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Los padres de los más de 100.000 alumnos afectados por el conflicto laboral en la escuela concertada están hastiados y decepcionados porque no se ha impedido el arranque de la huelga. Vivieron este miércoles con incertidumbre las últimas horas del día, mientras tenía lugar ... la reunión que el mediador Iñaki Varas solicitó 'in extremis' con los sindicatos, la patronal y el Gobierno vasco para evitarla. Aitor Mujika, presidente de la federación de asociaciones de padres de centros diocesanos, reconoció estar molesto tras el fracaso de la cita para impedir la movilización que durará, en principio y si no hay acuerdo, hasta el 5 de diciembre, pero deseó que las nuevas conversaciones que se entablen entre las partes lleguen a buen puerto y que las protestas terminen cuanto antes. «Puede haber esperanza», dijo, tras entablar varios contactos con las partes. Eso sí, la convocatoria de huelga que arranca este jueves «es un despropósito. A quien fastidian es a los padres y a sus hijos, porque la patronal puede perder clientela a largo plazo, pero yo no puedo cambiar a mis hijos de colegio. Nos parece vergonzoso que se esté jugando de esta forma», agregó.
«Las familias somos las grandes perjudicadas. Somos paganos, rehenes y monedas de cambio, las que nos llevamos los palos en este tira y afloja», dijo. Myriam González, portavoz de la Federación Católica de Padres de Familias y de Alumnos de Bizkaia FECAPP, también se mostró ayer «decepcionada» por que no se haya desconvocado la movilización tras la cita de este miércoles. «La responsabilidad que caía sobre sus hombros les supera», expuso.
«Es indignante que vaya a permitirse que se de inicio a esta huelga. Se perderán horas lectivas que son irrecuperables, porque lo son, todas y cada una de ellas. Van a causar un transtorno muy importante a los alumnos. Los niños van a perder materia», censuró. González también criticó que los servicios mínimos establecidos por el Gobierno vasco tampoco «garantizan el derecho a la educación». «No están pensando en la educación de nuestros hijos, no les importa para nada, y eso molesta», criticó Izaskun Fernández, portavoz de las AMPAs, que también mostró su disconformidad con lo que consideró un «fracaso». «Estamos muy descontentos. Han tenido diez años para negociar, los contactos se han intensificado este ultimo año y hasta ahora, solo hemos visto ineptitud». Ambas expresaron su deseo de que fructifique la negociación «por el bien de nuestros hijos».
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