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d. guadilla y R. Gorriarán
Lunes, 18 de junio 2018
Sin concretar de qué manera ni en qué momento, pero Pedro Sánchez confirmó ayer oficialmente su voluntad de modificar la política penitenciaria con los presos de ETA. «Evidentemente, es la hora de abordarla de otra manera», señaló el presidente del Gobierno. La posibilidad de ... que el Ejecutivo del PSOE introdujese cambios en el tratamiento de los internos de la banda se barajaba desde su nombramiento hace menos de dos semanas, pero hasta ayer no hubo confirmación definitiva.
Llegó durante la primera entrevista de Sánchez como presidente del Gobierno, que se emitió anoche en Televisión Española. Al ser preguntado de manera explícita por esta cuestión, subrayó que ha llegado el momento de modificarla. Sánchez ya se manifestó en ese sentido a principios de mayo, cuando era líder de la oposición, y es la postura que también le reclama el PSE. ¿En qué consistirán esa nueva «visión»?
El inquilino de La Moncloa se cuidó mucho de concretar más, pero todo apunta a tres cuestiones. La primera es el acercamiento de algunos presos a cárceles próximas al País Vasco; la segunda, la flexibilización de las condiciones para que los internos puedan mejorar de grado y obtener beneficios penitenciarios; y la tercera, la posible excarcelación de los reclusos enfermos.
En todo caso, Sánchez recalcó que cualquier paso se realizará de forma «individualizada». El Gobierno del PSOE, y los socialistas vascos, descartan de plano la posibilidad de realizar movimientos de calado o globales. Además, quieren que los presos de la banda reconozcan de forma aún más clara el daño causado por sus acciones y evitar que la izquierda abertzale y su entorno les conviertan en héroes ante parte de la sociedad. Su apuesta es desarrollar un modelo similar al de la 'vía Nanclares'.
De ahí que Sánchez también apelara ayer a la necesidad de lograr «un consenso» con los otros partidos que también sufrieron el «zarpazo» del terrorismo de ETA, en clara alusión al PP. «Me gustaría pedir a todas las fuerzas políticas que no hubiera elementos de discordia en relación con la política penitenciaria tras el fin de ETA. La banda fue derrotada por la democracia».
Reforma del Estatuto
Gesto
La del terrorismo no fue la única cuestión en clave vasca a la que se refirió Sánchez. El presidente del Gobierno también mencionó la reforma del Estatuto y se mostró convencido de que «la mayoría de la sociedad» de Euskadi no apoya el derecho a decidir. Sobre la tramitación de una nueva carta autonómica, el líder del PSOE hizo un llamamiento a los nacionalistas para que no sea una oportunidad «perdida». «Que no se vuelva a hablar de las identidades», aspiró. Sánchez abogó por que el futuro Estatuto mire más a Europa y también subrayó que el reconocimiento de las «identidades nacionales» de las comunidades tiene encaje legal en el orden constitucional. Además, apostó por «normalizar» las relaciones con el Ejecutivo vasco, un gabinete en el que el PNV y el PSE comparten tareas de gobierno.
Pedro Sánchez viajará el sábado a París para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el que será su primer viaje al extranjero desde su llegada al Palacio de La Moncloa. El presidente del Gobierno rompe así la tradición de que el primer desplazamiento del jefe del Ejecutivo español sea a Marruecos, una decisión que justificó en la entrevista en Televisión Española por la dificultad para cuadrar agendas y por su convicción de que los asuntos relacionados con la UE son «política interior».
El viaje a París será el primero de una ronda de contactos con varios líderes europeos. Sánchez prevé reunirse también próximamente en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel, y en Lisboa con el primer ministro portugués, Antonio Costa.
Durante la entrevista Sánchez dejó claro que no se plantea un adelanto electoral. Su plan es agotar la legislatura y convocar los comicios en junio de 2020. En estos dos años, si sus planes se materializan, quiere abrir una «nueva etapa» en las relaciones con la Generalitat de Cataluña. Un primer paso será el acercamiento de los dirigentes independentistas presos a cárceles de esa comunidad. Es «razonable», dijo.
Reuniones
Entre los socialistas se llegó a especular con que las generales serían en otoño de 2019, después de las autonómicas y locales de mayo próximo. «Hay tarea» para normalizar la vida política y las instituciones, señaló en la entrevista de media hora para justificar los dos años que se pone por delante. Entre esas labores, subrayó, toca abrir una «nueva etapa» en Cataluña y normalizar las relaciones con la Generalitat. Para ello, en un gesto evidente para tratar de limar asperezas, prevé el acercamiento a centros penitenciarios catalanes de los exconsejeros y dirigentes independentistas encarcelados en penales de Madrid que se hará «en el momento preciso».
No será el único movimiento. Espera recibir en La Moncloa al presidente de la Generalitat, Quim Torra, en la primera semana de julio. En la tanda con los gobernantes de las comunidades históricas, Iñigo Urkullu, por el País Vasco; Alberto Núñez Feijóo, por Galicia; y la andaluza Susana Díaz.
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