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«Egun on, buenos días. Euskal Herrian euskaraz bizi nahi dugu. Hau izan da eta jarraitzen du izaten euskaldunon helburua».
A las 12.48 horas del 19 de septiembre de 2023, estas palabras en euskera han resonado con fuerza en cada metro cuadrado del hemiciclo ... del Congreso. Desde la tribuna, al habla Mertxe Aizpurua, portavoz de EH Bildu, quien ha tenido este martes el honor de ser la primera diputada en pronunciar su discurso en lengua vasca sin temor a ser interrumpida por la presidenta de la Cámara baja. Una situación inédita en el parlamentarismo español más allá del Senado y que ahora llega a la Carrera de San Jerónimo para quedarse.
El euskera ha sido la última de las lenguas cooficiales que se han escuchado en el pleno en el que se aprobó la tramitación de una reforma del Reglamento para autorizar su uso. Antes se ha podido escuchar el gallego en boca de José Ramón Gómez Besteiro (PSOE) y Marta Lois (Sumar), y justo después el catalán en el turno de Gabriel Rufián (ERC). La lengua vasca, por su parte, ha tenido tres oradores en total –Mertxe Aizpurua (EH Bildu), Joseba Agirretxea (PNV) y Borja Sémper (PP)–, aunque cada uno de ellos lo ha empleado de forma distinta y con finalidades contrapuestas.
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Al igual que en tantas otras cuestiones en Madrid, las dos familias del nacionalismo vasco han competido indisimuladamente por hacerse con la medalla de ser el primero. En puridad, ha sido la representante de EH Bildu quien ha tomado la palabra antes al contar con un grupo parlamentario más numeroso (6 frente a 5), pero Aizpurua ha dividido su turno para hablar en euskera y castellano a partes iguales. Inmediatamente después, el diputado del PNV, excepto una breve introducción en español, ha leído todo su discurso en euskera. Es por eso que Sabin Etxea se ha atribuido vía nota de prensa el título de ser «el primero en intervenir íntegramente» en lengua vasca.
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Sea como fuere, en un día tan simbólico como este, soberanistas y jeltzales al menos sí han coincidido en aprovechar sus respectivas intervenciones para realizar una encendida defensa de los derechos lingüísticos de los euskaldunes y para denunciar de paso la histórica persecución de la lengua propia que, a su modo de ver, se ha extendido en los últimos años mediante sentencias judiciales que han cuestionado las exigencias en la Administración. En todo caso, tanto PNV como EH Bildu han aplaudido el paso dado por la mayoría del Congreso y han deseado, eso sí, que los avances para proteger el euskera no se detengan aquí.
«Señorías de PSOE y Sumar: la plurinacionalidad no pueden ser actos de simbolismo carentes de efectividad. Escuchamos palabras sobre la riqueza de las lenguas, pero los hechos van en dirección contraria», ha lamentado Aizpurua, quien denunciaba «falta de compromiso» para euskaldunizar las instituciones del Estado. La portavoz abertzale ha reclamado que los euskaldunes puedan contar con las mismas garantías lingüísticas –«no pedimos ser más que nadie, pero tampoco menos»– a la hora de relacionarse con la Administración y se ha dolido porque «en vez de valorarlo», el Estado «ha intentado hacer desaparecer una lengua mediante la imposición de otra en su obsesión por uniformizar».
El representante del PNV, el guipuzcoano Joseba Agirretxea, por su parte, le ha querido dar a su intervención un tinte más histórico. De hecho, ha comenzado brevemente en castellano para señalar que «los que se han marchado –en referencia a los diputados de Vox– son los que nos echaban de clase, nos multaban y nos metían en la cárcel por hablar en euskera», en alusión a la persecución en tiempos de la dictadura franquista. El aforado jeltzale, que ha utilizado citas de autores como Kirmen Uribe, ha ensalzado el esfuerzo de sus predecesores –«esto no sería posible sin su trabajo»– y ha arremetido contra la derecha por posicionarse en contra de la reforma. «¿A quién hace daño?», se ha preguntado de forma retórica.
El guion previsto inicialmente marcaba que hasta ahí llegaba el protagonismo del euskera en el pleno. Pero todo ha dado un vuelco de forma repentina cuando Borja Sémper se ha arrancado con un breve paréntesis en lengua vasca en su turno para argumentar la posición en contra del PP. «Tenemos una gran suerte, eso es verdad. España es una comunidad política, una nación, que comparte una lengua común, el castellano. Y porque al mismo tiempo mantiene vivas otras lenguas maternas», ha dicho en euskera en una intervención que llevaba preparada y que ha motivado de nuevo la marcha de los diputados de Vox que permanecían en sus escaños. 24 horas antes, el propio vicesecretario de los populares había desdeñado desde la sala de prensa de Génova el uso de lenguas cooficiales en el Congreso: «El PP nunca hará el canelo».
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