Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
d. Menor
Viernes, 15 de noviembre 2019, 00:12
El desastre que ha vivido Venecia esta semana, con dos muertos e innumerables daños materiales, podría haberse evitado. Lo mismo que otro episodio de 'agua alta' de octubre del año pasado que provocó daños en la basílica de San Marcos. Bastaba que se hubieran cumplido ... los plazos de construcción del sistema de diques planeados para evitar que crecidas superiores a 110 centímetros sobre el nivel habitual del mar pudieran entrar en la laguna véneta. Este faraónico proyecto, que ha costado 5.500 millones de euros, se conoce como Mose, acrónimo de 'Modulo sperimentale elettromeccanico' (Módulo experimental electromecánico) y que en italiano se escribe como Moisés, rememorando así al personaje bíblico que logró separar las aguas del mar Rojo. Fue el proyecto elegido después de años de debate y estudio tras la histórica inundación del 4 de noviembre de 1966, la peor jamás registrada, pues superó en siete centímetros a la de esta semana. El Moisés tendría que estar operativo desde 2016, pero si el último desastre no propicia un acelerón, no lo hará hasta 2022.
Estas obras han dado de comer a mucha gente en Italia, ya sea de forma legal o ilícita. Se calcula que los casos de corrupción ligados a su construcción, ya casi concluida, alcanzan los 250 millones de euros. En junio de 2014, la Guardia de Finanzas, la Policía financiera italiana, realizó una gran operación en la que fueron detenidas 35 personas por ser supuestamente partícipes de la red de corrupción surgida en torno a la obra. Entre los detenidos estaba la cúpula del sistema político local y regional, sin distinciones políticas: había tanto dirigentes del izquierdista Partido Democrático, entonces en el Gobierno con Matteo Renzi como primer ministro, como del derechista Forza Italia, la marca electoral de Silvio Berlusconi. Entre los implicados más importantes había auténticos pesos pesados, como el alcalde de Venecia de aquellos años, Giorgio Orsini, y el exgobernador regional del Véneto, Giancarlo Galan. El comportamiento criminal que se generó alrededor de las obras fue comparado por la Fiscalía con lo sucedido en 'Tangentopoli', el escándalo de corrupción que acabó fulminando a los principales partidos políticos italianos en los años 90.
Las obras del Moisés, hasta entonces en manos de la concesionaria Consorzio Venezia Nuova, fueron comisariadas por el Estado tras el escándalo de 2014. Le toca pues al actual Gobierno completar este proyecto de 78 diques móviles fijados sobre el fondo de las tres bocas que conectan la laguna veneciana con el mar Adriático.
Noticia Relacionada
Noticia Relacionada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.