Recolocación si hay cierre de aulas y mayor salario, claves para el fin de la huelga

El pacto alcanzado garantiza la recolocación de todos los colectivos laborales -profesores y administrativos- que pierdan su empleo como consecuencia del cierre de colegios y aulas debido al descenso de la natalidad. Esta medida está ligada a un acuerdo para facilitar la prejubilación parcial de la plantilla manteniendo una retribución del 75%. Aquellas vacantes que dejen los educadores que se jubilen serán ocupadas por los compañeros de otros centros que hayan perdido sus puestos por el cierre de sus colegios. Pero con la salvedad de que estos últimos se incorporarán con una jornada laboral del 100% y un contrato indefinido.

El de las recolocaciones ha sido el punto que más ha retrasado el acuerdo y en el que el Gobierno vasco más se ha implicado para facilitar una solución, de ahí la satisfacción que mostraba ayer a la salida de la reunión la viceconsejera de Administración y Servicios del Departamento de Educación, Olatz Garamendi, por que las conversaciones hayan llegado a buen puerto. Educación ya presentó el pasado marzo a sindicatos y patronal una propuesta para afrontar la estabilidad del profesorado en un futuro cercano, teniendo en cuenta el desplome de la natalidad.

Cuando el Ejecutivo vasco propuso esta medida no fue aceptada por las partes. Ahora se ha retomado la idea, aunque ha costado sacarla adelante porque patronal y sindicatos se trabaron en detalles importantes, entre ellos cómo se repartía entre el Gobierno vasco y la patronal el coste de las prejubilaciones. La labor de Iñaki Varas, mediador del Consejo Regulador de Relaciones Laborales, ha sido clave para cambiar la tónica de un conflicto que llevaba años enquistado.

A nivel salarial los trabajadores de la concertada recuperarán casi el 50% del poder adquisitivo perdido durante los diez añosque han estado sin convenio. Un aumento de sueldo que asumirán los colegios y que «no estará vinculado a la financiación pública», detalló la delegada sindical de ELA, que avanzó que antes de que acabe el año los docentes verán cómo su nómina «recupera el incremento del IPC más cuatro puntos». Los atrasos pendientes de los pasados ejercicios se les abonarán «a partir del próximo año».

En materia de cargas laborales, explicó Miren Zubizarreta, «pedíamos tiempo para preparar las clases y hacer seguimiento de los alumnos y se van a conceder tres horas semanales» a cada profesor para esa labor. También se van a reconocer hasta cuarenta horas anuales de trabajo que realizan en casa, que pasarán a computar como parte de la jornada laboral.

A su vez, la representación de los trabajadores ha logrado «importantes» mejoras laborales para dos de los colectivos más desfavorecidos de la concertada, como son el de las trabajadoras de Educación Especial y las del primer ciclo de Infantil. El acuerdo que pone fin a una huelga que ha mantenido como rehenes a los cerca de 100.000 alumnos que estudian en estos centros, muchos de ellos religiosos, y a sus familias, y que había sido convocada hasta el 5 de diciembre, garantiza que las profesionales de esos dos ámbitos, en su mayoría mujeres, «dejen atrás la precariedad», destacó Miren Zubizarreta.

El anuncio del acuerdo pasada la medianoche no hizo sino confirmar las buenas expectativas que a lo largo de la jornada habían expresado los protagonistas de las negociaciones, que en mayor o menor medida no escondían cierto grado de optimismo. El primero que se declaró confiado en una pronta resolución de las negociaciones fue el obispo de Bilbao. Mario Iceta aseguró ya por la mañana que la patronal de los centros le había trasladado que existía «un principio de acuerdo en la mayoría de los temas». «Sólo faltan dos flecos, la reubicación del profesorado en caso de cierre de centros y la jubilación parcial», incidió. Justo los dos asuntos que las partes consiguieron desbloquear ayer.