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pello zupiria
Viernes, 22 de mayo 2020, 00:53
Jesuitak Indautxu es uno de los centros que empezará a acoger alumnos el próximo lunes. Lo hará con los de Formación Profesional, mientras que los de Bachillerato y Cuarto de la ESO se reincorporarán de forma escalonada en las próximas semanas. Nada más entrar por ... la puerta principal de la calle Doctor Areilza, uno se encuentra una mesita con un bote de hidroalcohol, para evitar así que el virus campe a sus anchas al tocar cualquier superficie, aunque todas las puertas del interior están abiertas para impedir justamente ese contacto. En los pasillos más estrechos, un línea divisoria separa por dónde deben caminar los chavales. «Se les comunicará que se junten lo máximo posible a la pared de su mano derecha», explica el director del centro, Jorge Urrutia.
Según explica, el momento más critico será cuando se reincorporen los alumnos de Bachillerato, a partir del 1 de junio. Para estos estudiantes, la vuelta será voluntaria, excepto para los que hayan suspendido alguna evaluación. Los de Segundo, que se enfrentan a los exámenes de Selectividad los días 6,7 y 8 de julio, se les dará la oportunidad para que puedan hacer repasos.
Uno de los aspectos a tratar ha sido cómo distribuir a los chavales en los aulas para que se garantice un distanciamiento de seguridad mínimo. La solución ha sido reducir el número de pupitres a la mitad y preparar otras instalaciones para dar clase. «Las otras zonas se habilitarán de cara a la situación y las necesidades de cada momento», resume.
Por ejemplo, para la preparación de la Selectividad, el alumnado de Segundo utilizará las dos plantas de Bachillerato. También han acondicionado el pabellón deportivo para realizar ahí los exámenes ordinarios y extraordinarios de cada curso. Los encargados de estos preparativos han sido los trabajadores de mantenimiento. Llevan dos semanas sin parar, y calculan que han movido unos 700 pupitres con sus respectivas sillas. «Si hubiésemos abierto este lunes, no hubiésemos llegado», comentan.
También determinantes serán la limpieza y la desinfección diarias. El gerente, Alfonso Tejedor, ultima los detalles con las empleadas. «Cuadrar todo es muy complicado. Cada semana cambiarán los horarios y las zonas», declara.
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