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El presidente de Cantabria sale de su despacho y se deshace del fotógrafo a la velocidad del rayo. «Los feos mejor nos dedicamos a hablar en vez de a posar». Y habla. Miguel Ángel Revilla (Polaciones, 1943) glosa los lazos afectivos, empresariales y económicos que ... unen a la comunidad que preside con Euskadi y advierte de que su fidelidad a Pedro Sánchez no es inamovible. Apoyará a cualquier aspirante a ser investido tras el 10-N que se comprometa a construir el nuevo servicio ferroviario entre Santander y Bilbao. Ese tren es la obsesión de Revilla «por encima de todo».
- ¿Es el PRC ahora mismo el único socio seguro que tiene Pedro Sánchez para ser investido?
- Somos previsibles, todo el mundo sabe qué pedimos para dar nuestro apoyo. Fuimos a la campaña electoral con tres reivindicaciones: que se adjudique la obra del AVE a Palencia, que nos paguen la deuda que tiene el Estado con el Hospital de Valdecilla y, sobre todo, que se defina el proyecto para mejorar el tren Santander-Bilbao. A los dos días de ganar los socialistas se comprometieron y ahí está nuestro voto. Somos gente seria.
- ¿El pacto con el PSOE seguirá en vigor tras el 10-N?
- Tenemos un documento firmado. Y si ganan otros iremos y diremos, ¿les interesa nuestro voto? Pues queremos esto, asúmanlo.
- ¿Con el PP también? Hasta hace poco marcaban distancias porque era un partido «corrupto».
- Sí, pero en aras de la gobernabilidad pactaríamos con ellos si ganan. Somos coherentes, no podemos estar reprochando al resto la incapacidad de negociar y hacer lo mismo. El PRC es previsible, la gente sabe qué vamos a hacer en cada momento. No somos Podemos, o Ciudadanos... en eso nos parecemos al PNV, que cuando dice sí es sí y cuando dice no es no.
- ¿Es un referente el PNV a la hora de rentabilizar los escaños en Madrid?
- Son unos fenómenos. Llevan muchos años, saben de qué va esto.
- ¿El nacionalismo vasco es un espejo al que se mira?
- En organización sí, porque defienden lo suyo. La discrepancia radical es que nosotros somos cántabros y españoles, no soberanistas. Pero a diferencia de los catalanes el PNV sabe siempre estar en el límite de la reivindicación sin saltarse las normas. Han entendido que el conflicto no era el camino ni lo eficaz para el País Vasco por mucho que tengan sus aspiraciones. Pero no van a meterse en aventuras con mal final.
- ¿Habla con Ortuzar?
- Hay diálogo sí, a todos nos interesa tener el nuevo tren Santander-Bilbao. Hablo con Ortuzar, con el lehendakari... cómo no vamos a tener buena vecindad si en Cantabria un fin de semana hay más vascos que cántabros.
El PNV
- ¿Y qué relación mantiene con Urkullu?
- La verdad es que he hablado más con el presidente del PNV en calidad de secretario general del PRC. Con Urkullu tuvimos una reunión en Comillas y luego hemos mantenido contacto un par de veces más. Pero la relación es buena, debe serlo siempre porque tenemos intereses comunes en muchos asuntos: comunicaciones, sanidad... Y todos queremos el tren.
- ¿Por qué es tan importante para usted que se mejore el enlace ferroviario con Bilbao?
- Es la prioridad del PRC, es el futuro de Cantabria. Mucho más importante que cualquier otra obra...
- ¿Más que el AVE a Madrid?
- Sí, sí, sí. Mucho más. Bilbao es nuestro 'hinterland'. La relación humana, empresarial y comercial principal de Cantabria es con Euskadi. Llegar a Bilbao es llegar a Francia y a Europa. Y conectarse con el valle del Ebro, el polo de desarrollo 'grande'.
- Insisto. ¿Más que Madrid?
- Es que Madrid es un 'pulpo', solo nos obliga a ir allí dos o tres días por semana. En Madrid está el Gobierno y la burocracia, pero ¿cuántos negocios cántabros dependen de eso? Nuestra relación es con Euskadi, y si tira para adelante nosotros también. Mire Noja, Laredo, Castro, Isla... recuerdo lo que pasó el año 83.
- ¿Qué ocurrió?
- Teníamos que pedir al Estado la gran obra que debía ejecutarse en Cantabria y tuve una bronca tremenda con Alianza Popular porque no querían la autovía a Bilbao. Yo reclamaba la A-8 más que cualquier otra cosa porque nos llevaba a Euskadi y a Aragón y a Cataluña, pero hubo muchas reticencias. Había un presidente que decía que Cantabria se iba a llenar de vascos.
- ¿En qué momento ha cambiado esa percepción 'antivasca' que existía en Cantabria?
- Me he dedicado personalmente a eso. Le tengo un gran cariño al País Vasco porque estudié en Bilbao, me tira mucho. En aquella época había más diferencia entre Santander y Bilbao que entre Bilbao y Singapur.
- Supongo que el final de ETA también ha sido decisivo.
- Sin duda, eso es lo más grande que ha pasado en España desde la muerte de Franco. El otro día estuve comiendo en una sidrería en Astigarraga y me tiré una hora sacándome fotos. Qué diferencia, hace veinte años tuve que salir de Orio corriendo. He discrepado mucho con dirigentes vascos por ETA, era muy beligerante con eso y en su época me generó problemas con Ibarretxe. No fue capaz de llamar aquí nunca para pedir perdón por un atentado.
- ¿El lehendakari Ibarretxe debía pedirle perdón por los atentados que perpetraba ETA?
- ETA asesinó a 11 personas en Cantabria y nunca llamó para mostrar su pesar. Yo cuando ha habido incendios en Canarias he levantado el teléfono enseguida, y si un loco cántabro mata a alguien en Valladolid, llamo. No digo que lo hiciera en nombre de ETA sino como ciudadano. Me llamaban todos menos el lehendakari, qué menos que decirme 'oiga lo siento, ETA no representa a los vascos'.
El Cupo
- Habla de sus paseos, pero aún hay políticos que no pueden hacer actos políticos en Euskadi.
- Eso está muy mal. Hombre, si abogas por eliminar el Concierto como Rivera no te van a aplaudir, pero la libertad de expresión es innegociable. No se puede demonizar a nadie aunque vayan buscando votos en otros sitios de España.
- Rivera dice que el Cupo es «insolidario», ¿y usted?
- Es un privilegio pero, ¿por qué vamos a remover algo consolidado y blindado por la Constitución? A lo mejor los vascos y los navarros tuvieron una capacidad de negociar mayor en su momento. No van a renunciar al Concierto y me parece bien. A mí también me hubiera gustado conseguirlo en su día.
- ¿Le sale rentable a Cantabria multiplicar el gasto en servicios en municipios como Castro y Laredo para atender a miles de vascos que no pagan impuestos en su territorio?
- Es costoso, pero los beneficios son mayores. Claro que nos gustaría que esa gente se empadronara, pero entiendo las ventajas que tienen en Euskadi y su sentimiento identitario. Aun así hay dos cantabrias, y la que va de Solares hasta el País Vasco tiene unos índices de riqueza muy superiores a la otra.
- ¿Alguna vez se desatascará la A-8?
- La obra para ampliar la A-8 también está comprometida por Fomento y el PSOE. Está en un papel firmado. Pero el futuro es el tren...
- El Ayuntamiento de Castro ha pedido ayuda económica para abrir un euskaltegi...
- Si lo paga el que va a aprender, perfecto. Yo encantado. Nosotros subvencionamos casas de Cantabria por todo el mundo y les ponemos boleras. En todas hay una porque queremos que se conserve la tradición. Si tuviésemos una lengua también lo haríamos porque es un patrimonio principal.
- Le iba a decir que Castro ha pedido ayuda al Gobierno vasco y no al suyo. ¿No van a implicarse?
- Hombre, por supuesto que deben pedírsela al Gobierno vasco. Ellos tampoco me subvencionan a mí las boleras. Tenemos una escuela de folclore cántabro en Rosario (Argentina), el otro día me mandaron un vídeo con los trajes regionales. Pero la pagamos nosotros, no le hemos pedido al Gobierno argentino que nos pague los trajes.
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