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El lehendakari, Imanol Pradales, este miércoles en un desayuno informativo en Bilbao. Efe

Pradales aboga por un «pacto político bilateral» con el Estado basado en el Concierto Económico

El lehendakari pide «tiempo» para que los partidos logren un acuerdo estatutario mientras él se centra en la llegada de las competencias pendientes

Miércoles, 11 de septiembre 2024, 10:51

«Ha llegado el momento. Es la hora de ser valientes». Aunque el lehendakari permanecerá en un segundo plano en la reactivación del debate sobre la reforma del Estatuto de Gernika, Imanol Pradales no renuncia a poner deberes a los partidos al emplazarles a un ... acuerdo que amplíe el autogobierno vasco. Para ello, el mandatario nacionalista hace suya la idea de su predecesor, Iñigo Urkullu, de alcanzar una «relación bilateral» con el Estado mediante un «pacto político» que se mire en el espejo del Concierto Económico. Ese modelo «podría ser de aplicación a un nuevo marco jurídico de relaciones institucionales y políticas» entre Euskadi y el resto de España.

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La cuestión estatutaria, todo un clásico de la política vasca, vuelve a la agenda en el inicio de una legislatura llamada a consensuar la primera modificación legal desde 1979. Las tortuosas conversaciones llevan congeladas desde antes de la pandemia y ahora el nacionalismo quiere apretar el acelerador aprovechando la «ventana de oportunidad» que aprecia en Pedro Sánchez y la actual aritmética del Congreso. No en vano, cualquier entendimiento suscrito en Euskadi deberá ser avalado después por la Cámara baja y refrendado finalmente por la ciudadanía vasca.

El debate comienza a carburar en vísperas de que el PNV, a través de Andoni Ortuzar, tome la iniciativa con una ronda de contactos con el resto de líderes políticos para testar el margen de entendimiento. Unas reuniones que se llevarán a cabo de forma discreta y de las que Pradales espera que salgan los «mimbres» de cara a la negociación formal, que se producirá en el Parlamento vasco. «Hay que dar tiempo a los partidos para que puedan desarrollar ese clima», ha explicado este miércoles en un desayuno informativo de Fórum Europa en Bilbao.

El papel del lehendakari, al menos en esta primera fase, será bastante limitado. Y es que, al igual que en los tiempos de Urkullu, PNV y PSE-EE convinieron en su acuerdo de gobierno que la iniciativa sobre la reforma del Estatuto recaería en los partidos y no en el Ejecutivo autonómico. Un intento por blindar el funcionamiento de la coalición frente a las discrepancias de sus integrantes en esta materia. Así, Pradales focalizará sus esfuerzos en lograr la transferencia de las competencias pendientes, una aspiración histórica que Sánchez se ha comprometido a culminar para finales de 2025.

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Sin embargo, el inquilino de Ajuria Enea parece querer dar de vez en cuando ciertas pinceladas sobre el nuevo estatus político que desea para Euskadi. Ya lo hizo en su discurso de investidura en junio y lo ha vuelto a hacer este miércoles ante una destacada representación política y empresarial. Un episodio, este último, que ha generado cierto malestar en el PSE-EE –cuyo secretario general, Eneko Andueza, estaba presente en primera fila– por ir más allá de lo que el programa de coalición establece en esta parcela.

En concreto, Pradales ha puesto sobre la mesa los tres ingredientes principales que, en su opinión, debería contener cualquier acuerdo estatutario entre los partidos vascos antes de acudir al Congreso en busca del plácet: el reconocimiento de Euskadi como nación, la «singularidad» del autogobierno y un «sistema de garantías» que asegure el cumplimiento de todos los términos. Un pacto, en definitiva, que «nos permita crecer en autogobierno, convivencia y bienestar» y que, según ha agregado, precisa de «valentía» por parte de todos los actores concernidos.

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Críticas al sistema fiscal vasco

Al igual que planteaba Urkullu en su día, Pradales considera aplicable el modelo del Concierto Económico a un plano político. Un sistema, el régimen fiscal autónomo vasco, que se ha enfrentado en las últimas semanas a cierto grado de cuestionamiento en plena polvareda política por el modelo de financiación singular pactado por PSC y ERC para Cataluña. El lehendakari ha vuelto a mostrar su preocupación por los «mensajes injustos, infundados y no bien intencionados que tratan de socavar la piedra angular y la singularidad de nuestro autogobierno» y dedicó un largo tiempo a rebatir las críticas.

El mandatario nacionalista ha mostrado su «respeto» ante el modelo fiscal que se acuerde para Cataluña, pero ha expresado su molestia por que el debate «salpique» a Euskadi, cuyo sistema, al igual que el de Navarra, cuenta con anclaje constitucional. En este sentido, se ha rebelado ante los comentarios sobre la supuesta insolidaridad del Concierto Económico explicando que el País Vasco aporta más a las cargas del Estado de lo que le correspondería por su peso en el PIB nacional y en términos poblacionales, y que también contribuye al fondo de compensación territorial, del que no se beneficia. «Y lo hacemos sin quejarnos porque es uno de los elementos del pacto», ha remachado.

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