La FP vasca aspira a ofrecer formación en empresas a todos sus alumnos en 2026 y sumar 10.000 estudiantes más

En la presentación del proyecto, el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, y el viceconsejero Jorge Arévalo han mostrado la radiografía actual de la FP vasca. En el curso 2022/2023 hay 46.671 alumnos matriculados; de ellos, 11.449 lo hacen en el modelo dual en 7.542 empresas. Suponen el 25%, un porcentaje superior a la media europea (ronda el 22%) pero que el Gobierno vasco quiere aumentar considerablemente: al 50% el curso que viene; al 70% en el 2024-2025; y al 100% para 2026.

El términos absolutos, el objetivo para entonces es incrementar el número de estudiantes hasta superar los 55.000 y que todos ellos se formen en las empresas a la par que acaban sus estudios. Para ello, el Ejecutivo autonómico prevé atraer a 18.000 empresas más, hasta alcanzar las 25.000, para que puedan absorber a todo ese alumnado con el objetivo de darles formación integral. La empleabilidad plena es el otro gran reto (actualmente el índice está en el 85,6%).

Más allá de ese horizonte de 2026, los datos actuales muestran que apenas el 35% del alumnado son mujeres. Ese porcentaje baja hasta el 12% en el sector industrial y al 24% en sectores STEAM. Por contra, en el ámbito científico, especialmente en el sector de la salud, llega al 77%. En cuanto al modelo lingüístico, el 52% del alumnado estudia en los modelos B y D, porcentaje que se quiere elevar hasta el 60% para dentro de tres años. Además, los centros vascos están conectados con una red global de 47 países para impulsar la internacionalización de los estudiantes.

El gran reto para la FP es «identificar los ámbitos emergentes» y «anticiparse a los empleos del futuro», ha expuesto Bildarratz. Y, desde esa perspectiva, los avances tecnológicos son ineludibles. Adaptarse a ellos es crucial pero sin olvidar la perspectiva del «liderazgo humanista», por lo que la voluntad del Departamento es «combinar» la formación humana con la digital.

Esos cambios implicarán seguramente modificaciones en el currículum académico e incluso la creación de nuevos títulos, además de la necesidad de formar continuamente al profesorado. «La flexibilidad de nuestra FP es lo que permite adaptarnos a los cambios de la sociedad y anticiparnos a los mismos», ha afirmado el consejero.

Con ello en mente, a lo largo de este año, el Gobierno vasco va a implantar 70 espacios interactivos, otros 45 inmersivos y 15 laboratorios de ciberseguridad distribuidos en 38 centros de FP de Euskadi. El Ejecutivo quiere que para el final de legislatura, el año que viene, haya 70 centros que incorporen este tipo de aulas y que en 2030 el número llegue a 180.

Algunos ya cuentan con ellas, como el centro Miguel Altuna, en Bergara. Se trata de espacios en los que, gracias a la tecnología, los estudiantes pueden trabajar de forma conjunta aunque estén separados por cientos de kilómetros. Por su parte, en las aulas de inmersión, y gracias a herramientas como las gafas de realidad virtual, los alumnos pueden, por ejemplo, trabajar dentro, literalmente, de un aerogenerador, operar en red en torno a un coche... Las opciones son ilimitadas.

¿Cómo se va a financiar todo esto? El Gobierno vasco tiene previsto movilizar 538 millones de euros hasta 2026 aunque, ha recordado Bildarratz, «no partimos de cero». «El trabajo realizado por la FP vaca, puntera no solo a nivel del estado, sino a nivel europeo, desde los años 90 nos permite tener una base muy sólida que debemos seguir desarrollando», ha explicado.

Pese al paulatino trasvase de alumnos hacia la FP (cada año más jóvenes escogen este tipo de formación), todavía no se consigue llenar la oferta disponible. En ese sentido, Arévalo ha señalado que actualmente hay 4.000 plazas libres en la FP vasca. Teniendo en cuenta que la Unión Europea prevé que en el futuro cercano el 60% de todos los empleos -especialmente, aunque no solo, en la industria- provengan de la FP, es necesario un «esfuerzo conjunto» entre los centros educativos, las familias y las instituciones para que «quienes quieran estudiar en la FP, puedan hacerlo».

Por otro lado, Bildarratz ha calificado como «muy positivo» y «apropiado» el plan del Gobierno central para que los inmigrantes que superen la FP y tengan un contrato obtengan el permiso de residencia. «Es un salto cualitativo muy importante» para su integración sociolaboral, se ha congratulado.