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silvia osorio
Lunes, 29 de noviembre 2021, 09:38
Euskadi se sitúa al borde de la emergencia sanitaria, que podría reactivarse antes de lo previsto. La descontrolada transmisión del virus y el aumento de la tensión hospitalaria y de los fallecimientos en las últimas horas asoman de nuevo a la comunidad a las restricciones. ... La cara más terrible de la crisis enseñó este lunes sus dientes. Las muertes se dispararon hasta los 18 fallecimientos en una semana, cifra tres veces más elevada que la registrada en los siete días precedentes, y las áreas de intensivos reportaron 47pacientes en UCI. Datos muy negativos contenidos en el informe de Osakidetza, que dibujan un panorama inquietante a las puertas del macro-puente y a escasas fechas del período navideño.
La sexta ola ha cogido impulso. Entre el 21 y el 28 de noviembre, el País Vasco ha diagnosticado 6.335 positivos, casi 2.300 más que la semana anterior, y la incidencia acumulada a catorce días se sitúa en 471 casos por cada 100.000 habitantes. En un mes, el nivel de propagación se ha multiplicado por seis. De hecho, se contabilizan varias jornadas por encima del millar de infecciones diarias, números que no se observaban desde los momentos más convulsos de la quinta oleada. El pasado viernes se detectaron 1.150, el récord en esta nueva acometida vírica.
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La mayor dispersión del virus conlleva un aumento del riesgo de afección crítica en los centros médicos. Y de defunciones. Las autoridades vascas notificaron este lunes la cifra más elevada desde finales de septiembre. A los 18 decesos por la acción directa del patógeno hay que añadir otros tres; ciudadanos que estaban contagiados pero cuya muerte es atribuida por Osakidetza a otras patologías. El 80% de las víctimas superaban los 70 años, y otras cuatro tenían entre 50 y 69.
El incremento de la mortalidad es efecto directo de la mayor presión asistencial sobre las UCI. El avance imparable del virus ha complicado la situación en los hospitales. Osakidetza dio cuenta de 16 enfermos más en intensivos que hace una semana y por encima de 200 en planta. Entre ellos, tres menores, aunque evolucionan «de manera favorable», según confirmó la propia consejera, Gotzone Sagardui.
Este tensionamiento ha obligado ya a priorizar recursos. La máxima responsable sanitaria recordó que, a lo largo de los últimos meses, el Servicio Vasco de Salud estaba tratando de paliar el atasco generado por los retrasos de las cirugías y pruebas no urgentes derivados de la pandemia. Esa actividad médica extraordinaria «se ha vuelto a ver ralentizada» por el incremento de ingresos y ya no se agendan intervenciones al ritmo habitual. En Gipuzkoa, por ejemplo, se han desprogramado los quirófanos de tarde.
En una entrevista en Radio Euskadi, Sagardui no descartó que el Gobierno vasco tenga que tomar medidas para contener los contagios antes de que las áreas de intensivos alcancen las 50 camas ocupadas por covid, el límite anunciado para reactivar la emergencia sanitaria. No obstante, explicó que esta frontera se estableció cuando otros parámetros, como la incidencia acumulada o las hospitalizaciones, se encontraban en índices más bajos. Ahora el panorama ha cambiado. «Si las hospitalizaciones alcanzan cifras importantes, obligarían a repensar la estrategia. La emergencia se podría decretar antes de que las UCI sumen 50 pacientes», destacó.
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Sagardui no soltó prenda sobre qué tipo de limitaciones se barajan, pero afirmó que «habrá que revisar todos los protocolos». Esto es, en hostelería, en los centros escolares o para los grandes eventos. «A todos nos gustaría vivir unas navidades más cercanas a las de antes de la crisis epidemiológica, pero los datos están ahí -advirtió-. La Navidad será lo que la naturaleza del virus permita».
«La situación es preocupante», ha insistido la consejera, que ha asegurado que «las señales son suficientes para que intentemos combatir este virus ya. No mañana, ya». La nota positiva del informe epidemiológico es que el RO, el índice que determina el número de contagios que provoca a su vez cada caso confirmado, ha retomado una dirección descendente. Se anota un 1,24. Se trata de la cifra más baja desde el 4 de noviembre, pero aún se mantiene por encima de 1, lo que indica que la pandemia continúa en fase ascendente y así es previsible que siga en los próximos días.
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Por otro lado, no ha dudado en realizar un llamamiento a padres de menores de 12 años para que vacunen a sus hijos. La semana pasada la EMA, la Agencia Europea del Medicamento, autorizó el suero de Pfizer para niños de entre 5 y 11 años, la franja de edad más castigada por los contagios en este último envite vírico. «Lo mismo que con otras vacunas tenemos confianza, invito a que así acojan a esta vacuna. Es importante vacunarles. Aunque generalmente no desarrollen la enfermedad grave, es importante que se les proteja», ha indicado.
Una campaña de inmunización que Sagardui no ha descartado que se produzca en plenas vacaciones navideñas de los escolares. «Podemos encontrarnos con que se encuentren de vacaciones y no esperaríamos», ha subrayado a la vez que ha confesado que su deseo sería finalizar la campaña «antes de que se reincorporen a las clases». Aunque se espera que las primeras remesas «lleguen a mediados de diciembre», el problema es que las comunidades todavía no conocen cuándo recibirán las dosis y cuántas llegarán. La consejera ha explicado que Osakidetza tiene «distintos planes en función de las vacunas que lleguen», pero ha evitado ofrecer detalles y adelantar si los pinchazos a los 143.000 menores vascos de 12 años tendrán lugar en los centros de salud o en los colegios. En conjunto, 286.680 personas ha recibido en Euskadi la tercera dosis de la vacuna, 24.690 más que el pasado jueves, de manera que se ha inoculado ya a más del 80% de los mayores de 80 años y a más de la mitad del colectivo de 70 a 79 años.
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De forma paralela, este lunes arranca la tercera ronda de vacunación a los sexagenarios y sanitarios de Osakidetza y continúa la inmunización contra la gripe. Según los datos aportados por la consejera, cerca de 430.000 vascos se han inoculado contra la influenza, un 30% más que en el último año precovid. Sagardui ha señalado que son «buenos datos» y ha animado a la ciudadanía a acudir a la llamada.
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