david guadilla
Martes, 21 de junio 2022, 15:17
La tensión desatada entre los jóvenes disidentes de la izquierda abertzale y EH Bildu sigue sumando grados de tensión y amenaza con estallar a corto plazo. El lunes se alcanzó un nuevo punto de inflexión cuando varios representantes del Movimiento Sozialista de Hernani -una de ... las marcas bajo las que opera la Gazte Koordinadora Sozialista (GKS)- decidieron ocupar las instalaciones del Ayuntamiento, gobernado por la coalición soberanista con mayoría absoluta. Los miembros del colectivo recalcaron que el origen del problema estaba en que el equipo de gobierno no les dejaba instalar una txosna en las fiestas de la localidad, que arrancan este fin de semana. Después de once horas de encierro, los asaltantes abandonaron el edificio. Pero el pulso continúa.
Publicidad
Los disidentes procedieron este martes a levantar su propio 'stand' a pesar de no contar con el permiso del Consistorio que, aun así, ha tolerado su puesta en marcha. Al menos por ahora. El PNV y el PSE sospechan de un acuerdo oculto entre ambas partes, pero la crispación va a más. A última hora de la tarde, decenas de personas, muchas vinculadas con la izquierda abertzale pero que se definían simplemente como «vecinos» de la localidad, mostraban su apoyo a la gestión del Ayuntamiento, denunciaban las «amenazas» del Movimiento Sozialista y recalcaban que lo sucedido estos días «no es más que el último eslabón de una larga cadena de acoso y agresiones».
Noticia Relacionada
Lo que en principio puede parecer un simple conflicto municipal de escaso recorrido esconde toda una lucha de poder dentro de la izquierda abertzale y su entorno. Que un grupo juvenil se atreva a entrar en un Ayuntamiento de Bildu mientras lanza graves acusaciones contra la coalición soberanista y Sortu supone todo un órdago que está colocando en una situación complicada a los de Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez. Además, no se trata de un municipio cualquiera. Hernani siempre ha sido considerado un baluarte de la izquierda abertzale y en estos momentos es una de las localidades más relevantes de las que gobierna.
La ocupación del Ayuntamiento arrancó a primera hora de la mañana y terminó pasadas las nueve de la noche del mismo lunes. Los miembros de GKS anunciaron que habían decidido abandonar el Ayuntamiento para «no caldear» el ambiente a escasos días del inicio de los 'sanjuanes'. Apenas unas horas antes, el equipo de gobierno había emitido un comunicado en el que consideraba «inaceptables las amenazas».
En teoría, el Consistorio les había prohibido colocar una txosna en el recinto festivo porque los espacios ya estaban repartidos. Como respuesta, los miembros de GKS apostaron ayer por levantar su propia instalación en otra parte del municipio y organizar su propia agenda de actividades, que incluye una degustación de cerveza, un pintxo pote y una comida popular el sábado. Los jóvenes levantaron la barra sin ningún tipo de problemas. Agentes de la Policía Municipal identificaron a alguno de los presentes.
Publicidad
Desde el grupo municipal del PSE se acusó al alcalde de haber cedido a las presiones del Kontseilu Sozialista. Los socialistas, además, denunciaron que el regidor sólo les informó durante el asalto de que «debíamos mantener los despachos cerrados con llave». Una críticas que también llegaron desde el PNV. «Pisotearon el emblema de la soberanía popular», dijeron los jeltzales.
Detrás de esta pelea hay una guerra abierta con dos causas que están vinculadas. Por un lado, el económico. Como han reconocido los miembros de GKS, la colocación de las txosnas es un elemento importante de recaudación. Y, según su denuncia, lo que trata de hacer la izquierda abertzale es impedir que logren fondos y ahogar su proyecto político.
Publicidad
Pero más allá de eso, la bronca desatada en las últimas semanas es la escenificación de un enfrentamiento que lleva larvado varios años. El embrión de GKS y de todas las marcas que le acompañan es Ikasle Abertzaleak, el sindicato estudiantil que durante años compartió estrategia con la izquierda abertzale pero sin formar parte de su estructura. La ruptura llegó a medida que EH Bildu apostó por las vías institucionales. Fue en 2019 cuando GKS se puso en marcha y desde entonces ha ido acaparando fuerza entre los más jóvenes y fortaleciendo su estructura. Lo ha hecho, además, con un discurso que ha cogido con el pie cambiado a los dirigentes de Sortu.
Cuando pensaban que la disidencia más soberanista y más crítica con el fin de ETA estaba más o menos controlada, el roto les ha venido por un grupo de jóvenes con un discurso comunista ortodoxo y unos debates teóricos similares a los que se vivían en ETA en los sesenta. Su objetivo es, sobre todo, buscar las contradicciones de Bildu y Sortu y demostrar que se han convertido en un «partido más que forma parte del sistema». Y es en la 'guerra de las txosnas' donde han encontrado el terreno perfecto para cultivar ese mensaje.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.