La Ertzaintza suprime el rescate en horario nocturno

La decisión se ha adoptado justo después de suavizarse el estado de alarma, ya que durante el confinamiento no se ofrecía este servicio porque todos los ciudadanos tenían prohibido salir a la calle a partir de las once de la noche. En la cuarentena, los miembros de la UVR, al igual que el resto de agentes de la Ertzaintza, vieron modificado su calendario de trabajo y hacían turnos de doce horas para no coincidir en los vestuarios ni en las entradas y salidas y minimizar así el riesgo de contagio. Por pura lógica, el horario nocturno quedaba así sin cubrir porque no era necesario.

La UVR está formada por los grupos de montaña, marítima, buceo y la unidad de helicópteros, que tiene su propio horario, de desde el amanecer al ocaso, ya que la aeronave no vuela por la noche.

En años anteriores, el Departamento de Seguridad ya había amagado con eliminar este servicio, aunque finalmente los responsables habían dado marcha atrás optando por otras vías menos drásticas. Desde 2016, entre las once y media de la noche y las seis de la mañana, quedaban sólo dos agentes operativos para afrontar posibles rescates. Antes, todo el grupo pasaba la noche en la base de Iurreta.

«En la práctica, cuando ha habido incidentes de espeleología o lo de Zaldibar, donde había unos trabajadores sepultados a los que había que buscar, nosotros mismos nos presentábamos en el sitio porque es un trabajo vocacional». Hace aproximadamente un año, un coche que bajaba de las sidrerías en Astigarraga con varios jóvenes en el interior cayó al río. En plena noche se movilizó a los buceadores. Sus cuerpos no fueron localizados hasta el día siguiente por la tarde. «Si hubiera ocurrido hoy, la búsqueda no habría comenzado hasta las seis de la mañana. La ventana de supervivencia de una persona en esas condiciones no dura más de 40 o 50 minutos. Pasado ese tiempo, las posibilidades de salvación son nulas. ¿Cómo hubieran quedado esas familias pensando que si hubieran llegado a tiempo hubieran podido rescatar a sus hijos?».

Además de los rescates técnicos en montaña, de escaladores en paredes, espeleólogos en cuevas, también se dedican, por ejemplo, a buscar a ancianos enfermos de alzhéimer que se desorientan. Y esto puede ocurrir a cualquier hora. «Hay casos en los que hay muertos por hipotermia al no haberles localizado a tiempo. No dar respuesta a una emergencia de noche es muy triste. Es una pérdida grande para el servicio público que no se justifica por motivos económicos», protesta otro rescatador.

Al conocerse hace unos cinco años los cambios horarios que planeaban realizar los responsables, en el seno de la unidad se produjo una estampida. Cerca de la mitad de los agentes presentaron su renuncia en cadena. Los rescatadores propusieron incluso mantener las jornadas de doce horas, como medida para reducir las horas extras y ampliar los necesarios entrenamientos, pero fue rechazada. «Creemos que el problema es que no tienen suficiente gente», creen los afectados.

El Departamento de Seguridad alega que con esta medida «se posibilita que se disponga de más personal operativo durante el día, cuando realmente más se necesita», y que los agentes disfruten «de más horas de entrenamiento». No obstante, la consejería que dirige Estefanía Beltrán de Heredia insiste en que «los servicios de seguridad pública de Euskadi cuentan con recursos suficientes para atender cualquier emergencia, se produzca cuando se produzca», en referencia a los Bomberos y otras entidades.

Desde el Departamento aclaran que «no se va a dejar de atender ninguna emergencia por el hecho de que no haya un retén nocturno permanente en la UVR de 0.00 a 6.00 horas». Y advierten de que «siempre que los incidentes lo requieran», es decir cuando se haya registrado antes de finalizar el turno, los ertzainas «prolongarán su jornada más allá de la medianoche con el personal y el tiempo necesario».