Pradales abre una vía para acordar una fórmula de reparto de menores extranjeros

El mandatario vasco llegaba al Palacio de la Magdalena con un documento elaborado junto al Gobierno de Canarias, precisamente la comunidad que mayor presión migratoria soporta. El frente común de Pradales con Fernando Clavijo, con el que se había reunido el jueves en Ajuria Enea, se ha plasmado en la presentación de una fórmula concreta de reparto que tendría en cuenta cinco indicadores: población, PIB per cápita, tasa de desempleo, media de acogidos por cien mil habitantes en los últimos seis meses y total de menores acogidos en los cinco años previos. Un sistema que el lehendakari ha definido como «solidario, equilibrado, ordenado y justo».

El planteamiento, concebido como una medida extraordinaria para equilibrar la desigual presión entre las comunidades ante la ola migratoria, no se ha saldado en ningún acuerdo durante la reunión. Esto era misión imposible porque el propio formato de la cita, una sucesión de monólogos sin opción a réplica, no se prestaba a un debate real. Sin embargo, tampoco ha generado rechazo y Pradales incluso ha apreciado «expectación» en otros cuatro participantes: en el propio Gobierno central y en ejecutivos autonómicos tanto del Partido Socialista (Cataluña) como del PP (Aragón y Ceuta). Este último, con una fuerte presión migratoria por ser frontera con Marruecos, estaría dispuesto a firmar el acuerdo.

Durante su comparecencia posterior ante los medios, el lehendakari se ha congratulado de haber abierto un «hilo de esperanza» para poder «seguir profundizando» en estos trabajos. La propuesta al menos ya ha echado a rodar. En la carpeta migratoria, Pradales también ha llevado a la Conferencia de Presidentes la reclamación que ya hizo personalmente a Pedro Sánchez de contar con más competencias en materia de inserción sociolaboral y ha pedido que Euskadi sea considerada 'frontera norte', de manera que reciba más fondos para atender a las personas en tránsito. Estas dos peticiones se han topado con el silencio del Gobierno.

En cualquier caso, el tema más delicado de la jornada ha sido otro, el de la financiación autonómica. Un debate en el que Euskadi 'a priori' no tenía mucho que decir al disponer de un régimen propio. Pero el anuncio de Sánchez −ha sido el primero en hablar y Pradales el segundo, ya que se ha seguido el orden de aprobación de los estatutos− de que impulsará en enero la condonación de la deuda de las comunidades ha hecho despertar los recelos del lehendakari. En su turno, ha pedido «analizar» qué efectos tendrá esto en el sistema del Concierto Económico, ya que ha recordado que el País Vasco contribuye vía Cupo a financiar la deuda pública del Estado: «Hemos solicitado conocer el planteamiento concreto».

En este campo, además, el mandatario nacionalista ha propuesto que los Fondos de Resiliencia Autonómica (FRA) provenientes de la UE no computen en la deuda, algo que ha generado un importante consenso. Otras dos medidas planteadas por Pradales, en este caso relativas a vivienda, también han recibido un aval mayoritario. Se trata, primero, de una reforma de la Ley del Suelo para agilizar los trámites municipales y poder acelerar así la construcción de nuevos pisos; y, por el otro lado, transferir a las comunidades autónomas aquellos suelos pertenecientes al Estado «que tengan un planteamiento urbanístico adecuado y pactado con los ayuntamientos para construir vivienda protegida».

Por último, el lehendakari ha incorporado en su paquete varias medidas referidas a la sanidad para tratar de paliar el déficit de profesionales. La más destacada pasa por elevar de 70 a 72 años la edad tope de jubilación de médicos de Atención Primaria. Hay que tener en cuenta que, sólo en Euskadi, en los próximos cinco años se retirarán 480 de los 1.762 facultativos que trabajan en los centros de salud y ambulatorios de Osakidetza. Asimismo, ha planteado que se habilite a médicos sin especialidad para que puedan ejercer durante los veranos, cuando las vacaciones acentúan la falta de profesionales, y mejorar el sistema MIR para evitar que queden plazas desiertas.