El virus inicia su repliegue tras dejar la cifra de muertes más alta desde marzo

Terry Basterra

Lunes, 18 de julio 2022, 12:50 | Actualizado 21:09h.

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La séptima ola comienza a dar muestras claras de retroceso en Euskadi, aunque lo hace con un importante coste de vidas humanas. 37 nuevas muertes, la cifra semanal más alta notificada por el Gobierno vasco desde mediados de marzo. A nivel de contagios, Osakidetza ha identificado en los últimos siete días 6.828 nuevos positivos, un 28,4% menos que los 9.531 registrados en los siete días precedentes. El País Vasco pone así fin a prácticamente un mes de incremento continuado de las infecciones, sin la necesidad de tener que adoptar medidas para contener la transmisión.

La segunda ola de ómicron, protagonizada por las subvariantes BA.4 y BA.5, se ha comportando de forma muy similar a la observada en otros países europeos. Portugal, por ejemplo, donde impactó antes. Su ascenso ha sido muy rápido, pero también más breve que el de anteriores acometidas de la pandemia. Este paso atrás en la expansión del virus se refleja en indicadores como la incidencia acumulada a catorce días en mayores de 60 años, uno de los pocos valores aún fiables para medir la actual situación epidémica, porque este es el único colectivo en el que las autoridades sanitarias siguen monitorizando de forma eficiente la covid-19. El lunes se situaba en 1.561 puntos, 93 menos que los computados el lunes anterior.

El freno a la velocidad de propagación del coronavirus comienza a dejarse notar también en los hospitales de la red pública. Todavía de forma tímida, pero se espera que esta tendencia sea más acusada en las próximas semanas. A primera hora de ayer, en las plantas permanecían ingresados 666 infectados, nueve menos que hace siete días.

Según datos a los que tuvo acceso este diario, cerca de la mitad de esas personas fueron hospitalizadas por otras patologías (traumatismos fuertes, operaciones quirúrgicas, partos...) y dieron positivo en el test protocolario de ingreso. Es lo que se conoce como ingresados 'con' covid, pacientes que ocupan una cama por un motivo sanitario diferente al propio virus. Los ingresados 'por' covid son aquellos que han acabado en un centro médico porque el patógeno les ha generado una neumonía bilateral o les ha descompensado alguna afección previa que padecen. Si no se hubiesen contagiado no habrían acabado en un hospital, mientras que los primeros lo habrían hecho independientemente de estar o no infectados por el SARS-CoV-2.

Por su parte, las UCI de Osakidetza atendían a 34 personas en estado crítico. Son dos más que hace una semana, pero se trata del menor incremento de enfermos covid muy graves registrado en estas unidades desde finales de junio. Una muestra clara de que la presión asistencial causada por la séptima ola se ha estabilizado y comienza a dar poco a poco muestras de remisión.

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Las que sin embargo han aumentado, y de forma importante, son las muertes. Osakidetza considera que el virus es la causa directa del fallecimiento de 37 pacientes a lo largo de la última semana, once más que los notificados en la precedente. Se trata de la cifra de defunciones más alta de los últimos cuatro meses. Hay que remontarse a la primera semana de marzo para encontrar un número mayor.

Entre los decesos notificados ayer por el Gobierno vasco se incluye el de un treintañero. Lo que no concreta la información oficial es si esta persona falleció 'por' o 'con' coronavirus. La previsión es que las muertes atribuidas al SARS-CoV-2 puedan aún mantenerse en una línea de alta incidencia en lo que resta del mes de julio, a tenor de cómo se ha comportado la enfermedad durante toda la pandemia. Y es que los fallecimientos constituyen el último de los indicadores que se ve afectado y alcanza su pico en cada ola del virus, pero también es el último que comienza a bajar.