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El batzoki de Sukarrieta era un hervidero a primera hora de este domingo. Había mucha expectación por ver el primer encuentro en el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el diputado foral vizcaíno Imanol Pradales después de conocerse que será el candidato del PNV a sucederle al ... frente del Ejecutivo autonómico. Entre cafés y caldos (la mañana era fría), un tema acaparaba todos los corrillos entre militantes (los miembros de EGI aportaban el toque de juventud), y los cargos públicos y orgánicos jeltzales. «No es fácil hacer un relevo como este». Nadie ha faltado a la cita. Salvo Bingen Zupiria y Josu Erkoreka, estaba todo el ala jeltzale del Gobierno vasco, así como algunos de sus primeras espadas como el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, la diputada foral de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, los miembros del EBB...
En medio de una intensa expectación mediática, todos los focos apuntaban a Pradales, quien fuera alumno de Urkullu en la ikastola Asti Leku. Todo el mundo se acercaba a saludarle, a la espera de que llegase el lehendakari. Ante las preguntas de los medios, pedía «tranquilidad».
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Urkullu ha sido el último en hacer acto de presencia, acompañado de su mujer. Tras saludar a varios simpatizantes («lehendakari, ¿cómo está?»), se ha dirigido inmediatamente al corrillo formado por Andoni Ortuzar, Joseba Egibar e Itxaso Atutxa, entre otros. La conversación con el líder del EBB ha sido escueta y ambos la han despachado hablando del tiempo. «Hace frío», apreciaba el lehendakari. Y entonces ha tenido lugar la que es, sin duda, una de las estampas de la jornada. Pradales -empujado por algunos colaboradores, que le abrían paso- ha irrumpido en el grupo para fundirse en un abrazo con Urkullu. Esta vez ha sido el aspirante el que ha roto el hielo. «¡Lehendakari!». «Hombre, Imanol».
Breve conversación y rumbo a la tumba de Sabino Arana, de cuyo fallecimiento se cumplen 120 años. La comitiva la encabezaban Urkullu, Ortuzar y los miembros del EBB. Pradales se ha situado en un discreto segundo plano, arropado en todo momento por la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, y ha cedido el protagonismo al dúo formado por el Urkullu y Ortuzar. Una dupla que en la última década ha llevado al PNV a obtener sus más altas cotas de poder institucional pero cuyo final ha llegado de forma un tanto abrupta. Ambos han colocado juntos el tradicional ramo de flores ante la tumba del fundador.
El partido ha cerrado filas en un ejercicio de disciplina interna para no mostrar, al menos en público, las grietas que desvelan la forma atropellada en la que se ha conocido el relevo de Urkullu, desvelado en exclusiva por EL CORREO. Todo han sido sonrisas en un acto «100% PNV», con aurresku, txistu y misa incluida en la iglesia de San Andrés, una ermita del siglo XVIII. El lehendakari saludaba a quien se le acercaba y no ha escatimado en sonrisas.
La jornada la ha clausurado Ortuzar con un acto político en el que, por si había dudas, ha vuelto a fundirse en un abrazo con el todavía lehendakari. «Nuestro Gobierno es el Gobierno vasco y nuestro presidente, el lehendakari, no Pedro Sánchez». No ha sido hasta el final cuando Urkullu ha atendido las preguntas de los medios: «Imanol era un alumno brillante y lo está demostrando. Le deseo todo lo mejor y tendrá toda mi ayuda en el proceso interno». Palabra de 'maisu'.
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