Euskadi acoge ya a 9 afganos que han huido de los talibanes

Nilofar representa todo lo que los talibanes odian. Su vida estaba en peligro. Su historia es una de tantas que está dejando la crisis de Afganistán. Ella ha tenido suerte. Ha podido escapar y acaba de instalarse en Bilbao, donde jugará en el Bidaideak junto a su marido, Ramish. «Estoy contenta. Estoy viva. Aquí en España tenemos futuro. Pero no podemos olvidar a todas las personas que siguen atrapadas en Afganistán», ha explicado.

Niofar es una de las refugiadas que el Gobierno español ha evacuado ya de Afganistán. Junto a ella llegaron en avión otras 109 personas. Denis Itxaso ha explicado que Euskadi cuenta en la actualidad con 515 plazas para acoger refugiados financiadas por el Gobierno central. Ahora mismo hay 160 libres. Pero el delegado del Gobierno ha insistido en que todas estas plazas no están destinadas exclusivamente a dar una segunda oportunidad a los afganos, ya que también hay personas de otras nacionalidades que también tienen que huir de sus países.

Itxaso ha insistido en que el caso de Nilofar ha servido para poner «cara y ojos» al drama humanitario que se está viviendo en Afganistán. Pero ha recordado que son «cientos y cientos» las personas que tratan de salir de allí. La mayoría carece «del perfil mediático» de Nilofar. En este sentido, ha destacado la importancia de la colaboración para crear «itinerarios» de salida seguros para estas personas.

Euskadi acoge ya a 9 afganos. Son sólo un puñado de las millones de víctimas que ha dejado ya la crisis de Afganistán. La directora de CEAR Euskadi, Patricia Barcena, ha explicado que ya han huido de allí unas 2,6 millones de personas. Unos 30.000 refugiados se escapan cada día. La mayoría lo hace hacia países cercanos, como Irán y Pakistán. «Esto no ha hecho más que empezar», ha advertido, al tiempo que ha hecho un llamamiento a «abrir las puertas» de los países a los refugiados.

Como ya explicó en la entrevista con EL CORREO, Nilofar ha advertido que los talibanes son «más peligrosos que hace 20 años». Sobre todo «para las mujeres y las niñas». Los integristas quieren borrarlas de la sociedad. No les dejan trabajar. No les dejan hacer deporte. No tienen derechos. «Es muy triste. Otros países avanzan. El nuestro sólo retrocede», ha sentenciado.