El lehendakari Urkullu, junto a Enrique de Ybarra, presidente de EL CORREO; Ignacio Ybarra, presidente de Vocento y Patricia Arias, directora territorial del Banco Santander en el País Vasco. Ignacio Pérez

Urkullu ve inviable que «todos los hospitales cuenten con todos los servicios»

Defiende la «estabilidad» de Euskadi frente a la «tensión» del resto de España en un 2023 electoral

Lunes, 12 de diciembre 2022

El lehendakari defendió este lunes la «estabilidad institucional» que vive Euskadi frente a la «tensión política» que existe en el resto de España, se mostró optimista sobre la capacidad que tendrá el próximo año el País Vasco para capear las «incertidumbres» que aparecen en el ... horizonte y se esforzó en defender a Osakidetza, un ente envuelto en los últimos tiempos en diversas tormentas, pero que «sigue siendo la joya de la corona». Iñigo Urkullu realizó estás declaraciones en el Foro Expectativas Económicas organizado por EL CORREO y el Banco Santander que se celebró en el Palacio Euskalduna, y en el que también tomaron la palabra Enrique de Ybarra, presidente de este periódico, y Ángel Rivera, director general de banca comercial de Santander España.

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En un coloquio que estuvo moderado por el director del diario, José Miguel Santamaría, y ante una amplia representación del mundo político y empresarial, el lehendakari centró su intervención en dibujar el marco económico en el que se encuentra Euskadi y el que está por venir en los próximos meses. Aun reconociendo las incógnitas que rodean el escenario mundial y nacional, el lehendakari se mostró convencido de que Euskadi mantendrá un crecimiento del 2% y dibujó las cinco grandes «fortalezas» con que cuenta el País Vasco: estabilidad institucional, investigación e innovación, eficiencia energética, solidez de la reactivación económica e industrial y una sociedad «solidaria y equilibrada».

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Una tranquilidad agitada por el conflicto que ha estallado en Osakidetza, con epicentro principal en Gipuzkoa. El cese de dos de las principales responsables de la OSI Donostialdea por no estar «alineadas» con las directrices ordenadas desde la dirección del Servicio Vasco de Salud ha precipitado una rebelión de los jefes de servicio del Hospital Donostia. A esto hay que añadir las protestas que también se dan en Basurto. En ambos casos hay un factor común: las críticas por el traslado a otros hospitales de algunas unidades.

«La salud nos iguala a todos»

Una estrategia que, más allá de la polémica, Urkullu cree inevitable. «¿Es posible contar con todos los servicios que demandamos en todos los hospitales o es posible pensar que participamos en una organización que trabaja en red? No podemos hacer aquello que a nosotros particularmente nos gustaría», afirmó el lehendakari, quien enmarcó la necesidad de realizar cambios organizativos en la «crisis de crecimiento» que vive Osakidetza. «Se trata de una crisis, pero de una crisis positiva», apostilló.

Urkullu habló de un «tensionamiento de los servicios sanitarios» que, recordó, afecta de manera global, incluso a sistemas de referencia como los nórdicos o el alemán. Se produce, además, tras una pandemia que ha constatado que «la salud nos iguala a todos». El jefe del Ejecutivo autonómico tiró de números para reivindicar el esfuerzo inversor de su gabinete en materia sanitaria. Recordó, por ejemplo, que el presupuesto total del Departamento de Salud se ha visto incrementado en un 40% en la última década y no dudó en calificar a Osakidetza como «la joya de la corona» de un autogobierno que volvió a identificar como una isla de «estabilidad» en mitad de un océano tormentoso.

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Porque Urkullu no perdió de vista lo que va a suceder el año que viene, con una doble cita electoral. En mayo municipales y forales en Euskadi, y autonómicas en varias comunidades; y a final de año, generales, salvo que Pedro Sánchez quiera adelantarlas. Un escenario político que «en el Estado español se va a tensionar, aún más». «Será un año electoral muy polarizado y crispado», afirmó el lehendakari, convencido de que los comicios de mayo se convertirán en «una primera vuelta» de los generales. Un escenario que no solo elevará la crispación, sino que también puede tener efectos económicos porque «puede retrasar la materialización efectiva» de los fondos europeos, lo que a su vez «dificultará la realización de proyectos estratégicos». En definitiva, 2023 será para Urkullu un año «incierto, plagado de amenazas y retos».

Frente a estas turbulencias, el lehendakari contrastó «la elevada dosis de estabilidad institucional» que existe en las administraciones vascas gracias a la mayoría absoluta con la que cuentan el PNV y el PSE-EE. «La estabilidad es un activo y el diálogo con voluntad de acuerdo también. A pesar de contar con mayoría absoluta, el 50% de los acuerdos parlamentarios han sido aprobados con el respaldo de algún partido de la oposición», resaltó Urkullu.

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