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Mañana dará comienzo en Biarritz la cumbre del G-7, que reúne a los mandatarios de los países más poderosos del mundo, y los alrededores de la frontera se han convertido en un gran cuartel policial, en el que conviven agentes de los cuerpos de ... ambos lados de la muga. En total, más de 20.000 efectivos participan en el dispositivo establecido por la cumbre, un despliegue policial sin precedentes en Euskadi. Los esfuerzos se destinan a controlar los pasos en la frontera, garantizar la seguridad de los participantes en el G-7, vigilar el desarrollo pacífico de la contracumbre y evitar los colapsos en las principales carreteras de Gipuzkoa.
El tráfico es la principal preocupación a este lado de la muga. Las instituciones han mencionado en repetidas ocasiones lo inoportuno de la fecha y el lugar elegidos para la reunión del G-7, en un fin de semana de verano y a apenas 30 kilómetros de un paso fronterizo. El último ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien presidió ayer en San Sebastián la constitución del Centro de Coordinación Operativo (Cecor), en el que participan los principales cuerpos policiales del Estado, Euskadi y Navarra y que se encargará, principalmente, de la coordinación policial entre Francia y España. «Es un fin de semana complicado. Hacemos un llamamiento a la responsabilidad de la ciudadanía para que hagan caso a las recomendaciones y utilicen los pasos alternativos recomendados», señaló el ministro.
Las autoridades galas han realizado una estimación del volumen de tráfico que se espera hasta el domingo, con cerca de 200.000 vehículos cruzando Biriatou en ambos sentidos. No obstante, ese número corresponde a un fin de semana de retorno vacacional de verano. No contempla, como sucede este año, los rigurosos controles policiales que la Policía francesa viene realizando en los últimos días y que durante la cumbre serán aún más estrictos, lo que sin duda ralentizarán el paso de vehículos por la frontera. Gipuzkoa puede convertirse en un embudo en el que en caso de que su principal arteria, la AP-8, se colapse, mientras otras, como la GI-20, la variante de Irún o la N-121 hacia Navarra sufrirán grandes embotellamientos. Ayer mismo las retenciones en la autopista alcanzaron los nueve kilómetros.
Con el objetivo de prevenir grandes retenciones, las autoridades han implantado una serie de restricciones en las carreteras, como cerrar la Salida 1 Hendaia/Biriatou desde el sábado pasado hasta el próximo martes. Asimismo, recomiendan a los ciudadanos que eviten el uso del coche durante esos días en el entorno de la frontera o que utilicen pasos alternativos sugeridos por la DGT. Para vehículos, se recomienda utilizar la A-15 hasta Pamplona y de ahí enlazar con la N-135 para entrar a Francia por Valcarlos. En el caso de los camiones, se les insta a cruzar por el peaje catalán de La Junquera como única alternativa.
Precisamente serán los transportistas los que más problemas tendrán durante el G-7. Tendrán prohibido circular por suelo francés mañana desde las 07.00 hasta las 19 horas, el domingo desde las 00.00 hasta las 22.00, y el lunes de 11.00 a 18.00. Navarra anunció ayer además que restringe el paso de camiones en sentido Francia hasta las 18.00 horas del lunes. Por su parte, el director de la DGT, Pere Navarro, afirmó hace unos días que en caso de que las carreteras queden colapsadas se prohibirá la circulación de camiones y que estos serán dirigidos a las áreas de servicio de las principales carreteras.
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Los problemas en el tráfico cuentan con más amenazas, además de los fuertes controles policiales. La actividad de los participantes en la contracumbre que se celebra entre Irún y Urruña podría complicar la circulación en las carreteras. El sábado, a las 11.00 horas, una gran manifestación partirá desde Hendaia y terminará en Ficoba, lo que podría obligar a cerrar algunas vías. Por otro lado, la Policía está pendiente de las movilizaciones de grupos como los 'chalecos amarillos', que en otras ocasiones ya han montado piquetes en Biriatou, cerrando el paso a los vehículos.
Pero además de controles, restricciones, manifestaciones y el gran volumen de vehículos que cruzarán por la frontera por tratarse de un fin de semana de verano, el paso vasco-francés está en alerta por la gran afluencia de coches que podrían llegar desde el sur de la península. Este fin de semana tiene lugar la operación 'Paso del Estrecho', por la que miles de ciudadanos magrebíes regresan a sus casas tras pasar las vacaciones en sus países de origen. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se refirió a este hecho como «un reto importante» para las fuerzas de seguridad del Estado, que podría agudizar los problemas de tráfico. «Se mueven unos 800.000 vehículos. Estamos pidiendo el sacrificio de que los conductores modifiquen su ruta para no cruzar por la frontera vasca».
2.810 efectivos policiales ha destinado el Estado a la cumbre del G-7, 1.878 agentes de la Guardia Civil y 932 de la Policía Nacional. La Ertzaintza despliega 4.000.
13.200 agentes de la Policía francesa se han destinado a garantizar la seguridad de la cumbre.
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