Sexo, paellada y Pablo Iglesias (el otro) en el congreso del PSOE en Valencia

Los socialistas celebran un cónclave con estilo festivalero marcado por la «unidad» en que la única incógnita es la composición de la nueva ejecutiva de Sánchez

Xabier Garmendia

Enviado especial a Valencia

Sábado, 16 de octubre 2021, 12:50 | Actualizado 15:03h.

El arco de seguridad de la entrada es el síntoma de que algo importante debe de estar ocurriendo ahí dentro. Pero cuando uno lo cruza, se topa ante sí con una estampa poco consecuente con la formalidad que se presumía al acto. Lo primero que ... ve es una gran terraza 'chill out' con 'food trucks' y otros elementos de ambientación dignos de más anglicismos. También hay pequeños escenarios para conciertos, música de fondo y un constante trasiego de grupis del puño y la rosa. El estilo festivalero es la viva muestra del clima en que el PSOE celebra en Valencia su 40 Congreso Federal, el más tranquilo que se recuerda al menos desde 2008.

Aquí las clásicas pulseras toman forma de acreditación al cuello. Un distintivo 'ecofriendly' hecho a base de material reciclado, ni hablar de plástico, que da acceso a todas las actuaciones: desde la más multitudinaria, en el enorme plenario que acoge a las 'rockstars', hasta la más diminuta, en pequeños espacios en los que apenas caben unas decenas de personas a las que les vaya la escena alternativa. Todo se desarrolla bajo una cálida temperatura más propia del verano entre el centro de eventos y el pabellón número 5 de la Fira de Valencia, una gigante infraestructura a las afueras de la ciudad que hasta el domingo se tiñe de rojo.

Interior del centro de eventos, en el que se encuentran el plenario y varios escenarios más pequeños. X. Garmendia

La entrada al núcleo del congreso parece más bien la de esos conocidos grandes almacenes. Espacios amplios (salvo la atestada sala de prensa), escaleras mecánicas con gente para arriba y para abajo, y hasta una tienda en la que se pueden adquirir productos de 'merchandising' con el 'copyright' socialista. El 'top' de ventas lo copan las camisetas y tazas que dentro de unos años servirán de prueba del 'I was there', en el festival con mejores cabezas de cartel desde hace unos cuantos. Ni Felipe González, otrora bestia negra de Pedro Sánchez, ha querido perderse la cita, marcada por la «unidad» del partido, en palabras del propio presidente.

La tienda vende productos de 'merchandaising' como camisetas, tazas y libros del PSOE. X. Garmendia

Es fácil encontrar por los pasillos y las terrazas a ministros, barones autonómicos y demás líderes departiendo amigablemente, incluso cerveza en mano, con sus compañeros o periodistas. Hacía tiempo que no se daba tal concentración de cargos públicos por metro cuadrado en un congreso del PSOE. Por mucho que se mire, ni siquiera cuando la antaño todopoderosa Susana Díaz hace su entrada rodeada de cámaras, no hay atisbo de tensión en un cónclave en que la única sorpresa posible es la composición de la nueva ejecutiva, por ahora sólo en la mente de Pedro Sánchez. «Quien diga que sabe algo, miente», apunta un histórico dirigente socialista.

Las quinielas con nombres aportan uno de los poquísimos granitos de emoción, aunque en este tipo de eventos siempre hay margen para la anécdota. Uno puede oír, por ejemplo, al extremeño Guillermo Fernández Vara enumerando «comer, dormir y hacer el amor» como las tres cosas más importantes de la vida. O alucinar en colores -más bien en blanco y negro- con el holograma de Pablo Iglesias (el de Podemos no, el otro, el que fundó el PSOE en 1879 y murió en 1925) haciendo un encendido alegato por el feminismo. Los otros granos serán de arroz, a la vista de las gigantescas paelleras de unos dos metros de diámetro que han llegado por la mañana con la ayuda de una grúa.