Imagen de archivo de Miirentxu Elosegui. el correo

Fallece en Tolosa Mirentxu Elosegui, la única mujer secuestrada por ETA

Perteneciente a la familia propietaria de Boinas Elosegui, permaneció trece días secuestrada en 1982 hasta que la familia pagó el rescate

óscar b. de otálora

Martes, 10 de enero 2023, 07:16

Mirentxu Elosegui Garmendia, la única mujer secuestrada por ETA en su historia, falleció el pasado domingo en Tolosa a los 88 años. En 1982 permaneció trece días en poder de la banda y no sería liberada hasta que su familia, propietaria de la empresa Boinas ... Elosegui, hizo frente al rescate. Su caso creó una fuerte conmoción en la comarca, que se movilizó para pedir la liberación de su vecina, que en ese momento era militante del PNV.

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Mirentxu Elosegui fue secuestrada el 12 de junio de 1982 en su piso de Tolosa. Los dos terroristas que llevaron a cabo la acción encañonaron a la mujer, de 47 años y madre de tres hijos, y esperaron a que uno de ellos llegara a la vivienda para darle las instrucciones de cómo realizar el pago. La banda le ordenó que, para salvar a su madre, alguien de confianza cruzara la frontera para viajar a San Juan de Luz y allí entregase 50 millones de pesetas de la época.

Los etarrras habían exigido a los familiares que no se pusieran en contacto con las fuerzas de seguridad y que no hicieran público el secuestro. Sin embargo, medios nacionalistas difundieron la noticia de la desaparición de la mujer. En ese momento se inició una extraña guerra de comunicados, ya que en un principio se atribuyó la acción a ETA político militar (pm) VII Asamblea, una rama de la banda que en ese momento negociaba el abandono de las armas. Sus componentes negaron cualquier relación con la desaparición de Mirentxu Elosegui. Los dos etarras que habían retenido a la mujer habían afirmado ser de ETA pm VIII Asamblea, un grupo que no era partidario de la reinserción y que pasaría, en gran parte, a ETA militar. También se especuló con la intervención de los Comandos Autónomos. Investigaciones posteriores revelaron que los responsables pertenecían a la VIII Asamblea.

Noticia del periódicio de la época

Zulo diminuto

La familia inició los contactos para pagar el rescate y su esposo llegó a ofrecerse para ser intercambiado, pero la banda desoyó su oferta. Finalmente, la familia negoció la entrega de 25 millones de pesetas y Mirentxu Elosegui fue liberada el 23 de junio en las inmediaciones de la papelera de Tolosa. La mujer fue introducida en el maletero de un coche, sedada y abandonada en un camino aislado y sin iluminación. Consiguió llegar andando hasta la fábrica de papel y allí el vigilante no creyó en un primero momento su historia. Ella tuvo que insistir para que avisara a la familia de que había sido liberada.

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Según contaría más tarde, Mirentxu Elosegui permaneció en un zulo diminuto, en el que solo había una mesa y una silla. Ella intentó hablar en euskera con los terroristas que la retenían, pero ellos solo le dirigían la palabra en castellano. Durante los trece días que duró el cautiverio, a la víctima le obligaron a llevar los oídos cubiertos con tapones para que no escuchase ningún ruido. Le alimentaban con comida que le hacían llegar en túper y solo tenía un cubo para realizar sus necesidades.

Por estos hechos fue condenado Joaquín Martínez Pérez, 'Satur', quien ese mismo año huiría a Francia después de que la Guardia Civil liberase al empresario Sarturnino Orbegozo. En 1985, 'Satur' fue arrrestado en Francia y entregado a España. La Audiencia Nacional le impuso una condena de dos años y medio por detención ilegal ya que mostró su intención de abandonar la violencia y reinsertarse. Los autores intelectuales del secuestro no fueron juzgados. En 1985 fueron también detenidos en Francia y se les deportó a Cabo Verde y desde allí huyeron a Cuba. En principio, regresaron a España cuando los delitos que se les imputaban habían prescrito.

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Intermediario asesinado

En 2022, al cumplirse 40 años del secuestro, uno de los hijos de Mirentxu Elosegui agradeció en público la labor realizada por las personas que facilitaron el pago del rescate. Uno de ellos fue Patxi Arratibel. Este empresario guipuzcoano fue asesinado durante los carnavales de Tolosa de 1997 en presencia de uno de sus hijos. Arratibel había participado también en 1988 en el pago del rescate de Emiliano Revilla y a partir de ese momento fue acosado por ETA. Unos meses antes de su muerte la banda llegó a colocar una bomba, que pudo ser desactivada, en la puerta de su empresa. En 1978 resultó herido de bala en una pierna cuando forcejeaba con un etarra que intentaba secuestrar a su padre para que pagase el impuesto revolucionario.

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