Un juez ordena a Lidl retirar todos sus robots de cocina por copiar la Thermomix

Finaliza así, de momento (a falta del probable recurso que interponga Lidl), la vertiente judicial de una batalla habitual en los foros de cocina: cuál de los robots es mejor que el otro y tiene mejores prestaciones y relación calidad-precio. A favor del aparato de Silvercrest hay un argumento inapelable, el precio: cuesta unos 350 euros frente a los 1.300 que hay que desembolsar por una Thermomix, que cuenta a su favor con un bagaje de 40 años en el mercado. El precio más asequible de Monsieur Cuisine hace que cada vez que Lidl lo saca a la venta (no tiene stock de forma permanente), el mercado se vuelva loco: hay quienes incluso han hecho noche frente al centro comercial para hacerse con una de las codiciadas unidades que se agotan en minutos.

La sentencia detalla que la cantidad de la indemnización a Vorwerk, titular de la patente de Thermomix, se fijará en la fase de ejecución del fallo, una vez este sea firme. La titular de la patente reclamó en el juicio una indemnización equivalente al 10% de las ventas de la máquina comercializada por la cadena de supermercados.

El juez ha estimado la demanda de Vorwerk contra Lidl por los derechos de la patente tras analizar los informes de peritos de ambas empresas. Lidl argumentó en su defensa que su producto no infringe los derechos de patente del demandante, y pidió al Juzgado anular la patente de Vorwerk porque considera que hay «falta de novedad» respecto a máquinas similares comercializadas antes. El juez, sin embargo, ha concluido que Monsieur Cuisine «reproduce todas y cada una de las características» de la patente de Vorwerk, por lo que se ha infringido la Ley de Patentes.

Lidl puede recurrir el fallo en apelación, pero «debe atender todos los extremos de la condena». Si no lo hace, Vorwerk puede pedir la ejecución provisional de la sentencia a falta de cuantificar las indemnizaciones por daños y perjuicios. La sentencia impone a Lidl la prohibición de importar, almacenar, ofrecer y comercializar suss robots de cocina. Deberá retirar del mercado todos las las unidades «que se encuentren en su poder y en el de sus distribuidores, así como todos los documentos comerciales, material publicitario y promocional u otros documentos en los que se reproduzca ese producto, incluido Internet», que deberá destruir; prohíbe, en adelante, importar, almacenar y vender la máquina, y deberá pagar las costas del juicio.

.