Comercio y hostelería prevén una mejora del negocio pero no ven el final del túnel

Entre los empresarios, sin embargo, predomina la cautela. «Somos optimistas, pero perdura la incertidumbre, que es lo que más afecta a nuestro negocio», explica Álvaro Díaz, presidente de la asociación hotelera Destino Bilbao. «Hay que ser prudentes, pero las perspectivas son buenas porque el aumento del tránsito de personas frente a los escaparates es positivo», concuerda Estíbaliz Tello, presidenta de la asociación comercial Euskomer.

«Me preocupa la capacidad de consumo de la gente. Muchos temen por el empleo y destinan su dinero a lo esencial. El Banco de España ya ha advertido de que está aumentando el ahorro precisamente por eso. Para reactivar el consumo necesitamos estabilidad y confianza», analiza Pedro Campo, presidente de CECOBI.

El gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, también es precavido, porque la normalidad todavía está lejos de llegar a bares y restaurantes, obligados a cerrar a las diez de la noche: «El levantamiento de los cierres perimetrales es una buena noticia, sobre todo para localidades pequeñas y para el sector de los banquetes, pero los aforos se mantienen restringidos, las barras están cerradas, y creemos que las medidas deberían haber sido más permisivas», afirma.

Sánchez ve muy lejos la recuperación «porque muchos negocios están en una situación muy complicada y con estas restricciones todavía no pueden ser rentables». Para ayudar a eso último, tanto Sánchez como Campo inciden en la necesidad de diseñar nuevas ayudas.

En cualquier caso, la recuperación de una movilidad sin cortapisas es, sin duda, una buena noticia para el turismo -de momento nacional- y los hoteles. De hecho, Díaz cree que la ocupación crecerá en torno a un 20% en las próximas semanas. «Otros destinos de España tendrán un comportamiento mejor. Nosotros no vamos a llegar a números buenos todavía porque no hay eventos ni ferias, pero esperamos que la gente comience a visitarnos los fines de semana», apunta.

Aún no se ha notado un aumento de las reservas, «porque la ciudadanía no se fía de que las restricciones se vuelvan a imponer», pero Díaz espera que la semana que viene se perciba más movimiento. «Como ciudadano, es lógico dudar de si esta desescalada es razonable, pero desde una perspectiva empresarial necesitamos volver a una actividad más normal», apostilla. Y eso es lo que espera ofrecer también en el nuevo Ilunion San Mamés, que su empresa inauguró el pasado viernes. «No tenía sentido retrasar más este proyecto que llevaba años en marcha. No es que seamos valientes, somos optimistas», sentencia.

Tello también lo es: «Ha llegado el momento de volver a vivir. De darnos un capricho como recompensa por tanto sacrificio. Yo lo llamo consumo de satisfacción». Después de 14 meses de caídas en las ventas, esas compras son más necesarias que nunca para el sector.

No obstante, Tello desaconseja incentivar el consumo con rebajas y ofertas. «Es una estrategia cortoplacista. Nosotros apostamos por volver a poner las rebajas en su sitio para que cumplan su función de quitarse stock». Además, el exceso de descuentos también lleva a que el cliente se acostumbre a ellos y beneficia sobre todo a los grandes. «Lo bueno es que los clientes se han concienciado más de la necesidad de comprar en comercio cercano», afirma Tello, que «firmaría por un verano como el del año pasado» aunque espera que sea mejor.