Euskadi negocia con Moncloa recurrir a más deuda para reforzar inversiones

Pradales, en el Forum Europa celebrado este miércoles en Bilbao, ha reivindicado la solvencia actual de Euskadi con una deuda pública de 11.113 millones de euros, un 12,7% del PIB y la tercera autonomía con menos pasivo, para defender la capacidad de mantener el recurso a esta herramienta. Una petición que llega en el momento en que Bruselas ha puesto fin a su permisividad con el endeudamiento. Europa ha recuperado su política fiscal para reducir las emisiones de deuda de los estados miembro tras la recuperación de la pandemia.

La reunión se ha celebrado en «clima de entendimiento bilateral» tal y como ha explicado el Ejecutivo en una nota. Mientras, la financiación autonómica en España atraviesa una tempestad política a raíz del acuerdo entre el Gobierno y ERC para la investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat y que recoge una autonomía fiscal para Cataluña. Una de las opciones que Moncloa analiza es una quita de deuda generalizada a las comunidades autónomas.

Pradales ha señalado que no teme que el debate surgido del modelo tributario catalán afecte a Euskadi, que cuenta con el sistema recogido sólidamente en el Concierto Económico.

En ese marco, y en el que establece precisamente el Concierto Económico, se encuadra la negociación que Gobierno vasco y Ministerio de Hacienda mantienen este miércoles. El objetivo, tal y como ha explicado el propio lehendakari es seguir acudiendo a la deuda en Euskadi para reforzar las inversiones necesarias en la industria. Pradales ha vuelto ha reivindicar la constitución de un fondo soberano que permita afrontar esas operaciones con empresas estratégicas «impulsando la transformación energética y el desarrollo tecnológico en un momento clave». «Este momento de cambios rápidos exige activar nuevos instrumentos financieros para arraigar empresas líderes en Euskadi», ha señalado.

El lehendakari, además del endeudamiento, ha hecho referencia a los recursos de las fundaciones bancarias de Kutxabank (BBK, Kutxa y Vital), así como al patrimonio de las EPSV para conformar esta herramienta que permita también asegurar el arraigo empresarial de compañías de relevancia en Euskadi y poner freno a la salida de centros de decisión del País Vasco. En el arranque de la legislatura, Pradales ha cifrado en mil millones la dotación para ese fondo.

La toma de participación en ITP Aero o en la ferroviaria CAF son algunos de los ejemplos que podrían tener desarrollo en otras empresas que tienen importantes centros en Euskadi, como el caso de Talgo, que atraviesa un momento comprometido tras el veto a la opa húngara de Magyar Vagon.

El Gobierno vasco aprovechó para pedir prestados a la banca un total de 3.257 millones entre 2020 y 2021. Esos créditos elevaron la deuda del Ejecutivo autonómico un 22% hasta alcanzar los 10.531 millones. Entonces, con los tipos de interés a cero y con una sólida situación financiera (Euskadi era la autonomía con menor deuda sobre el PIB), el Gobierno decidió recurrir a esta herramienta ante la incertidumbre generada por el covid.

Pero con el fuerte arranque de la economía tras el confinamiento en 2022, con crecimientos de la recaudación de doble dígito, el departamento de Economía y Hacienda cambió su política y aprovechó la liquidez para comenzar a devolver los préstamos pendientes. Así, aquel 2022 tiró de remanentes de tesorería para reducir en 243 millones el endeudamiento. Una línea que siguió con otros 76 millones en el pasado 2023. De tal modo que en los dos últimos años ha reducido las deudas a largo plazo un 3% dejando un saldo de 10.200 millones de euros.