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MELCHOR SÁIZ-PARDO
Lunes, 15 de marzo 2021, 14:47
El Ministerio de Sanidad ha pasado en apenas cuatro días de plantearse extender la vacunación con la fórmula de AstraZeneca a mayores de 55 años, el límite establecido hasta ahora en España, a suspender de forma «inmediata y preventiva» la inoculación del antígeno ... británico a toda persona de cualquier edad. Durante los próximos quince días, como mínimo, no se inyectará ninguna dosis de ninguno de los lotes recibidos. El bloqueo afectaría a más de 760.000 vacunas ya distribuidas entre las autonomías pero que aún no han sido aplicadas, según los datos más recientes del ministerio.
El desencadenante de esta decisión, a la que el departamento que dirige Carolina Darias se ha resistido hasta el último momento, son los once «extraños» casos de trombos cerebrales detectados este fin de semana en España (un paciente), Alemania (seis) y Noruega (cuatro), y se adoptó esta drástica medida después de que Francia, Alemania e Italia frenaran ayer mismo las inoculaciones. Todo ello, a la espera de que el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que se reunirá este jueves con responsables del laboratorio británico, determine si estas embolias aparecidas entre los vacunados europeos están relacionadas con las inyecciones.
Sanidad decidió «pausar» la vacunación después de que el sábado tuviera noticia del primer caso de estas raras embolias en España: una «poco frecuente» trombosis «venosa cerebral» en los «senos venosos», acompañada de una «disminución de plaquetas» y una «activación de una coagulación irregular», tal y como lo explicó la directora de la Agencia Española del Medicamento, (AEM), María Jesús Lamas, que reveló que este paciente ha sobrevivido a esta crisis y mejora.
El cuadro conjunto descrito, «muy poco habitual», se repitió exactamente también el sábado en cuatro vacunados recientes en Alemania y otras tres personas más en Noruega que habían sido inmunizadas con AstraZeneca. Ayer mismo, otro nuevo caso en Noruega y dos más en Alemania hicieron definitivamente que España se uniera a los países que bloqueaban la vacunación.
Aun así, la propia Lamas pidió tranquilidad porque, según recordó, solo se han detectado una decena de estas extrañas trombosis cerebrales en la Unión Europea y tres casos más en Reino Unido, frente a los 17 millones de inoculados registrados entre los Veintisiete y Gran Bretaña.
No obstante, con este inquietante panorama, la propuesta de Sanidad de parar en seco la vacunación con AstraZeneca fue respaldada por unanimidad por las comunidades autónomas. Carolina Darias convocó la tarde de este lunes de urgencia y por videoconferencia al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y allí obtuvo la bendición sin titubeos de las consejerías. Las autonomías acordaron bloquear 'ipso facto' en sus almacenes las 760.966 dosis de los laboratorios británicos que todavía quedaban sin inocular. Las consejerías habían administrado hasta ayer 939.534 de los 1.700.500 inyectables que han llegado a España.
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El frenazo en la vacunación de AstraZeneca provoca un problema de calado: qué hacer con las personas que ya han recibido la primera dosis y que todavía no han tenido el segundo y preceptivo pinchazo, que son la inmensa mayoría, ya que solamente ocho ciudadanos en toda España han tenido las dos inyecciones. En Sanidad creen tener tiempo suficiente, porque el laboratorio da un margen de hasta 84 días para la segunda inoculación y para entonces se piensa que se habrá aclarado la situación.
La decisión de Sanidad de paralizar los pinchazos de AstraZeneca se produjo solo horas después de que los gobiernos de Berlín, París y Roma anunciaran que dejaban de inyectar la fórmula. Lo hacían tras escuchar las opiniones de sus propios expertos nacionales, al tiempo que desoían las recomendaciones de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que durante toda la pasada semana y todavía ayer defendió con fuerza que no hay evidencia científica de que las embolias tengan relación con las inoculaciones.
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El portazo de los tres grandes de la UE a AstraZeneca y su desprecio público a los criterios de la EMA cogió por sorpresa al Gobierno español, que a pesar de los preocupantes casos del fin de semana, hasta primera hora de ayer seguía determinado a seguir alineado con la posición de la Agencia Europea del Medicamento. El vértigo a quedarse casi sola hizo que Sanidad, en cuestión de minutos, se replanteara su posición de seguir vacunando hasta que el regulador lo desaconseje oficialmente. Así, hasta primera hora de la tarde no se llamó de urgencia a los consejeros para escenificar un giro de 180 grados de la posición mantenida con vigor durante la última semana, en la que incluso no se vio con buenos ojos que algunas comunidades retiraran preventivamente de sus almacenes el lote bajo sospecha sin siquiera consultar a la Administración central.
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Los capítulos de trombos registrados durante el fin de semana -explicaron responsables del Interterritorial- no son, sin embargo, idénticos al de la enfermera austriaca de 49 años que murió a principios de marzo tras ser inmunizada con AstraZeneca, al sufrir una crisis por «mala coagulación sanguínea». Ese primer deceso fue el que provocó que varios países -como la propia Austria, Estonia, Letonia, Lituania o Luxemburgo- suspendieran la vacunación con ese lote concreto, el ABV5300, de los laboratorios británicos, que en España fue distribuido la segunda semana de febrero entre las autonomías.
La situación ha dado un giro radical desde que el pasado viernes Carolina Darias lanzara un «mensaje de tranquilidad» sobre la fórmula de AstraZeneca contra el covid. «Es una vacuna segura, así lo dicen los organismos reguladores europeo y español», sostuvo la ministra de Sanidad en un intento de apagar el incendio que desde Europa ya había comenzado a propagarse por algunas comunidades autónomas. No en Euskadi, donde para esa fecha se había inyectado dicha profilaxis a casi 34.700 personas con toda «normalidad», según dijo el viceconsejero de Salud, José Luis Quintas. «Solo un 1%» notificaron una reacción adversa, y siempre «de carácter leve».
Tampoco en el resto del país, a diferencia de lo ocurrido este fin de semana, se había registrado ninguna afección grave que pudiera estar relacionada con la inoculación. Y sin embargo hasta media docena de comunidades decidieron bloquear varios miles de viales de la farmacéutica anglosueca. Eso sí, solo del lote ABV5300, distribuido a mediados de febrero y bajo sospecha desde la aparición de los primeros casos de trombos en Dinamarca, Austria e Italia.
Castilla y León, Andalucía, Cataluña, Asturias, Canarias y la Comunidad Valenciana apelaron al «principio de precaución» para, desmarcándose de las consignas del Gobierno central, imitar el paso que habían dado la víspera media docena de países europeos, entre ellos Austria, Letonia o Lituania. Para entonces, Dinamarca, Noruega e Islandia ya habían ido más lejos y bloqueado todos los lotes de AstraZeneca, como ahora España.
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