Filipo y Auro se dirigían ayer a Biarritz, en vísperas de la llegada de los líderes mundiales.fotos: lobo altuna
Cumbre en Biarritz
«Hemos adelantado el regreso»
La cumbre ha trastocado las vacaciones de miles de personas, que han cambiado el viaje de vuelta ·
El mismo fin de semana del año pasado se alcanzaron colas de 14 kilómetros sin la cumbre y sin los correspondientes controles policiales
macarena tejada
Viernes, 23 de agosto 2019, 01:37
La actividad en la estación de servicio de Oiartzun de la AP-8 es abundante estos días. Miles de coches paran para repostar gasolina o picar algo de vuelta a casa. O en el viaje de comienzo de vacaciones. Hay quien siempre aprovecha las mismas ... fechas para escaparse, o quien ya tenía planeado el itinerario desde hace meses. Pero entre la multitud, destacan los viajeros como José y Anabella, que han decidido volverse tres días antes de sus vacaciones por Portugal y España con motivo del G-7, que empieza mañana en Biarritz y se prolonga hasta el lunes.
Con un café en la mano él y un cigarrillo ella, explican que su idea inicial era poner rumbo a Francia mañana, donde viven desde hace tiempo. Cuando empezaron a toparse «con todos los carteles de la autopista que avisaban de las posibles complicaciones en la carretera durante este fin de semana, decidimos adelantar la vuelta», apuntan. Pese a que les parece «una pena» haber tenido que acortar sus vacaciones, no iban a «arriesgar» a quedarse parados por los atascos.
Al igual que José y Anabella, Johnny y Marie tampoco entienden «por qué se celebra el G-7 en una localidad tan pequeña como Biarritz, que está tan cerca de la frontera, y además en pleno verano». El regreso a casa de esta pareja parisina también se ha visto afectado por la cita internacional. Pensaban aprovechar «hasta el último momento» sus días en la costa española, «pero hemos tenido que volver antes de lo previsto».
Razón no les falta. Este mismo fin de semana del año pasado se llegaron a colas de 14 kilómetros en la frontera de Biriatou y alrededor de 30.000 vehículos cruzaron la muga. Con los controles de los diferentes cuerpos de policías tanto en suelo francés como español, se espera que desde mañana hasta el lunes las retenciones aumenten considerablemente.
En cualquier caso, la situación previsiblemente caótica no asusta a los italianos Filipo y Auro. Estos dos amigos tenían su viaje de verano organizado desde hacía meses. Después de haber estado en Bilbao y antes de conocer San Sebastián, su programa les marcaba como destino Biarritz. Los días elegidos para visitar la sede de esta edición del G-7, ayer y hoy, con la ciudad francesa ya blindada a la espera de la inminente llegada de los líderes mundiales. «Vamos a pasar una noche allí, no vamos a cambiar nuestro plan por la cumbre», aseguran.
Su idea es pasear por la playa, darse un chapuzón o probar los típicos 'gâteau basque' de la zona, aunque para ello tendrán que conseguir que los agentes que custodian Biarritz les dejen pasar al centro. «Puede estar complicado, pero lo vamos a intentar», afirman ambos con una sonrisa. Los biarrotas cuentan desde hace tiempo con acreditación para poder salir y entrar a sus casas. Filipo y Auro confían en que a ellos les den una también.
«Hemos reservado una habitación ahí. No teníamos ni idea de que el G-7 se celebraba estos días, ¿pero si ya tenemos la reserva hecha, qué nos van a decir?», reflexionan. A sabiendas de la cita, confiesan que «no habríamos planeado está ruta si hubiéramos estado informados al respecto antes. Ahora no nos vamos a lamentar. No hay vuelta atrás. Además, Trump y el resto no llegan hasta la tarde, para entonces nos habremos ido».
Adrián, Jelly y su perrita 'Lisa' también se dirigían ayer a la costa francesa cuando se enteraron de que el G-7 estaba a punto de comenzar en esa zona. Lo hicieron concretamente en la estación de servicio de Oiartzun, donde pararon a ojear el mapa para decidir adónde iban a dirigirse como alternativa.
Salieron de Barcelona en su autocaravana «hace un par de días y queríamos visitar el norte de España, así como la costa francesa». Hendaia, San Juan de Luz, Biarritz e incluso Burdeos. Fue antes de cruzar la frontera de Biriatou cuando cambiaron de opinión. O, al menos, empezaron a plantearse nuevas opciones.
«¿Pero qué es eso del G-7?», se pregunta Adrián mientras miraba a Jelly en busca de una respuesta lógica. «A nosotros no nos importa que nos miren la caravana o lo que sea... pero no queremos molestias en nuestras vacaciones, si hay que cambiar de destino, se cambia. He oído que el interior también es bonito», añade.
A la izquierda, José y Anabella, que han adelantado su viaje de vuelta. Sobre estas líneas, Fabián se dirige a Francia.
«Si tengo que parar, paro»
De una forma u otra, la cumbre ha trastocado las vacaciones de miles de personas, pero también la rutina de otras tantas. Más de 10.000 camiones atraviesan la frontera cada día, pero entre las seis de la mañana de mañana y las seis de la tarde de lunes los vehículos pesados como los camiones tendrán restringido el paso por Biriatou. Fabián, que es transportista, cruzó la muga ayer. Tenía que descargar en Francia. Hasta ahí su historia no se ve afectada por el G-7, pero «el problema es que no sé si van a mandarme de vuelta a España o a Italia», reconoce. Pase lo que pase, está preparado para todo. «Si me tengo que parar, me paro. Me saco mi bici y me voy a dar una vuelta», dice entre risas. En caso contrario, le puede tocar poner rumbo a Italia, «donde me siento como en casa».
Lo que pasa es que el fin de semana puede haber retenciones en cualquier lado. «La sensación es de incertidumbre absoluta. La cumbre nos trastoca todos los horarios». Para Fabián, «lo peor es quedarse en tierra de nadie. Sin poder llegar a los aparcamientos donde normalmente puedes descansar.
«¿Cómo recogeremos mañana a mi hija del campamento?»
Adelantar la vuelta de las vacaciones es una opción para los que viven al otro lado de la frontera, pero otra alternativa para quienes aún no han disfrutado de las suyas es anticiparse e irse antes. Este es el caso de Oianko Choperena y su familia. Su idea principal era «estar unos días en las Landas. Volver a recoger a una de mis hijas, que llega mañana de un viaje y, de nuevo a Francia». Ahora están en las Landas, adonde han ido tres días antes «para que no nos afecten los atascos de la frontera». La incógnita es la siguiente: «¿Cómo vamos a recoger a mi hija del campamento?», dice. «Una opción es que mi padre -su abuelo- vaya a recogerle a Donostia. Le acerque hasta el puente de Santiago en Irún y pase caminando a Hendaia. Yo le esperaría ahí. La otra, madrugar muchísimo e ir a por ella. Es de película».
Las frases
José y Anabella
«Es una pena acortar las vacaciones, pero no íbamos a arriesgar a quedarnos en carretera»
Johnny y Marie
«No entendemos por qué la cumbre se celebra en un sitio pequeño como Biarritz y en pleno verano»
Filipo y Auro
«Tenemos reservada una noche en Biarritz. No vamos a alterar nuestro plan por el G-7»
Adrián y Jelly
«No queremos molestias en nuestras vacaciones. Si hay que cambiar de destino, se cambia»
Fabián
«Lo peor es quedarse en tierra de nadie. La sensación es de absoluta incertidumbre»
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