Pradales obvia las críticas del PSE por el impuesto a las energéticas y carga contra Bildu

El mandatario nacionalista busca sofocar el fuego y evita alimentar una controversia ideológica que se ha visto agravada por la crudeza de las declaraciones de Eneko Andueza. Ante el escepticismo del PNV en Madrid sobre el mantenimiento del gravamen y su condición 'sine qua non' de concertarlo con las haciendas vascas para poder «graduarlo» en Euskadi, el líder del PSE-EE acusó a su socio de querer practicar «'dumping' fiscal» para así «perdonar impuestos» a las energéticas, particularmente a Repsol, cuyo consejero delegado es un «compañero de partido» como Josu Jon Imaz, expresidente del EBB.

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Octavio Igea

Esas palabras han causado un profundo malestar entre los jeltzales, que consideran desmedido el tono utilizado por el dirigente socialista. Sin embargo, la consigna parece que pasa por no agrandar la bola de nieve antes de que todo esto genere un conflicto mayor. Es por eso que, 24 horas después, Pradales ha desoído las preguntas de los medios y tampoco ha cogido la percha lanzada por Otxandiano. El líder parlamentario de EH Bildu le ha dicho que «tiene motivos para estar molesto» con Andueza porque le está haciendo «una oposición poco constructiva».

«Yo nunca le voy a decir que quiere bajar impuestos a sus amigos», ha agregado Otxandiano en un intento por meter cuña entre los socios de gobierno y también por reivindicar la «voluntad de diálogo» de su grupo de cara a la negociación de los Presupuestos de 2025 y de la reforma fiscal en los tres territorios históricos. El dirigente soberanista avisa, en todo caso, de que su coalición no aceptará cambios impositivos si se toma como referencia el modelo de Madrid: «Para eso, negocien con el PP». EH Bildu, dice, apuesta por «tomar como referencia los países más avanzados de Europa».

Un planteamiento que, sin embargo, Pradales pone en cuestión. «Cita usted a países de Europa, pero Sortu firma un acuerdo estratégico para los próximos cinco años con el Partido Comunista de Cuba», ha contrapuesto. El lehendakari se ha valido de la anécdota personal de un avaricioso vendedor de leche que conoció de pequeño en su Santurtzi natal para representar que el modelo fiscal de la izquierda abertzale pasa por «exprimir hasta agotar». Y, como remate, ha intentado retratar las distintas «varas de medir» que Bildu utiliza en Euskadi y Navarra para apoyar proyectos presupuestarios: «Veremos a cuánto está el kilo en las azokas de Gasteiz e Iruñea».

En todo caso, EH Bildu no ha sido el único que ha intentado visualizar las discrepancias entre PNV y PSE-EE. El PP se ha valido de las diferencias de los socios en torno a la ley de vivienda para tratar de poner en un brete al lehendakari. Javier de Andrés ha diagnosticado que la norma «ha empeorado» el problema y que la declaración de zonas tensionadas, como ya ha ocurrido en Rentería, «no lo va a arreglar». «La solución pasa por incentivar la oferta», ha apuntado. Pradales ha reconocido que la situación «es preocupante», pero ha evitado criticar las normas vasca y nacional en vigor a las que su partido se opuso.