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Iñigo Urkullu está decidido a protagonizar una despedida política a cámara lenta y de guante blanco. Aunque la ejecutiva de su formación, el PNV, ya le ha transmitido que no encaja en el «retrato robot» del candidato ideal para las autonómicas del año que viene, ... el todavía lehendakari reivindica que la legislatura «no termina hasta el último día», enfría de momento un adelanto electoral porque «aún queda trabajo por delante» y evita aclarar si personalmente deseaba aspirar a un cuarto mandato: «Soy un hombre de partido que atiende sus decisiones, las respeta y las cumple. Yo no voy a terminar mal con el PNV ni el PNV va a terminar mal conmigo».
El mandatario nacionalista protagonizó ayer el Foro Expectativas Económicas, organizado por EL CORREO y el Banco Santander en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Ante casi 700 representantes de la esfera política y económica vasca, realizó todo un alegato de su labor en el cargo desde que llegó a Ajuria Enea a finales de 2012. Once años en los que Euskadi, «lejos de retroceder, ha crecido en plena adversidad» hasta contar actualmente con «unas cuentas públicas saneadas, con solvencia financiera y con capacidad para dar respuesta a las necesidades».
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Una defensa cerrada de su legado, en definitiva, en la que sobrevoló el proceso de relevo en la candidatura del PNV, precipitado después de que EL CORREO revelara en exclusiva la decisión del Euzkadi buru batzar (EBB) de prescindir del propio Urkullu. En un coloquio moderado por José Miguel Santamaría, director de este periódico, el lehendakari dijo «asumir» la sucesión y afirmó que la formación jeltzale se debía sentir «libre para hacer la reflexión pertinente y tomar las decisiones que creyera más convenientes». Le escuchaban allí presentes Andoni Ortuzar y también Imanol Pradales, candidato propuesto por Sabin Etxea, a quien aconsejó que sea «él mismo».
Aunque fue preguntado por ello, eludió revelar si, a diferencia de lo que determinó la cúpula del PNV, él quería volver a ser candidato. Lo que en todo caso negó fue que su intensa agenda pública en los últimos meses, especialmente tras el verano con propuestas como la de la convención constitucional, constituyera una intencionada reivindicación de su aspiración a un cuarto mandato: «En modo alguno. Si se ha dicho que se me comunicó en septiembre (él no confirmó cuándo) y en este tiempo se me ha acusado de estar en campaña, pues habría una incongruencia en mi proceder», planteó.
El jefe del Ejecutivo autonómico rechazó igualmente sentirse «señalado» por sus compañeros de partido o haber pagado los platos rotos del evidente desgaste electoral que ha sufrido el PNV en las últimas convocatorias electorales. Subrayó que el cambio generacional no tiene que ver con los resultados en los comicios y, de hecho, se escudó en la proyección del Sociómetro del Gobierno vasco de cara a las autonómicas de 2024, realizado antes de conocerse su salida, que prevé una nueva victoria jeltzale e incluso el mantenimiento de la mayoría absoluta con el PSE-EE a pesar del auge de EH Bildu.
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Jesús J. Hernández
Sobre esa cita con las urnas, explicó que «sinceramente» no sabe cuándo se celebrarán, a pesar de que es su potestad. Hizo hincapié en que el Gobierno vasco aún «no ha cubierto el mandato de cuatro años» desde la última llamada a las urnas, que se produjo inicialmente para el 5 de abril de 2020 pero fue retrasada al 12 de julio de ese mismo año por culpa de la pandemia. Hablar sobre un anticipo, probablemente a marzo, «no es un ejercicio serio» por mucho que los partidos ya estén eligiendo a sus respectivos candidatos, dijo el lehendakari. Recordó, de igual manera, que su Gabinete continúa en marcha y aprobará en las próximas semanas iniciativas clave como los Presupuestos de 2024 y la Ley de Educación.
Mirando al futuro más allá, después de esas elecciones autonómicas a las que no concurrirá, Urkullu aseguró no saber todavía a qué se dedicará cuando abandone el cargo: «No he pensado nada. Estoy centrado en mi responsabilidad como lehendakari. Una vez entregue la makila al siguiente lehendakari en la Casa de Juntas de Gernika, será cuando piense en mi futuro». Y preguntado sobre cómo querría ser recordado, explicó que no busca el «reconocimiento», sino «dejar de la mejor manera posible Euskadi y dejarla en las mejores manos posibles».
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