Los nacionalistas vascos empujan a favor del referéndum catalán

Más allá de saludar ambos que se recupere el «diálogo», las dos fuerzas abertzales coincidieron en empujar a favor de la consulta a la escocesa, aunque con matices. En el PNV, Aitor Esteban se mostró prudente al poner por delante que no se está hablando de hacer reformas «para mañana por la mañana» y advertir de que un cambio constitucional de semejante calado «no está en la agenda» a corto plazo. No obstante, pese a defender la «estabilidad» por encima de otras consideraciones, el portavoz jeltzale en el Congreso se mostró convencido de que la 'vía escocesa' «siempre es posible si hay voluntad política entre las partes» y si Cataluña y el Estado acuerdan respetar las «voluntades democráticas» del otro. Un hipotético acuerdo que podría incluir, admitió, la modificación de la Carta Magna.

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Más explícito aún se mostró el burukide Koldo Mediavilla, que celebró la posición de Junqueras como un «paso muy importante» porque permite «retornar a la política». «Si hay que modificar la legalidad, que se modifique», opinó el responsable de Política Institucional del EBB, que recordó la apuesta del PNV por que Euskadi pueda «decidir su futuro» de manera pactada y «respetando los ámbitos de legalidad».

«O hay un acuerdo para establecer las reglas del juego en el ámbito democrático en el que se contemple la posibilidad de un referéndum pactado o similar, o el ámbito de convivencia estalla por los aires», advirtió Mediavilla en 'Onda Vasca', sin aclarar cómo se podría salvar el muro de la legalidad vigente, que para los nacionalistas, tanto vascos como catalanes, no es tal. De hecho, a la posibilidad de una reforma del texto constitucional se unen también otras voces que abogan por una lectura amplia del que está vigente, como por ejemplo una interpretación expansiva del artículo 92, que prevé la celebración de referendos consultivos en todo el territorio nacional «para decisiones políticas de especial trascendencia».

En la misma línea, la de ver el vaso medio lleno, se mostró también EH Bildu. Su portavoz en la Cámara baja, Mertxe Aizpurua, dejó claro que si la Constitución de 1978 «va a ser el traje que encorsete» la solución al «conflicto» catalán, «habrá que cambiarla». La izquierda abertzale ve con optimismo la reapertura del diálogo con Cataluña, incluso como una oportunidad para reactivar el debate sobre la posible cabida de referendos autodeterministas en el ordenamiento vigente que defendieron, recuerdan, 'padres' de la Constitución como el fallecido Francisco Rubio Llorente.

Aunque EH Bildu se apuntó en su día a la unilateralidad a la catalana, ha girado a posiciones más similares a las que sostenía el PNV antes de la pandemia. Aizpurua defendió este martes «otro tipo de relación» con el Estado, «de igual a igual» y sustentada en una «bilateralidad real». En ese sentido, pidió a Sánchez «valentía» para abordar el «conflicto territorial» en torno a dos ejes, el pacto y la «libre determinación de los pueblos». La coalición cree que lo que un día parece inasumible acaba siendo factible, como lo fueron los acuerdos de Viernes Santo en Irlanda del Norte. «Es todo política. Si hay voluntad se busca la vía legal», defienden, en privado.