Así funciona la 'Mocro Maffia': el clan que amenazó de muerte a la princesa holandesa también opera en España

Su arresto fue un éxito de las autoridades españolas, que incluso dieron una rueda de prensa para contar los pormenores del proceso. La relevancia del detenido lo merecía porque la organización criminal que lidera no solo domina el mercado de la droga en Europa, sino que había amenazado con matar a la princesa de Holanda, Catalina Amalia de Orange. Con la mayoría de edad, la joven dejó la residencia familiar para irse a La Haya a estudiar Psicología, Políticas, Economía y Derecho, pero la emancipación le duró poco. La muchacha comenzó a recibir amenazas de muerte y tuvo que volver a la protección de la residencia real e incluso se refugió en España. Detrás de las intimidaciones estaba la 'Mocro Maffia'.

Son un clan temible con un curriculum extenso. Ejercen su dominio en el puerto de Rotterdan, el punto de entrada de la mayor parte de la droga que circula por Europa. Su especialidad es la cocaína, un monopolio que mantienen gracias a sus alianzas con la mafia albanesa, otro grupo especialmente truculento al que no tienen nada que envidiar.

En holandés 'Mocro' significa marroquí ya que inicialmente gran parte de sus componentes eran varones de entre 30 y 40 años nacidos en suelo europeo pero con origen en el país norte africano. Con el tiempo se han ido añadiendo antillanos o neerlandeses de toda la vida. Operan en Países Bajos, Bélgica y Suecia, son extremadamente violentos y carecen de miedo o respeto alguno por la ley o por quien la administra. Las autoridades europeas los califican como muy peligrosos.

Aunque inicialmente su ámbito de acción era el norte del viejo continente, poco han poco han ido extendiendo y diversificando el negocio. Además de estupefacientes, participan en el tráfico de armas y en negocios de contrabando varios, incluído el de personas. Se han confirmado sus conexiones con cárteles sudamericanos, del norte de África y hay quien hasta los vincula con Irán. Precisamente se señala a Karim Bouyakhrichan como el responsable de la 'internacionalización' del grupo.

España no está libre de su influencia. Como muchos ciudadanos de las latitudes más altas de Europa, algunos de sus narcos se dejan caer por la Costa del Sol, desde donde manejan sus negocios de drogas en la península. Aquí han entrado en guerra con otros clanes a los que han intentado o logrado eliminar en tiroteos o con coches bomba. Por ejemplo, en verano de 2018, estalló un vehículo cargado de explosivos en Puerto Banús. El objetivo eran los líderes de un grupo rival que lograron escapar, aunque perdieron 500 kilogramos de cocaína que volaron por los aires.

Desde este martes, Bouyakhrichan permanece en paradero desconocido. Su huida fue propiciada por una flagrante descoordinación institucional y se produjo poco antes de que fuera extraditado a Países Bajos, donde se la reclama por tráfico de drogas.