Euskadi es, tras Cataluña, la comunidad que más segrega al alumnado de origen extranjero

Es uno de los múltiples datos que puso ayer sobre la mesa Lucas Gortazar, responsable de Educación de EsadeEcPol, en unas jornadas sobre equidad educativa organizadas por el Ararteko en el marco de los cursos de verano de la UPV/EHU. Según datos del informe PISA 2022, Euskadi se mantiene a la cabeza del país en segregación escolar. Es un dato «que nos debe preocupar y que nos debe mantener atentos en los próximos años», señaló Gortazar.

El asunto de la segregación escolar lleva años instalado en el debate público vasco. Precisamente por ello, el Departamento de Educación se puso manos a la obra y ya comenzó hace más de un año a introducir medidas para corregir la situación. La más conocida, por el impacto que tuvo en las familias, fue la reserva de plazas para alumnado vulnerable. Son iniciativas que Gortazar alaba por «valientes», pero que, en su opinión, deben venir acompañadas de otras para ayudar a redirigir el rumbo de un sistema que, si bien «garantiza el acceso y las oportunidades» para todos gracias, entre otras cosas, a la mayor inversión por alumno de España, está «cerca del estado de emergencia educativa».

El investigador expuso una serie de cifras para contextualizar una cuestión «que no es sólo educativa, sino también social, económica...». Empezando por la caída de la natalidad. Desde el año 2008, los nacimientos en Euskadi se han desplomado un 37%, lo que provocará una caída de la matrícula de un 20% en Primaria y de un 30% en la ESO en la próxima década. Esto obligará a cerrar «entre un 10 y un 20%» de los centros educativos para optimizar recursos. Es algo que ya ha sucedido en países del Este de Europa. Allá donde no se ha hecho de manera ordenada y liderada por la Administración, se ha generado «bronca social».

La lengua de aprendizaje también es otro punto a debatir. Hace diez años, el modelo D matriculaba al 57% del alumnado de la ESO; hoy, supera el 70%. La extensión de la inmersión lingüística ha tenido «un impacto negativo» al acoger a una población en ocasiones muy alejada del euskera. Por eso, Gortazar aboga por «replantearse» el marco lingüístico y buscar «alternativas más eficaces» para aprender euskera y otras materias.

Este factor podría explicar, en parte, el enorme retroceso en el rendimiento académico de los alumnos, que no es homogéneo. En la última década los resultados en PISA de los alumnos más aventajados han caído menos que los de los peores estudiantes. A juicio del experto, las pantallas -con sus derivadas: problemas de salud mental, alteración en el sueño, pérdida de la atención...- también habrían influido.

El investigador lanzó otras propuestas con vistas a mejorar la calidad del sistema. Entre ellas, romper definitivamente con el modelo tradicional memorístico en favor de un sistema más competencial, como marca la Lomloe; introducir instrumentos para «supervisar» la práctica docente y mejorar la formación de los profesores; recuperar el refuerzo en Matemáticas y Lectoescritura en Primaria; impulsar «proyectos de rescate educativo» en zonas prioritarias; reducir las horas de clase y las vacaciones de verano -«tanto parón, once semanas, afecta a la equidad», dijo-; implantar la jornada partida en los institutos; o dar «incentivos» para que los mejores profesores vayan a los centros más vulnerables.