Conflicto en el transporte escolar vasco: «La situación puede aguantarse unos días pero de seguido es problemático»

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Iñigo Fernández de Lucio

Yolanda Fernández es vecina de La Ribera de Deusto. Su hija, de cinco años, estudia en la ikastola de Deusto, un centro público. Está a veinte minutos andando, por lo que utiliza el servicio de autobús. El vehículo traslada a 16 alumnos de la zona que se suben en tres paradas diferentes. Fernández tuvo que levantarse ayer antes que de costumbre para poder acompañar a su pequeña en autobús de línea, ya que no conduce. Por la frecuencia de la línea, llegaron veinticinco minutos antes al colegio. Luego una amiga le tuvo que llevar a ella al trabajo para poder cumplir su horario y no demorarse. Explica que el resto de padres se organizan «como pueden» a través de un grupo de Whatsapp. «Uno dice que tiene dos huecos libres y así vamos 'encajando' a los niños. Esto un día o dos lo podemos hacer, pero de seguido es problemático».

Como Yolanda, miles de familias han tenido que hacer malabares estos dos primeros días. La incertidumbre es absoluta ante lo que pueda suceder el lunes. Los responsables de más de una decena de centros públicos vizcaínos contactados por este periódico afirman no tener «ni idea» de lo que puede suceder la semana que viene y van informando a las familias sobre la marcha. La situación afecta sobre todo a colegios situados en municipios extensos, como Gorliz, Plentzia, Amorebieta y Getxo, entre otros, cuyo alumnado vive en la misma localidad pero a más de dos kilómetros del centro o en municipios adyacentes sin colegio.