonar el territorio histórico de residencia y se establecen cierres perimetrales de aquellas localidades donde se detecten focos de gravedad.
Además, se mantienen sin cambios las medidas ya en vigor, como la imposibilidad de salir de Euskadi; el toque de queda entre las 22.00 y las 6.00 horas; el cierre de la hostelería a las ocho de la tarde y del comercio a las nueve; y el límite de seis personas en cualquier encuentro social.
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Con esta decisión, el Ejecutivo de Urkullu asume que la relajación de medidas acordada hace justo un mes para permitir la celebración de la Navidad ha echado por tierra los esfuerzos de meses atrás y ahora es necesario dar una nueva vuelta de tuerca a las limitaciones. La realidad es que de nuevo se está produciendo transmisión comunitaria del virus, y los equipos de rastreadores necesitan que los ciudadanos reduzcan al máximo sus interrelaciones para poder identificar a los contactos de los casos positivos y ordenar su aislamiento.
Las nuevas restricciones comenzarán a aplicarse este miércoles y estarán en vigor durante al menos 20 días, aunque será la evolución de los datos –sobre todo si es negativa– la que determine su periodo de vigencia. Aunque el sorpresivo aviso de Urkullu había desatado las especulaciones sobre la posibilidad de que el Ejecutivo volviera a decretar el cerrojazo general de la hostelería, el lehendakari y sus asesores han optado por mantener su actividad para evitar aún más perjuicios a un sector arrasado por la crisis y sólo poner en práctica lo que en su día él mismo calificó como acciones «quirúrgicas». Usar el bisturí en zonas muy concretas, las que peores datos tengan.
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De ahí la decisión de no recuperar el confinamiento perimetral de todos los municipios –como ya ocurrió en otoño– y limitarlo sólo a las localidades que estén en la 'zona roja' de contagios. A partir de ahora, el sistema de semáforo ideado por los técnicos del departamento de Salud para clasificar la evolución de los diferentes municipios no sólo se aplicará para el cierre de bares y restaurantes, sino que ampliará al cierre perimetral. Es decir, los vecinos de las localidades de más de 5.000 habitantes que superen el umbral de los 500 casos de incidencia acumulada deberán mantenerse dentro de sus límites municipales, sin permitirse la excepción de desplazarse a pueblos limítrofes para actividades no esenciales –compras, ocio, deporte...–. Respecto a los pueblos de menos 5.000 residentes que superen ese umbral de contagios, serán los técnicos de Osakidetza los encargados de evaluar cada contexto particular y ordenar, si lo consideraran oportuno, el confinamiento perimetral.
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JON GARAY
Esta medida busca evitar que vecinos que residen en zonas de alta incidencia de contagios puedan diseminar el virus por el entorno, sobre todo en los momentos de ocio. Por ello, el Gobierno vasco ha acordado también mantener la orden de cierre de la hostelería mientras la población permanezca en zona roja. El Ejecutivo revisará cada lunes y jueves la situación de cada localidad y actualizará la lista de los afectados por el blindaje. Esta medida se aplicará esta semana a partir de la publicación del listado el jueves y cualquier confinamiento entrará en vigor el viernes.
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Como ha ocurrido desde el inicio de la desescalada, todos los confinamientos perimetrales, en este caso los provinciales y los municipales de las localidades en 'zona roja', llevan aparejados una 'letra pequeña'. Los vecinos afectados sí podrán desplazarse por motivos laborales, médicos, de estudios, judiciales... y causas de fuerza mayor debidamente justificadas. En resumen, que podrán mantener su vida normal salvo en los momentos de asueto en los que, ahí sí, deberán respetar las nuevas disposiciones.
La duda es cómo se controlará su cumplimiento. Si la Ertzaintza, por ejemplo, establecerá controles en los accesos a los pueblos confinados. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que ayer fue la encargada de dar a conocer las nuevas restricciones, evitó concretar nada y una vez más apeló a la «responsabilidad» de los ciudadanos.
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Tras contemplar las aglomeraciones vividas en las últimas semanas en determinadas zonas comerciales y teniendo en cuenta que aún nos encontramos en periodo de rebajas, el Gobierno vasco también decidió reducir aún más el aforo de las tiendas. De esta manera, las que superen los 150 metros solo podrán tener disponible el 40% de su capacidad, mientras que las más pequeños tendrán el 60%.
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Dentro de las medidas presentadas por Sagardui, no obstante, no todo fueron 'recortes'. El deporte escolar, por ejemplo, regresa a Euskadi. Aunque sólo sea para entrenamientos en grupos burbuja de seis niños y siempre que el municipio no se encuentre confinado perimetralmente. En ningún caso se recuperarán las competiciones. Este movimiento del Gobierno vasco llega dos días después de que tres manifestaciones recorrieran las capitales vascas con miles de familias y trabajadores del sector para exigir la vuelta de la actividad física para los más pequeños, «discriminados» frente al deporte federado y los gimnasios de adultos.
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El Ejecutivo vasco confía en que este nuevo paquete de medidas sea suficiente para contener el virus y devolver a Euskadi a la senda de la buena evolución pandémica. El objetivo, según confesó Sagardui, es situar la incidencia acumulada por debajo de los 60 casos. Este lunes estaba en 305.
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