Aforos al 100% en los estadios de fútbol de Euskadi

Este nuevo paso hacia la normalidad permitirá que San Mamés, Mendizorroza, Reale Arena, Ipurua, o Lezama llenen al completo sus gradas y que los jugadores sientan así el aliento de sus seguidores. De la misma forma, se podrá comer y beber siempre que se haga en el correspondiente asientod. Eso sí, el uso de la mascarilla será obligatoria al aire libre cuando no pueda mantenerse la distancia de seguridad.

Será el 23 de octubre, sábado, a las 21 horas. Ese día, San Mamés podrá volver a acoger al 100% de los aficionados del Athletic, después de que el LABI haya eliminado este martes por la tarde la mayor parte de las restricciones. El rival será el Villarreal, el mismo oponente con el que la escuadra bilbaína 'cerró' La Catedral antes de que la pandemia paralizase el mundo. El 1 de marzo de 2020, el Athletic tumbó al Villarreal con una diana de penalti de Raúl García. El virus ya estaba en Euskadi, y el siguiente duelo previsto en La Catedral, contra el Atlético, ya no se pudo disputar. Entonces, hubo 36.350 espectadores, un 68% de capacidad, más de lo que ha habido en estos últimos encuentros, con el límite fijado en un 60%. Marcelino y su tropa podrán contar con su gente el mismo día que se celebrará la asamblea, de forma presencial, en San Mamés. El campo rugirá de nuevo, a pleno pulmón, después de tres semanas de parón.

El Amorebieta, por su parte, tendrá a todos sus espectadores antes. El club de Iñigo Vélez de Mendizabal estará el sábado 16 de octubre con su gente. Será en un Lezama con plena capacidad, en un duelo contra el Cartagena que será fundamental en su carrera por la salvación.

Asimismo, también se ha abierto la mano en lo que a canchas de baloncesto, que podrán tener una capacidad del 80% en espacios con capacidad superior a 5.000 personas.

Buesa Arena 15.716 (80%): 12.572

Bilbao Arena 10.014 (80%): 8.011

Iradier Arena 10.625 (80%): 8.500

Ilunbe 10.000 (80%): 8.000

Hace menos de una semana el País Vasco se desmarcó de las medidas aprobadas por el Consejo Interterritorial de Sanidad, que establecía el 100% de aforo en los estadios de fútbol y hasta el 80% en el baloncesto profesional. Unas normas de las que se desmarcó el Ejecutivo de Iñigo Urkullu.