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terry basterra
Domingo, 10 de noviembre 2019, 00:45
Tras años de negociaciones infructuosas, los tres últimos con el añadido de 29 jornadas de huelga, esta semana se presentaba como determinante para lograr un acuerdo que satisficiese los intereses de los trabajadores y acabar así de una vez por todas con el conflicto ... de la concertada. Las piezas estaban en su sitio. Las partes habían aceptado iniciar un proceso de negociación bajo la tutela del Consejo de Relaciones Laborales guiado por un mediador, Iñaki Vargas, convertido en pieza clave. Lo hacían además con una huelga en marcha y con la participación del Gobierno vasco en las negociaciones. Educación dijo en un principio que iba a adoptar el papel de «observador». Finalmente se ha visto que su implicación ha sido mucho mayor.
¿Y por qué se ha llegado a ese acuerdo ahora y no antes? Las claves son varias. La presión de las familias a los centros para que alcanzasen ya un pacto era cada vez mayor. Se negaban a que sus hijos perdiesen un mes de clase. Los sindicatos sabían que mantener los paros hasta el 5 de diciembre con la misma intensidad que los desarrollados esta semana -con un seguimiento relevante y corte del acceso a Bilbao por San Mamés y una posterior manifestación multitudinaria como gesto de fuerza- era casi una quimera. Pocos trabajadores tienen la capacidad de permitirse estar un mes sin sueldo -un profesor de secundaria perdía 120 euros por cada día que hacía huelga- y en algunos centros los docentes ya habían comunicado que el lunes irían a trabajar con normalidad, se mantuviese o no la huelga. Un ejemplo es el Avellaneda de Sodupe. En Gipuzkoa el seguimiento de los paros también había ido a la baja estos cursos.
Un tercer elemento clave que no debe pasar por alto son las elecciones de hoy. Para LAB, uno de los dos sindicatos -el otro es UGT- que aún no han suscrito el acuerdo, la cercanía de los comicios y que la negociación haya afrontado sus últimas jornadas en plena campaña electoral han sido vitales para la «implicación del Gobierno vasco» en las conversaciones. Algo que, le afea la central, no ha hecho en los tres años anteriores.
Lo que es un hecho es que en los últimos días los pasos que se han dado para acercar unas posiciones enquistadas han sido de gigante. Y se ha logrado porque por una vez había interés real de todos los implicados en arreglar de una vez el problema. No querían acabar la semana sin solucionarlo. Prueba de ello son las reuniones maratonianas de la noche del jueves y, sobre todo, la del viernes. Hasta pasada la medianoche no se logró cerrar un acuerdo. Hubo momentos en lo que incluso fuentes de la negociación reconocieron que se podía ir todo al traste. Al final no fue así. Todos cedieron y consiguieron firmar un pacto para renovar el convenio ya entrada la madrugada.
ELA, el sindicato mayoritario en la concertada y el que ha llevado la voz cantante en las negociaciones, recordaba ayer que el problema no era la falta de comunicación con la patronal, era la distancia de partida en los temas a tratar. Lo que comenzaron siendo puntos insalvables días atrás pasaron a ser cada vez más próximos hasta convertirse en asumibles por todos. La presión que soportaban a sus espaldas todos los agentes de la negociación fue decisiva también sin duda para que todos diesen, en parte, su brazo a torcer y alcanzar un acuerdo que en ELA celebraban ayer por su importancia.
No ha firmado el documento. LAB critica que el pacto de recolocación implica una «pérdida de derechos para los docentes»
Y eso que hay puntos en los que los sindicatos han cedido. Uno es la subida de sueldos. Se ha aprobado un aumento del 50% respecto a la demanda inicial para recuperar el poder adquisitivo de los docentes. CC OO, firmante del acuerdo junto a ELA y Steilas, detalla que esta reducción ha permitido lograr a cambio una mejora mayor en las condiciones laborales del primer ciclo de Infantil y en Educación Especial, los dos colectivos más precarizados del sector.
Pactar las prejubilaciones y recolocaciones de los docentes que pierdan su empleo por el cierre de aulas por la caída de la natalidad fue el principal escollo. Precisamente este punto es uno de los motivos que ha hecho a LAB no firmar el acuerdo. Lo consideran un «contrato relevo» que implica la «pérdida de derechos para los docentes». Critica además esta central una negociación en la que «ha participado ELA, Gobierno y patronal, mientras que el resto de sindicatos no hemos visto ninguna propuesta hasta el último momento. No hemos tenido opción de reunirnos en un marco común con las partes».
Miren Zubizarreta - Delegada de ELA en Educación
A Miren Zubizarreta, delegada de ELA en Educación, sus compañeros le reconocieron con una atronadora ovación en la sede sindical el mérito del acuerdo conseguido tras una larga y dura negociación.
- Se respira un ambiente de fiesta entre los compañeros. ¿Tan excepcional es el acuerdo logrado?
- Es un día de celebración. Hemos ratificado un acuerdo que es pionero y puede ser referencia para otros sectores. Todos los delegados compartimos que si hemos conseguido llegar hasta aquí no ha sido gracias al Consejo de Relaciones Laborales ni al mediador, se lo debemos a los 29 días que hemos estado en la calle y a las movilizaciones. Si hemos logrado firmar un buen acuerdo ha sido gracias a la huelga.
- ¿En qué han cedido los sindicatos?
- Hemos tenido planteamientos flexibles todo el rato. Lo que hemos logrado es que el documento dé respuesta a todas las reivindicaciones que hemos puesto encima de la mesa. Va suponer una mejora sustancial de las condiciones laborales de los trabajadores. Pero no solo eso. Va a revertir para bien en la calidad educativa que reciben los alumnos.
- ¿Qué papel ha jugado el Gobierno vasco en la negociación?
- Ha estado estos últimos días en el proceso de diálogo y ha apoyado, de alguna manera, medidas necesarias para que fuera posible concretar el tema de las recolocaciones. Se ha implicado también diciéndole a la patronal que había determinadas cuestiones que tenía que abordar.
- Durante estos años de conflicto les han acusado de querer acabar con la educación concertada.
- No es cierto y son acusaciones sin ninguna base. Lo único que hemos buscado es la mejora de las condiciones laborales en el sector. Si los trabajadores han salido a la calle ha sido para denunciar la situación en la que tenían que ejercer su profesión.
- ¿Y a las familias que les culpan de perjudicar la educación de sus hijos qué les dice?
- Los que están todos los días con los chavales son los docentes. Ellos ven de primera mano cómo afecta cada año el empeoramiento de las condiciones de trabajo a la calidad de la enseñanza que pueden dar. Esta pelea ha sido por lograr unas mejores condiciones laborales, que están estrechamente ligadas al derecho a la educación de los alumnos.
Iñaki Varas - Mediador
El papel del mediador ha sido fundamental. «Ha hecho su trabajo de manera impecable y ha contribuido de forma relevante» a la resolución del conflicto, incidió Tomás Arrieta, presidente del Consejo de Relaciones Laborales. Iñaki Varas se reunió por separado con cada una de las partes. Les preguntó hasta dónde eran capaces de llegar en cada uno de los puntos de negociación. Y al final consiguió su cometido en días.
Mikel Ormazabal - Director general Kristau Eskola
Mikel Ormazabal, director general de Kristau Eskola, respiraba ayer mucho más tranquilo.
- ¿Cómo valoran el preacuerdo?
- Estamos satisfechos. Era el objetivo que teníamos: lograr un acuerdo sí o sí. Hemos puesto todo por nuestra parte y creo que también ha habido voluntad por la parte sindical.
- ¿Cuál ha sido la clave?
- El trabajo del mediador ha sido extraordinario, excepcional. Hemos podido desatascar con él una situación de bloqueo absoluto. Una persona -Iñaki Varas- que además eligieron ellos y que junto al presidente del CRL, Tomás Arrieta, y Yolanda Zarandona han hecho un trabajo extraordinario. Sin su participación no sé si hubiéramos llegado al acuerdo. Luego hace falta voluntad de las partes, y la ha habido.
- ¿Este acuerdo pone las bases para que haya paz social en el sector a medio plazo? Pongamos 10 años.
- Nosotros queríamos firmar hasta el año 2023 y ELA ha querido que sea hasta 2021. Ahora lo que nos toca es reconstruir puentes. Superar situaciones de negatividad que se han dado en todos los colectivos. Tenemos dos años por delante para ese acercamiento y que las relaciones sean de otro estilo, basadas en una mirada común de la realidad de la concertada.
- Kristau Eskola asume las subidas económicas a los profesores, ¿cuánto ha aportado el Gobierno vasco?
- El gran apoyo del Gobierno vasco fue la apuesta que hizo en su momento para la recolocación y las prejubilaciones. Un proyecto que en un primer momento rechazaron todos los sindicatos. Las patronales, desde el principio y todos a una, dijimos que era bueno. Para los sueldos sabíamos que no podía poner. Pero ha facilitado la recolocación y jubilación y es una gran aportación.
- ¿Cuál ha sido el gran cambio en las últimas ofertas?
- No hay capítulos nuevos, sino esa voluntad que ha habido ahora en la parte sindical. Los elementos gordianos eran sueldos, jornada y carga de trabajo, recolocación y jubilación parcial. En los salarios se ha abandonado el maximalismo. Nosotros reivindicábamos ir al punto de encuentro de las dos miradas y así ha sido. Ese es el gran cambio.
- Las familias han pasado lo suyo.
- Sí. Hay que agradecerles la paciencia. Sentimos que el acuerdo no haya podido llegar antes. Gracias a todos ellos por su saber estar en estos momentos tan difíciles y de incertidumbre también para ellos.
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Xabier Garmendia | terry Basterra
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