Arranca la huelga de un mes que dejará sin colegio a 107.000 alumnos

La cita en la sede del Consejo, convocada a las cinco de la tarde por el abogado, se retrasó dos horas y cuando ya estaba programada de forma oficial a las siete, se demoró una hora más a causa de las conversaciones que estaban manteniendo desde la mañana ELA y los responsables de los colegios religiosos.

Varas, los negociadores del Gobierno vasco y el resto de sindicatos en lucha –LAB, Steilas y CC OO y UGT, que rechaza hacer más paros después de las 27 jornadas sin clase de los dos últimos cursos–, esperaron durante una hora a que llegaran Kristau Eskola y ELA. Tras conversar con ellos, el mediador suspendió la reunión al comprobar que no tenía sentido celebrarla cuando los dos principales protagonistas de este largo conflicto laboral habían retomado el diálogo por su cuenta.

«Es una vergüenza que se pida la intervención de un mediador y se reúna la patronal y ELA por su parte», criticó la portavoz de UGT, que censuró «el oscurantismo y falta de transparencia» con la que se están llevando a cabo las negociaciones.

Según explicó ayer el director de Kristau Eskola, Mikel Ormazabal, en el encuentro con ELA se habían producido «avances en cinco puntos de la negociación», por lo que dijo que se sentía «optimista». Las centrales exigían una nueva oferta laboral que respondiera a sus reivindicaciones. Las líneas rojas eran el incremento de sueldo por encima del que marca el Gobierno vasco para los funcionarios con el fin de recuperar el poder adquisitivo perdido en diez años sin convenio, la recolocación de los trabajadores que se queden sin empleo por la caída de la natalidad y la rebaja de las cargas de trabajo.

Kristau Eskola hizo su última propuesta a los representantes de los trabajadores el pasado mayo y les adelantó que era la máxima oferta de mejoras laborales que podía hacerles con los recursos de que disponía su sector. Advirtió de que para hacer frente a las reivindicaciones que pedían los trabajadores necesitaba la intervención del Gobierno vasco con el fin de que elevara la financiación pública del sector. El Gobierno vasco rechazó desde un principio poner más dinero, aunque sí llevó a la mesa de diálogo un plan de recolocación de profesores en paro y de jubilaciones.

Kristau Eskola y ELA se reunirán este jueves para fijar un nuevo calendario de encuentros, pero ya con los paros iniciados en los colegios de iniciativa social. La huelga afectará a cerca de 107.000 alumnos de las etapas de Infantil, Primaria ESO, Bachillerato y Formación Profesional de los colegios religiosos de Kristau Eskola –son 128, la mayoría–, los centros diocesanos y los independientes de AIZE. En total, suman una plantilla cercana a los 10.000 trabajadores, entre docentes y empleados de administración y servicios.

La huelga supondría en la práctica la pérdida de 21 días lectivos, hasta el próximo 5 de diciembre, pero fuentes de la negociación indicaron ayer que podría desconvocarse para la próxima semana si avanzan los contactos. El año pasado el seguimiento de los paros fue perdiendo fuerza a medida que se sumaban las jornadas de lucha. Pero las consecuencias de las huelgas se dejaron notar tanto en el aprendizaje de los alumnos como en la tensión entre los profesores y el deterioro en la relación de docentes y colegios con las familias.