Euskadi recupera el tirón de la Formación Profesional con 3.000 nuevos alumnos

El número de inscripciones se va a triplicar respecto a años precedentes. Y aunque el periodo de matrícula permanecerá abierto hasta octubre, ya se han roto todos los récords. Se traduce en que a partir de otoño empezarán su formación casi 3.000 nuevos alumnos en los centros de FP. Un «pico» que ha sorprendido hasta a los propios responsables del Departamento de Educación. «Veremos si es cosa de un año o marca una tendencia», dijo ayer el consejero Jokin Bildarratz durante su comparecencia en el Parlamento vasco para hacer balance del curso que acaba de terminar y, de paso, mirar al siguiente.

En plena sangría demográfica, con buena parte de los centros de Primaria y Secundaria abocados a hacer ajustes de personal más pronto que tarde, la Formación Profesional aparece como el contrapunto. El bajón de la natalidad acabará afectando, pero lo cierto es que ahora mismo se están llenando las aulas. «La FP era una opción de segunda para los que no podían ir a la universidad, que era considerada por las familias como el ascensor social, pero ya no».

La frase la pronunció el año pasado, en una entrevista concedida a este periódico, Clara Sanz, secretaria general de FP del Ministerio de Educación, que tiene el modelo vasco y su arraigo como guía absolutamente reconocida. Formar especialistas a la medida de las necesidades de las empresas, tal y como vienen reclamando las patronales desde hace años para garantizarse el relevo generacional, sitúa la empleabilidad de la FP en cifras muy altas. El 85,6% de los estudiantes encuentra trabajo al acabar su aprendizaje. Siete de cada diez antes de seis meses. Los grados superiores también abren la puerta de la universidad.

El pasado febrero el Gobierno vasco presentó su nueva hoja de ruta para la FP. Educación se ha fijado el horizonte de 2026 para alcanzar la cifra de 55.000 estudiantes y para lograr que todo el alumnado se sumerja en la formación dual, que combina los estudios en clase con el aprendizaje en empresas, en las que pueden llegar a cumplir entre 800 y 1.300 horas lectivas. Lo habitual es que quien alcanza el tope acabe quedándose en la firma o recale en otra similar.

Durante el curso recién finalizado 11.000 de los 46.000 estudiantes de Formación Profesional en Euskadi han optado por la opción dual, que supone pasar un mayor número de horas en contacto con el entorno profesional, más de 1.300.

Bildarratz desveló ayer que el número de matriculados en la formación dual crecerá en otoño un 100%, por lo que el número de alumnos que irán y vendrán del aula a las empresas llegará a 22.000. Casi la mitad del total. En el curso 24-25 se espera llegar al 70% y al total de las matriculados el siguiente.

El incremento viene provocado por dos medidas. La primera es que una reforma legal del Ministerio de Educación obliga ya a compatibilizar teoría y prácticas en empresas a todo el alumnado que empiece su formación. La segunda es la amplia red empresarial que colabora ya con el Ejecutivo autonómico para formar a los matriculados en las diferentes ramas de FP. Permite que el contacto con la vida laboral se extienda desde hace años a los últimos cursos, pese a que la normativa nacional aún no obliga. El Departamento de Educación ha atraído ya a 13.000 firmas al entramado y aspira a llegar a 25.000 en tres años.

La gran asignatura pendiente de la FP es la del género. A diferencia de lo que ocurre con los estudios universitarios, apenas el 35% del alumnado que se decanta por la Formación Profesional son mujeres, aunque en la rama científica el porcentaje se eleva hasta el 77%.