Gotzone Sagardui e Iñigo Urkullu han entrado juntos al pleno de control del Parlamento. BLANCA CASTILLO

Urkullu blinda a Sagardui pero no descarta que existan «más fallos» en la vacunación

El lehendakari ratifica su apoyo a la titular de Salud ante la petición unánime de los grupos de la oposición para que sea cesada

Viernes, 5 de febrero 2021

Campana y se acabó. Iñigo Urkullu no está dispuesto a ponerse a buscar un cuarto consejero de Salud en menos de dos años y fía ... la estabilidad de su Gabinete a que Gotzone Sagardui haya dicho «la verdad» en el escándalo de las vacunaciones irregulares. Tras casi dos meses sin comparecer ante el Parlamento vasco, el lehendakari se despojó este viernes del escudo y dio un paso al frente en primera persona para aplacar la incesante presión de la oposición. Con un marcado cierre de filas, trató de zanjar así una crisis política que, si bien para él no existe, ha agitado aún más un Departamento abonado desde hace años a un permanente estado de convulsión.

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El jefe del Ejecutivo autonómico va a llevar su defensa cerrada de la titular de Salud hasta el final. Ya lo intentó con Jon Darpón, señalado por las irregularidades de la OPE de Osakidetza, pero la oposición tenía entonces la sartén por el mango y no le quedó otro remedio. Ahora la aritmética de la Cámara es bien distinta y así se lo hizo saber a los cuatro grupos, que no piensan cejar en el empeño hasta que Sagardui dimita o, en su caso, sea cesada por su superior. «Tiene todo el respaldo del lehendakari, de todo el Gobierno vasco y, esta vez, de la mayoría del Parlamento», recordó Urkullu, reconfortado por los 41 escaños que suman PNV y PSE sobre un total de 75.

El mandatario nacionalista estima suficientes las explicaciones de la consejera, que este viernes insistió en catalogar las vacunaciones irregulares de Basurto y Santa Marina como «errores de coordinación» ya subsanados. El lehendakari minimizó los dos casos como meras gotas en un océano de 68.627 inoculaciones hasta la fecha y apreció que su aparición haya demostrado la existencia de controles. «No podemos garantizar que no se produzcan fallos ni que todos los procedimientos sean perfectos. Sí podemos garantizar que si hay fallos habrá reacción rápida», se limitó a señalar pese a que Sagardui presumió de haber «mejorado los circuitos internos para que no vuelva a ocurrir».

El objetivo prioritario del lehendakari y la consejera es ahora restablecer la confianza de la ciudadanía en Osakidetza, cuyo prestigio ven «manchado» en las bancadas de la oposición por la sucesión de escándalos. Urkullu no solo tiró del clásico cartucho de aplaudir la «entrega» de los sanitarios en primera línea contra el coronavirus, que lo hizo, sino que extendió su agradecimiento, y lo subrayó, a los «responsables técnicos y directivos», bajo la lupa más que nunca tras los casos de los ya exgerentes de Basurto y Santa Marina. «No hay crisis en el Departamento de Salud ni en Osakidetza. Hay una crisis provocada por un virus destructivo y global al que se hace frente de modo eficiente en una lucha sin cuartel», contrapuso.

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De nada sirvieron sus intentos ante una oposición que ha olido sangre en este episodio y quiere llegar hasta el fondo del mismo. «¿Puede un lehendakari defender a una consejera que ha mentido a la ciudadanía y al Parlamento?», le espetó la parlamentaria de EH Bildu Rebeka Ubera. Está bien, vino a decir, que quienes se han vacunado indebidamente asuman su responsabilidad, pero considera que ésta es compartida y va más allá de José Luis Sabas. «La principal responsable es la consejera de Salud, tal y como demostró al firmar el albarán cuando llegaron las vacunas desde Guadalajara», precisó. Unos viales que, recordó, «son el mayor tesoro que tenemos en estos momentos».

A la portavoz parlamentaria de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, le quedó meridianamente claro que el Gobierno vasco pretende dar carpetazo a toda esta cuestión «sin asumir responsabilidades políticas» más allá de las técnicas. «Estamos acostumbrados. ¿Que no se quiere hablar de las vacunas? Pues hablamos una semana de incidentes callejeros y de criminalizar luchas sindicales. Es una cortina de humo», señaló. La representante de la coalición morada prometió no dejar «que se cierre en falso» este asunto y pidió continuar investigando los hechos. Quiere constituir una comisión parlamentaria al respecto, pero no tiene apoyos suficientes.

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«Un negacionista»

En el turno de PP+Cs, Carlos Iturgaiz se lamentó de que en cuestión de semanas «Osakidetza haya pasado de ser un orgullo de nuestra sociedad al descrédito por la actuación de sus responsables políticos». En este sentido, afeó a Urkullu que mezclara a los sanitarios de base en el debate y que minimizara la cuestión a los dos casos conocidos. Incluso le etiquetó de «negacionista» en torno a las vacunaciones irregulares. «Sabe que la señora consejera debería ser ya exconsejera», le dijo. «Creemos que ya llega tarde, pero mejor tarde que nunca», remachó.

Para Vox, por último, el lehendakari debe «garantizar la credibilidad de las instituciones», especialmente de las autoridades sanitarias en una época de pandemia. Amaia Martínez cargó contra la gestión sanitaria del Gobierno vasco y lanzó una pregunta de la que no obtuvo respuesta: «¿No es un desastre que el Departamento más importante en este momento (el de Salud) sea el que más desconfianza genera?».

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