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La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, considera que el debate en torno a los modelos lingüísticos es «artificial» y «está superado». La razón es la « ... apuesta mayoritaria y libre de las familias» por el modelo de inmersión lingüística en euskera, que en Infantil acoge ya al 90% del alumnado, aproximadamente. El próximo curso, de hecho, sólo el 2,8% de las familias han optado por el modelo A. Pedrosa afirma que el nuevo marco normativo derivado de la ley educativa vasca aprobada en 2023 establece un «marco plurilingüe» en el que el euskera es el «eje» del sistema.
La consejera ha respondido de esta manera a la parlamentaria del PP, Muriel Larrea, que le preguntaba por la oferta lingüística en la educación vasca. Larrea ha señalado que los modelos «no reflejan la realidad sociolingüística de muchas zonas del País Vasco», ya que «no están adaptados a las necesidades lingüísticas específicas de cada una de ellas». Esto, a su juicio, «genera un desajuste entre la política educativa y la realidad sociolingüística de estas zonas que no están correctamente reflejadas en la oferta».
Pedrosa ha contestado diciendo que se trata de un debate «superadísimo» y que «cada alumno que estudia en euskera es un pequeño homenaje a quienes trabajaron por preservar nuestra lengua». «Euskadi es un referente en educación multilingüe y en preservar su identidad», ha añadido. También ha puesto el foco sobre la necesidad de contar con un marco «plurilingüe», ya que la composición del alumnado «es más diversa que nunca».
A este respecto, ha señalado que entre septiembre y marzo se han incorporado casi 8.000 nuevos alumnos al sistema educativa, la inmensa mayoría de ellos, extranjeros. Hace cuatro años fueron 3.000 en todo el curso. «Damos lo mejor para que esos estudiantes puedan acabar su trayectoria académica», ha indicado la consejera. «Nuestra responsabilidad es que sepan euskera y castellano». Sobre la lengua vasca, ha señalado que es «una llave y una oportunidad de futuro» para estos chavales.
En este punto, ha mencionado el programa de inmersión lingüística Eusle. Se trata de un proyecto implantado en la escuela pública dirigido a alumnado extranjero, que ingresan en aulas donde aprenden euskera durante unas horas al día. El objetivo es que alcancen un nivel suficiente para poder integrarse en la dinámica escolar. Tiene una duración máxima de tres años y está dirigido a estudiantes de entre 4º de Primaria y 2º de ESO.
En su último informe, el Consejo Escolar de Euskadi destaca las bondades de Eusle, sobre todo en el «aspecto emocional». «El alumnado está a gusto porque le ayuda a sentirse como uno más, estrecha vínculos con sus colegas y los que no tenían una lengua común han aprendido a comunicarse. Hablan mucho más en euskera y les ayuda a adquirir buenos hábitos de trabajo», afirma. En relación a las áreas y materias, «se observa mejora especialmente en el área de euskera y les ayuda en el resto de las áreas», continúa, aunque el órgano reconoce «mayor dificultad con el alumnado de ESO».
No obstante, el programa también tiene sombras. La más importante, la capacitación lingüística. Según el mencionado informe, de 503 alumnos que han participado en Eusle sólo 79 (el 15%) han acreditado un nivel A2, el segundo más básico. Entre los que han recibido la ayuda durante tres años, han superado ese nivel el 71,4%.
Los expertos de la OCDE, la entidad que organiza el informe PISA, señalan que, por lo general, cuando un alumno extranjero llega a un lugar, la escuela tiene dos años para que ese estudiante se sitúe al mismo nivel que los nativos o luego será «difícil» lograrlo. En Euskadi, en el mejor de los casos, los estudiantes que pasan por Eusle llegan a 2º de ESO con un nivel A2, lo que anticipa grandes problemas a la hora de seguir las clases en lengua vasca. En la última edición del informe PISA, los alumnos de origen extranjero que estudian en Euskadi obtuvieron los peores resultados de España, quitando Ceuta y Melilla, en todas las competencias analizadas.
La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, ha negado que el departamento haya «escondido ningún dato». Se ha referido así a las acusaciones del parlamentario de Sumar, Jon Hernández, de actuar con «opacidad, falta de transparencia» y de «manipular» los informes de las últimas pruebas de calidad de la enseñanza. Por primera vez, la consejería mezcló en su estudio los datos de dos evaluaciones distintas y además ofreció mucha menos información que en otras ocasiones (los informes suelen ocupar 130 páginas y el último apenas tiene 26). «Ocultan datos que muestran el fracaso de la política educativa del Gobierno vasco para evitar el control social y político», ha lanzado Hernández. «Nuestro compromiso con la mejora de los resultados es firme, no hemos escondido ningún dato», se ha defendido Pedrosa.
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