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Tras semanas de escalada dialéctica y manifestaciones masivas, el conflicto en la Ertzaintza comienza a ofrecer síntomas de apaciguamiento. El Gobierno vasco y los sindicatos se sentarán a la mesa la próxima semana para retomar las negociaciones, interrumpidas desde la entrada en escena del ... movimiento asindical 'Ertzainas en lucha'. El Departamento de Seguridad ha convocado a ErNE, Esan, Euspel y Sipe para presentarles una nueva propuesta con «mejoras» en las condiciones laborales y con la que espera atajar la crisis antes de la salida del Tour de Francia, cuyo operativo policial del 1 al 3 de julio está en peligro por las reivindicaciones de los agentes.
El regreso a la mesa de negociación abre una ventana de oportunidad para la resolución del conflicto tras mes y medio de creciente tensión. En plenas conversaciones, el músculo movilizador de 'Ertzainas en lucha', que logró reunir a 4.000 personas en las calles de Bilbao, agitó de pronto el tablero y descolocó a todas las partes. Las movilizaciones se han sucedido desde entonces, sobre todo a las puertas del Parlamento vasco, en un ambiente cada vez más crispado por el intercambio de acusaciones, aunque también con tímidas apelaciones mutuas a retomar el diálogo.
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La reunión fue anunciada este viernes por Iñigo Urkullu, quien aprovechó la tribuna parlamentaria en un pleno de control en el que se dedicó casi una hora a toda esta polémica. Fue en su segundo turno cuando imprimió un golpe de efecto a la sesión y, ante la mirada de representantes sindicales sentados en la tribuna de invitados, extendió la convocatoria. En esa cita, según el lehendakari, el equipo de Josu Erkoreka -ausente en la Cámara al encontrarse en la Junta de Seguridad en Bilbao- «actualizará las propuestas de mejora de las condiciones laborales que ya había planteado».
En todo caso, pese a la llamada al diálogo, el jefe del Ejecutivo autonómico no está dispuesto a abandonar el tono crítico que viene manteniendo ante las movilizaciones de los agentes. Si hace dos semanas les reprendió en público al recordarles que no se pueden «permitir el lujo de perder el respeto de la sociedad», este viernes insistió en que los términos de manifestaciones como las de Bilbao y Vitoria están fuera de lugar: «Condicionar la vida de la ciudadanía, cortar la circulación del tranvía y generar atascos de forma deliberada no es una actitud acorde con la misión de la Ertzaintza. No hablamos de reivindicaciones, sino de principios».
El mandatario nacionalista, además, también pone en duda una de las principales peticiones de los sindicatos: la subida salarial. Urkullu recordó que los sueldos se han incrementado un 17% en los últimos diez años pese a la falta de renovación del acuerdo regulador, destacó que la retribución media de los agentes es «10.000 euros superior» a la de los trabajadores del sector privado en Euskadi y presumió de que el cuerpo autonómico «cuenta con muy buenas condiciones».
La oposición, por su parte, clama contra la gestión del conflicto por parte del Gobierno vasco, aunque con apreciaciones muy diferentes. Mientras Carlos Iturgaiz (PP+Cs) acusaba al Gabinete Urkullu de actuar «en el incendio como jefe de los pirómanos» y Amaia Martínez (Vox) hablaba de «pérdida de respeto» a los agentes, Julen Arzuaga (EH Bildu) cambiaba el foco y denunciaba el «viraje» de los integrantes del cuerpo policial hacia posiciones «aparejadas a ideologías de ultraderecha».
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