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David Guadilla
Lunes, 20 de junio 2022
La tensión entre los jóvenes de la izquierda abertzale, lejos de relajarse, va en aumento. Los miembros de la Gazte Koordinadora Sozialista (GKS) han realizado este lunes un acto de alto contenido simbólico. Varios de sus miembros 'okuparon' y se encerraron durante varias horas, hasta ... las nueve de la noche, en el Ayuntamiento de Hernani, uno de los principales feudos históricos de EH Bildu, donde gobierna con mayoría absoluta. El motivo: que el equipo de gobierno les ha negado la colocación de una txosna en las fiestas de la localidad.
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La decisión de GKS es un nuevo mensaje interno que demuestra el nivel de enfrentamiento existente. Este colectivo, definido como «comunista» y que marca distancias con la izquierda abertzale porque la considera «burguesa», lanza un pulso de enormes proporciones a EH Bildu. Básicamente, porque obliga a la coalición soberanista a entrar en una guerra abierta que puede poner sobre la mesa sus contradicciones. Horas después de la irrupción de los jóvenes, el Ayuntamiento emitió un comunicado en el que aseguraba que «todas las amenazas y persecuciones hacia la ciudadanía son inaceptables». Alrededor de las nueve de la noche, los miembros de GKS anunciaban su salida del edificio, aunque la tensión entre las dos partes es máxima.
El teórico origen de la disputa es la colocación de las txosnas en las próximas fiestas de la localidad. Según GKS, el Ayuntamiento les estaría «vetando» e impidiendo que la plataforma tenga su propia barra. Detrás hay una cuestión de financiación. La tensión no sólo se produce en Hernani. Situaciones similares se han generado en otras localidades como Lesaka, Lazkao, San Sebastián o en barrios como el de Deusto, en Bilbao. Sin embargo, GKS ha querido realizar su golpe más simbólico en el ayuntamiento que para la izquierda abertzale tiene más valor.
La disputa viene de lejos pero en las últimas semanas ha entrado en una fase que preocupa a las instituciones porque amenaza con un «verano caliente». Además, ha encendido las alarmas dentro de Sortu porque ese movimiento se ha convertido en la principal fuente de contestación interna.
A pesar de que la formación liderada por Arkaitz Rodríguez intenta crear un cortafuegos y subrayar que GKS es un movimiento ajeno a la izquierda abertzale y de que los propios portavoces de la Koordinadora sostienen que son «algo nuevo», la realidad es que los vínculos son numerosos y muchos de sus militantes son hijos de históricos miembros del MLNV.
La tensión alcanzó un punto álgido hace varias semanas después de que los dos sectores se enfrentasen por el control de un local en la Parte Vieja de San Sebastián. Aquello derivó en un cruce de insultos y agresiones y en una primera demostración de fuerza por parte de GKS, cuando alrededor de 300 miembros de la organización posaron en el anfiteatro de Miramón en San Sebastián.
La estrategia de Sortu y Ernai ha pasado hasta ahora por intentar evitar el enfrentamiento directo. Sin embargo, desde la izquierda abertzale se aventuraba hace semanas que el objetivo de GKS iba a ser incrementar la presión a medida que avanzase el verano para buscar una reacción de la 'línea oficial' que, a su vez, les sirviese para reforzar su discurso de que «Bildu forma parte del sistema».
El PSE-EE de Hernani ha condenado la ocupación y ha considerado que el alcalde, Xabier Lertxundi (EH Bildu), es «el máximo responsable» del Consistorio y es «quien debe tomar las medidas oportunas».
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