«Reconozcan a Kosovo de una vez, si hasta han jugado a fútbol con ellos»

La 'resistencia' de Moncloa ha sido puesta a prueba en varias ocasiones lo que va de año. La primera, como bien ha recordado Esteban, fue el fútbol, ya que el azar ha encuadrado a las selecciones de España y Kosovo en el mismo grupo de clasificación para el Mundial de Qatar de 2022. Su primer enfrentamiento el pasado mes de marzo en Sevilla dio mucho que hablar por el tratamiento que Televisión Española dio al equipo visitante: los narradores evitaron en todo momento decir el nombre del rival y en el marcador la abreviatura del estado se pudo en minúsculas (kos). Ocurrió lo mismo en septiembre, con el partido de vuelta en Pristina, la capital kosovar.

A comienzos de octubre Pedro Sánchez accedió a sentarse en la misma mesa con el presidente de Kosovo durante la cumbre UE-Balcanes celebrada en Eslovenia. El presidente rompía así un tabú diplomático al no emular a Mariano Rajoy, que optó por no participar en una cumbre en 2018 en la que se daban las mismas condiciones cuando el 'procés' catalán seguía muy candente. Eso sí, Sánchez accedió tras saber que la cumbre iba a suprimir los símbolos nacionales de Kosovo y que no se iba a hacer alusión al cargo del primer ministro del país.

El Gobierno quita hierro a lo ocurrido en Eslovenia, de hecho Sánchez no ha nombrado hoy a Kosovo al enumerar al resto de participantes en la cumbre al dar cuenta de lo acontecido en el Congreso, pero PNV y EH Bildu no han dejado pasar la ocasión. «Reconozcan a Kosovo, dejen de ponerse vendas en la herida», ha insistido Aitor Esteban. El afianzamiento del estado balcánico y de sus relaciones con la UE son un referente para el nacionalismo vasco, y el portavoz del PNV le ha venido a decir a Sánchez que eludir el caso kosovar no hace desaparecer otras aspiraciones secesionistas. «Lo que tenga que pasar, pasará, reconozcan ustedes o no, en Kosovo, Escocia, Cataluña y el País Vasco».

Un discurso similar ha enarbolado Mertxe Aizpurua. La portavoz de EH Bildu ha afeado a Sánchez que ni siquiera haya citado la presencia de la delegación de Kosovo en Eslovenia, y le ha pedido que reconozca «la legitimidad de un estado de pleno derecho» y que «no dé la espalda a la democracia» y a un país «surgido de la voluntad de su ciudadanía».

Pedro Sánchez no ha evitado el tema durante su réplica a la oposición, aunque, curiosamente, solo lo ha recuperado para dirigirse a EH Bildu, a quien ha acusado de utilizar el asunto de Kosovo para "traer el agua a su molino". "No tengo problema en nombrar a Kosovo y es importante trabajar para que llegue a un acuerdo con Serbia", ha dicho el presidente del Gobierno. Sánchez ha advertido a Aizpurua de que, pese al intento de los nacionalistas por relacionar ambas realidades, "las circunstancias históricas de Kosovo y Serbia -que entraron en guerra a finales de los 90- son diferentes a las de Cataluña o Euskadi" .