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San Sebastián, Vitoria, Gernika, Bermeo, Lekeitio, Plentzia, Arrigorriaga, Santurtzi o Algorta son algunos de los lugares donde los agentes de la Ertzaintza y las policías municipales han tenido que acudir a disolver botellones y concentraciones masivas en las 'no fiestas' vascas. Estos incidentes y aglomeraciones ... han ensombrecido las fiestas del verano en Euskadi. Se ha visto casi de todo, desde recibimientos a botellazos a la Ertzaintza hasta saqueos de tiendas en la capital guipuzcoana.
San Sebastián volvió a convertirse este domingo en el epicentro de una ola de altercados que esta pasada madrugada superó cualquier previsión por la intensidad de los disturbios. De nuevo, con nutridos grupos de jóvenes como protagonistas de unos actos vandálicos que pusieron en jaque a la Ertzaintza. Esta vez, la violencia de algunos de ellos superó una línea roja más al arremeter contra varios comercios de la ciudad. La noche se saldó con una decena de detenidos, aunque no se descartan nuevos arrestos al estar aún abierta la investigación.
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Una noche más, decenas de jóvenes protagonizaron unos altercados que se iniciaron en la Parte Vieja cuando el dispositivo de vigilancia y control de las 'no fiestas' de la Ertzaintza trataba de dispersar el tumulto de personas que se habían concentrado en el barrio tras el cierre de los bares. Y, como si fuese ya parte de su rutina nocturna, los agentes fueron objetivo de numerosos ataques, con lanzamiento de botellas de vidrio y otros objetos contundentes, como alcantarillas, cuando intentaban hacer cumplir la normativa sanitaria. Tres ertzainas, según confirmaron fuentes de Seguridad, resultaron contusionados durante el enfrentamiento, aunque ninguno de ellos reviste gravedad.
El alcalde, Juan Mari Aburto, había llamado a mantener la prudencia. A respetar las medidas de prevención. Había pedido a los bilbaínos «precaución, responsabilidad y prudencia» porque «hay que respetar las medidas sanitarias y las distancias y no participar y evitar aglomeraciones». Porque el comportamiento de cada uno «no es neutro, tiene consecuencias, y de lo que hagamos cada uno puede depender la salud o la vida de otra persona, de un familiar y eso es una gran responsabilidad». Pero al final, lo que quería evitarse a toda costa en la ciudad se produjo. Si bien es cierto que sin incidentes como los ocurridos la madrugada del sábado en San Sebastián. Esa misma falta de disturbios se ha extendido también al resto de Bizkaia, según informa del Departamento de Seguridad.
Algunas calles en el Casco Viejo, como Barrenkale, se volvieron intransitables. Cientos de jóvenes celebraban las 'no fiestas' de pie, sin distancia de seguridad y sin mascarilla, aunque en realidad esta brillaba por su ausencia en toda la ciudad existiera o no distancia. En general, hubo mucha presencia policial, tanto de agentes municipales como de la Ertzaintza. La hostelería cerró a la una de la mañana, pero pese a ello, la calle siguió abarrotada.
Las 'no fiestas' de Gernika provocaron noche tras noche grandes aglomeraciones en las que no se respetaban las medidas de seguridad sanitarias. El sábado 14 de agosto, más de un millar de personas se juntaron en el centro de la villa foral para hacer botellón. Esta vez, muchos se reunieron en la zona del Auditorio, donde incluso se improvisó un concierto de música.
La sensación entre muchos vecinos es que el «descontrol» en las calles de Gernika por las 'no fiestas' fue a más con el paso de los días. Durante la noche del sábado 7, en la 'visperada', uno de los días grandes de las fiestas, las aglomeraciones se sucedieron hasta altas horas de la madrugada a pesar de que este año las celebraciones están suspendidas por la pandemia del Covid-19. Los policías se vieron por momentos desbordados ante la marea humana que tomó el centro de la localidad vizcaína, sin apenas poder intervenir para disolver a la multitud y se centraron en que las «no fiestas» no acabasen en graves incidentes.
En Bermeo, el sábado 14 de agosto, un grupo de personas lanzó botellas y vasos a ertzainas y policías locales. Tras las actuaciones musicales de varios grupos organizadas por la asociación de Txosnas, en torno a la una de la madrugada, algunos de los asistentes se quedaron por el parque y la zona de bares, según señalaron fuentes policiales. Además de vecinos del pueblo, este evento atrajo a grupos de jóvenes de San Sebastián y Pamplona. En el parque Lamera, situado en el centro de la localidad, se llegaron a juntar cerca de 200 personas.
La noche del sábado 8 en Lekeitio había transcurrido con normalidad hasta las 3.30 horas. En ese momento terminó el turno de la Policía Municipal, que solo había tenido que hacer pequeñas intervenciones sin relevancia. Pero a partir de esa hora la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa comenzó a recibir llamadas de vecinos alertando sobre un macrobotellón que se estaba produciendo en la zona de la playa. Hablaban de más de 200 personas bebiendo sin ningún tipo de control y sin respetar las medidas sanitarias para evitar contagios.
Vistos los antecedentes de este verano, los ertzainas decidieron pedir refuerzos y hasta la localidad costera se desplazaron tres furgonetas de la Brigada Móvil –algunas fuentes apuntan a que se movilizaron las unidades que estaban de guardia en Vitoria por si había altercados en las 'no fiestas' de La Blanca–. Las patrullas llegaron sobre las 4.30 horas a Lekeitio y cuando acudieron a la zona de la concentración fueron recibidas con el lanzamiento de botellas, vasos y «todo lo que tenían al alcance de la mano» los jóvenes. Parte de los presentes se marcharon sin causar más incidentes, pero un nutrido grupo se trasladó al centro de la localidad, donde los vecinos relatan «momentos de mucha tensión, carreras, botellas volando, pedradas, cargas...»
La noche del sábado se saldó sin detenciones ni heridos en Lekeitio, pero sí con relevantes daños al mobiliario urbano y con la confirmación de que una parte de la sociedad no asume la gravedad de la situación sanitaria.
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Plentzia ha sido uno de los lugares más conflictivos de Bizkaia en lo que va de verano. El pasado 18 de julio la Ertzaintza se vio obligada a intervenir para disolver un botellón en Plentzia. Según señalaron fuentes policiales a este periódico, en la quedada participaron «unas 400 personas». Hasta el lugar se desplazaron en un primer momento dos patrullas para tratar de disolver el amplio grupo. A su llegada, los agentes fueron recibidos con insultos y lanzamientos de varios objetivos, entre ellos, botellas, lo que les obligó a tener que pedir refuerzos. Al operativo se sumaron tres furgones de la Brigada Móvil, los antidisturbios.
Pero este no ha sido el único problema que ha registrado la localidad costera. Allí se han vivido bastantes momentos de tensión durante este verano, pero, quizá, el más grave fue la noche del 24 al 25 de julio. Aquel macrobotellón estuvo protagonizado por una impresionante batalla campal en la que participaron más de medio centenar de chavales. Afortunadamente los agentes no estuvieron inmiscuidos, pero muchos jóvenes sí. De hecho, uno de ellos tuvo que se atendido por sus amigos en una de las duchas de la playa para cortar la hemorragia que presentaba en la cara.
Ya con la noche cerrada y la hostelería bajando la persiana, decenas de jóvenes se descontrolaron la madrugada del 6 de julio en las no fiestas de la Virgen Blanca. Ocurrió en el Casco Viejo de la capital alavesa. Animados por unos músicos, olvidaron por unos minutos las restricciones para una pandemia que sigue sin ceder terreno. Al menos en el País Vasco.
Las imágenes captadas por vecinos en la 'Cuchi' muestran a varias decenas de jóvenes bailando, sin la mascarilla y sin guardar la distancia social en la calle Cuchillería. Al son de la música, esta concentración espontánea baila, brinca y se arremolina.
El pasado 25 de julio un grupo de jóvenes arrojó objetos contra los efectivos de la Ertzaintza en Villabona, en la Plaza Errebote y en la calle Nagusi. También cruzaron contenedores en distintos puntos del municipio e incluso llegaron a quemar alguno de ellos, por lo que los Bomberos se vieron obligados a intervenir. En torno a las cinco de la mañana un joven de 20 años fue detenido acusado de desórdenes públicos por participar en los disturbios, en los que dos agentes resultaron heridos y necesitaron de atención médica.
En las 'no fiestas' de Arrigorriaga cinco agentes de la Policía Municipal resultaron heridos de distinta consideración al disolver un botellón sobre las 2.45 horas de la madrugada en el que participaban «cientos» de personas, en el cruce de las calles Severo Ochoa y Paseo Urgoiti, según denunció ErNE.
Algunos participantes lanzaron botellas y piedras a los policías. Otros les agredieron a puñetazos en el intento de la patrulla por identificar y dispersar a los congregados. «Mientras estaba intentando inmovilizar a uno de los investigados, me rodeó un grupo de personas, me arrastraron por el suelo y me golpearon. Un compañero me tuvo que sacar de ahí», relató uno de los policías agredidos. Al término del altercado, dos agentes necesitaron intervención médica -uno, por haber recibido el golpe de una botella de cristal en la cabeza-.
En las 'no fiestas' de los Cármenes, en Santurtzi, la Brigada Móvil de la Ertzaintza fue movilizada para desalojar la zona de Itsasalde, donde se habían reunido grupos de jóvenes para beber. A la llegada de los agentes, cruzaron contenedores y arremetieron contra los agentes con insultos y lanzamiento de vidrios. La Policía Municipal practicó detenciones.
La Policía Local de Getxo intervino la noche del pasado 1 de mayo en la plaza San Nicolás de Algorta después de recibir un aviso sobre la presencia de un grupo numeroso de jóvenes. Eran las 21 horas cuando los agentes les llamaron la atención porque «no estaban respetando las medidas sanitarias» fijadas para combatir la expansión del Covid y, según la versión policial, «comenzaron a increparles». Los guardias urbanos pidieron apoyo a la Ertzaintza, que, al llegar al lugar, «fue recibida con el lanzamiento de botellas y varios objetos», según el Departamento de Seguridad.
Los ertzainas fijaron un cordón policial y «tres personas fueron propuestas para sanción por una falta de respeto e insultos hacia los agentes». Se vivieron momentos de tensión hasta que llegaron a la plaza más efectivos policiales. Con el apoyo de esos refuerzos -varias patrullas de la Ertzaintza y dos furgonetas de la Brigada Móvil-, lograron dispersar a los concentrados poco antes de las 22 horas. En los altercados resultaron heridos cuatro agentes, tres de ellos policías locales y un ertzaina.
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