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La falta de médicos de familia es el principal problema al que debe hacer frente Osakidetza. El diagnóstico no es nuevo. Lo repite desde hace ... meses el consejero de Salud, Alberto Martínez, y antes que él lo hizo su predecesora en el cargo. Pero la carencia se ha agudizado. Hasta el punto de que Martínez calificó de «grave, casi crítica» la situación actual en la Atención Primaria vasca por esa carencia de facultativos. Es por ello que el Departamento ha realizado diferentes propuestas al Ministerio de Sanidad -algunas directamente rechazadas desde Madrid- con el fin de dar con un tratamiento para solucionar este problema. O, al menos, ponerle un parche.
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En ese escenario de crisis por la falta de facultativos hay algunos aspectos que llaman la atención. Uno de ellos es el número de médicos vascos que realiza los trámites para trabajar en el extranjero. Para poder ejercer en otros países los galenos necesitan obtener un certificado de idoneidad que emite la Organización Médica Colegial (OMC). Pues bien, el pasado año fueron casi un centenar los sanitarios vascos que solicitaron este documento. En total, 41 de ellos estaban colegiados en Gipuzkoa, 40 en Bizkaia y 16 en Álava.
Una vez obtenido el certificado no tienen obligatoriamente que marcharse al extranjero. Pueden decidir quedarse en Euskadi. Pero si lo solicitan es evidente que barajan la posibilidad de hacer las maletas.
Por especialidades son precisamente los facultativos de familia los que piden un mayor número de certificados de idoneidad, tal y como recoge la información facilitada por la OMC. Algo que puede ser esperable porque es también la rama médica más numerosa, en cuanto a especialistas formados, pero también es la que tiene una mayor carencia de galenos. Faltan médicos de cabecera en Euskadi, pero también en otras comunidades y en Europa. Anestesistas, oftalmólogos, cirujanos y traumatólogos son, por este orden, los siguientes doctores que en un número mayor se marchan a ejercer a otros países.
El perfil de los facultativos que deciden hacer las maletas es el de una persona joven -menor de 40 años-, y preferentemente mujer. El 54% de quienes solicitaron este certificado eran féminas.
Los destinos predilectos para quienes emigran fuera de Euskadi están en Europa. Francia, Reino Unido e Irlanda son los países de destino más comunes, según la OMC. Fuera del Viejo Continente lugares como Emiratos Árabes Unidos ganan cada vez más peso entre quienes deciden marcharse al extranjero. Y también países como Camerún y otros territorios africanos siguen siendo lugares que reciben a facultativos formados en Osakidetza, aunque en este caso para llevar a cabo diferentes proyectos de colaboración.
Los motivos por los que estos médicos deciden dejar atrás su casa son diversos. Uno de ellos es la posibilidad de vivir una experiencia profesional en el extranjero. Otro, las atractivas ofertas laborales a las que pueden acceder y que llegan a los colegios de médicos españoles. Sin ir más lejos Irlanda ofrece a aquellos especialistas formados en España que se desplacen a trabajar a este país salarios que superan ampliamente lo que perciben en el Sistema Nacional de Salud. A un oncólogo que se anime a trabajar en Cork le pagará un salario de 11.000 euros netos al mes, mientras que a un pediatra que ocupe una de las plazas que se ofrecen en Dublín puede llegar a cobrar 12.000 euros netos mensuales.
Para aquellos que opten por una experiencia más lejana, Australia busca médicos de familia para ejercer en la zona occidental del país. El salario que percibirían oscila, al cambio, entre los 117.000 y los 151.000 euros anuales.
Kepa Urigoitia, presidente del Consejo de Colegios de Médicos del País Vasco, explica los factores que llevan a los galenos a decidir marcharse a otro país. «La gente ahora ha viajado, ha estado de Erasmus y tiene menos miedo a salir de aquí. Si a esto le sumas que cuando los médicos acaban sus once años de formación (grado, el MIR y la especialidad) se encuentran unas condiciones laborales pobres para la responsabilidad que tiene su trabajo, muchos optan por irse a lugares donde se les da un reconocimiento muy superior, tanto a nivel administrativo, como social y económico», explica. En algunos de estos países extranjeros se facilita, además, su promoción o que puedan acceder de forma más sencilla a formarse en otras especialidades médicas. El problema con la gente que se marcha, apunta Urigoitia, «es que luego ya no vuelven porque fuera tienen mejores condiciones».
Los centros sanitarios de Osakidetza vivieron ayer una mañana de cierto caos. La caída de Osabide, una de las herramientas informáticas que emplea el Servicio Vasco de Salud, obligó a cancelar citas y pruebas, además de generar retrasos en las consultas. Los sanitarios no podían acceder a la historia clínica de los pacientes, entre otra serie de inconvenientes. Pasadas las dos de la tarde Osakidetza dio por solucionada la avería. En un comunicado, Salud lamentó las molestias generadas a profesionales y pacientes y avanzó que «a la mayor brevedad se pondrá en contacto con las personas que han sufrido cancelaciones para asignarles una nueva cita».
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