La Generalitat valenciana descarta dimisiones por la gestión de la dana y evita la autocrítica

Lo cierto es que ni el presidente valenciano ni ninguno de los miembros de su Ejecutivo señalados en los últimos días por su papel durante las horas más críticas del pasado 29 de octubre tienen pensado dimitir. Ni la consellera de Justicia y responsable de las emergencias, Salomé Pradas, quien admitió que no tuvo conocimiento del sistema ES-Alert hasta las 20.00 horas de esa jornada, ni Nuria Montes, responsable de Turismo, que tuvo que pedir disculpas por unas polémicas declaraciones en las que anunció que se prohibiría el acceso de familiares a la morgue, van a renunciar a sus cargos.

Ni siquiera tras la multitudinaria manifestación de la tarde del sábado en la que, según la Delegación del Gobierno central, 130.000 personas pidieron la marcha inmediata del president de la Generalitat frente a la sede del Gobierno regional. Su Gabinete, por el contrario, trata de ganar oxígeno, una tarea poco sencilla en este escenario.

La vicepresidenta Susana Camarero, una de las pocas figuras del Ejecutivo autonómico que no ha sido señalada directamente por la falta de prevención y posterior gestión de la catástrofe, y que desde hace algunos días se ha puesto al frente de la comunicación -con el objetivo de dar un vuelco al relato e intentar reconducir el mensaje hacia la reconstrucción-, fue la encargada de dar ayer la cara. «El Gobierno -valenciano- ha actuado, ha trabajado desde el minuto uno de esta tragedia», dijo Camarero, quien evitó hacer autocrítica, adelantar cambios en su estructura, comentar la comida del presidente Mazón -admitió este viernes que el día de la dana almorzó con la periodista Mirabel Villaplana para ofrecerle la dirección de la televisión autonómica- o hablar sobre la actuación de la consejera de Emergencias.

Uno de los asuntos relevantes a los que sí hizo referencia la portavoz popular fue la manifestación del día anterior: «Comprendo el dolor, el sufrimiento, la impotencia de las personas afectadas. Ese dolor y frustración lo hacemos nuestro». La vicepresidenta lamentó asimismo la politización del dolor de las víctimas y que grupos violentos provocasen disturbios que dejaron una treintena de agentes heridos.

Un cierre de filas total en un Gabinete que se escuda en que Mazón dará las explicaciones pertinentes el jueves en el Parlamento autonómico. Algo que, precisamente, también lleva días esgrimiendo el PP nacional para recriminar a Pedro Sánchez que no informe sobre su responsabilidad en la tardía respuesta a los afectados.

En Génova, al igual que en el Ejecutivo valenciano, tienen claro el plan al que ceñirse: respaldar la «respuesta» del president de la Generalitat frente a la «inacción» de Moncloa y dejar para más adelante el debate sobre el futuro político de Mazón. La defensa del barón popular fue tibia e incluso inexistente en el arranque de la crisis y el hecho de que Alberto Núñez Feijóo exigiese a Moncloa decretar el estado de emergencia -lo que implicaba quitarle el mando- invitaba a pensar que al president se le daba ya por amortizado.

Pero los últimos días el respaldo a Mazón, sobre todo por parte de la dirección nacional del partido, siempre centrándose en la respuesta a la tragedia y no en los momentos previos, cuando son conscientes de que falló la prevención; ha ido en aumento.

El propio presidente del PP reunía a sus presidentes autonómicos por videoconferencia el viernes y dejaba claro que el objetivo pasa ahora por desviar la atención de Mazón. El líder gallego arremetió contra Moncloa y recordó que tanto la Confederación Hidrográfica del Júcar como la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), los organismos que informaron a la Generalitat, dependen del Gobierno, apuntando a Sánchez como principal responsable de no dar la voz de alarma a tiempo.

Juan Bravo, vicesecretario de Economía de los conservadores, lo dejó claro ayer en una comparecencia desde la sede del partido: «El PP está con los valencianos y con su presidente Mazón. Ha dado la cara en todo momento en la peor tragedia que ha vivido España». En la formación que lidera Feijóo son plenamente conscientes de que la tragedia en Valencia puede cambiar por completo el curso de la actual legislatura.