Se acabaron la fiesta y los excesos en Magaluf y Palma de Mallorca

El veto al turismo de borrachera en los dos puntos calientes del verano en Mallorca, para poner fin a las aglomeraciones de jóvenes sin mascarillas que se repetían cada noche desde que se retomaron los vuelos internacionales, ha indignado a los turistas. «España es una mierda», esgrimía Sarah, una joven inglesa de 19 años vestida de fiesta el miércoles en Magaluf. «Estamos muy cabreados. Hemos pagado para venir a Magaluf a divertirnos y nadie nos avisó de que todo iba a estar cerrado. Es un gran engaño».

«¿Por qué no avisaron antes de que aquí no se iba a poder hacer nada? Muchos hemos ahorrado para venir, es el premio a un año de esfuerzos, y esto a la gente le cabrea muchísimo», lamentaba un amigo suyo. Sabían que las discotecas estarían cerradas, pero ahora se encuentran con tres calles de Punta Ballena y Magaluf cerradas, así como las de Miquel Pellisa (calle de la Cerveza) y Pare Bartomeu Salvà (calle del Jamón) en Playa de Palma.

La resolución ya se ha publicado en el Boletín Oficial de la comunidad (BOIB) y su entrada en vigor tiene efecto inmediato, con el objetivo de proteger a toda la población y evitar la propagación del virus, según ha detallado la Conselleria de Modelo Económico, Turismo y Trabajo. Prohíbe, además, el uso de vasos grandes y pajitas de plástico largas para compartir bebidas, así como el uso de mesas altas con taburetes en las zonas afectadas por la Ley de Excesos.