El PSE refuerza su papel en la ejecutiva al continuar López y sumarse Mendia

El desenlace ha sido el mejor que se pudiera esperar. El PSE conservará dos secretarías, el mismo botín que tenía en la anterior dirección pero con un papel reforzado. López se hará cargo ahora de Memoria Democrática y Laicidad, un nuevo departamento con gran carga simbólica que une responsabilidades orgánicas anteriormente desgajadas en dos subáreas. Sánchez vuelve a depositar así su confianza en el exlehendakari, tal y como hizo en sus dos primeros mandatos al frente del PSOE, incluso cuando le plantó batalla en las primarias de 2017 que desgarraron el partido y devolvieron al poder al ahora presidente del Gobierno.

El exalcalde donostiarra Odón Elorza, en cambio, no seguirá en la cúpula. La gran novedad vasca en el organigrama de Ferraz es la entrada de Idoia Mendia. La secretaria general saliente del PSE y vicelehendakari segunda se estrenará en las responsabilidades federales con un área de nueva creación: Estudios y Programas. De ella dependerá en gran medida la orientación que tome el partido a nivel nacional en los próximos cuatro años y la definición de sus grandes proyectos. Sánchez, con quien mantiene una estrecha relación, agradece así su labor al frente de la organización en Euskadi durante los últimos siete años, en los que el partido se ha estabilizado y ha regresado a las instituciones.

Los socialistas vascos salen visiblemente «satisfechos» del congreso que bajará este domingo la persiana en la Fira de Valencia. Diagnostican que con su decisión el reelegido secretario general ha contribuido a dar un importante empujón al PSE justo ahora que está a punto de culminar el proceso de relevo de Mendia. Eneko Andueza, portavoz parlamentario y gran favorito para sustituirle, deberá pasar primero por unas primarias después de que Soraya Morla, exedil en Basauri, haya logrado recabar los avales necesarios. Las votaciones se llevarán a cabo a finales de octubre y el ganador será proclamado nuevo líder en el congreso que se celebrará el mes que viene en Bilbao.

Con su cuota de poder asegurada en el aparato de Ferraz, los socialistas vascos se quitan el sabor amargo que les dejó hace tres meses la última reestructuración del Gobierno de coalición. Y es que tras las marchas de Isabel Celaá (Educación) y Arancha González Laya (Exteriores) −esta última, independiente−, Fernando Grande-Marlaska (Interior) es ahora el único ministro vasco, pero no tiene conexión con la organización autonómica. De hecho, en las últimas dos elecciones ha sido elegido diputado por Cádiz.