Mientras en el exterior permanecía encendido un pebetero en recuerdo a las más de 850 víctimas mortales que dejó ETA, en el interior del Parlamento vasco se apagaba la enésima tentativa por mostrar unidad política frente a la sinrazón del terrorismo. Diez años después del ... cese de la «actividad armada», la Cámara autonómica sigue siendo incapaz de acordar una declaración institucional que condene la violencia. La resistencia de EH Bildu a verbalizar la palabra tabú, empleada sin complejos por el resto de grupos, ejerce de obstáculo marmóreo incluso tres días después de que la izquierda abertzale asumiera que todo aquello «nunca debió haberse producido».
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Coincidiendo con el décimo aniversario del alto el fuego definitivo, PP+Cs había tomado la iniciativa y envió el miércoles una propuesta de declaración institucional a los otros cinco grupos. El texto original buscaba dejar constancia de la «condena» a los actos de la banda y exigía «la necesaria colaboración en el esclarecimiento de los asesinatos impunes por parte de aquéllos que los llevaron a cabo». También dejaba claro que el terrorismo «nunca tuvo justificación». PNV, PSE, Elkarrekin Podemos-IU y Vox, cada uno con sus matices, apoyaban el espíritu de la iniciativa a falta de incorporar sus propias aportaciones, mientras que EH Bildu guardaba silencio.
A la Junta de Portavoces, que se reunió ayer antes del pleno ordinario, llegó un texto alternativo promovido por jeltzales y socialistas. En este nuevo documento de tres artículos, se mostraba una «firme condena de la sinrazón y la injusticia que supuso la actividad terrorista de ETA», un apoyo expreso a las víctimas y el compromiso de los firmantes de «promover una reflexión plural» sobre lo ocurrido. Esta propuesta convenció igualmente a Elkarrekin Podemos-IU, PP+Cs y Vox, dispuestos a estampar su sello. Pero no a EH Bildu, que mantuvo su mutismo. Este extremo vetaba la aprobación de la declaración institucional, un tipo de iniciativa que exige la unanimidad de los grupos.
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Ahí es donde se abría un posible 'plan B': que la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria (PNV), asumiera el manifiesto como una declaración de la Presidencia. Se trata de una alternativa que ha empleado en varias ocasiones durante esta legislatura para sortear el veto a una iniciativa por parte de un solo grupo. Lo que ocurre es que la máxima representante del Legislativo distingue entre unas formaciones y otras según el peso que tengan en el hemiciclo. No es lo mismo, suele argumentar, que falte la firma de Vox (con una sola representante) que la de EH Bildu (con 21 escaños, principal fuerza de la oposición), por lo que rápidamente descartó hacer uso de este instrumento.
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Reunir a los seis en un mismo documento, en realidad, era misión imposible en cualquiera de los casos. En virtud del cordón sanitario que la mayoría de grupos aplican a Vox, EH Bildu se niega a apoyar nada que tenga la firma de la extrema derecha. La coalición soberanista ha llevado esta práctica hasta el extremo de impedir una declaración en apoyo a las víctimas de cáncer. En el caso concreto de la iniciativa con motivo del décimo aniversario del cese de la violencia de ETA, con la izquierda abertzale ya fuera de juego, también se dieron ayer movimientos entre el resto de grupos para tratar de marginar al partido de Santiago Abascal, dispuesto a apoyar cualquiera de los dos textos. Se estudió realizar una «declaración de partidos» de PNV, PSE, Elkarrekin Podemos-IU y PP+Cs, pero no prosperó.
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Los grupos que suscribían la iniciativa no ahorraron en críticas a EH Bildu. Si bien PNV y PSE no emitieron comunicados, en sus redes sociales sí señalaron a la coalición soberanista como única culpable del desacuerdo. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, se apoyó en este episodio para tachar de «falso» el mensaje que Arnaldo Otegi lanzó el lunes, reconociendo el «dolor» de las víctimas. «Se quita el disfraz de cordero para ponerse el de lobo, que es lo que es», aseguró. Para la parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, se demuestra que en la izquierda abertzale «no son gente de paz». Por su parte, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, tiró de ironía al catalogar lo de ayer como otro «paso adelante» de la formación independentista.
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