Iñigo Urkullu vivió ayer otra más de las sucesivas despedidas que viene protagonizando desde que el pasado noviembre la dirección del PNV apostó por relevarlo como candidato y designar en su lugar a Imanol Pradales. El todavía lehendakari pronunció su último discurso en un Aberri ... Eguna tras 16 años consecutivos haciéndolo, primero como presidente del EBB y después como inquilino de Ajuria Enea. «Mis primeras palabras de hoy las tengo claras: muchas gracias de corazón», arrancó antes de recibir la mayor de las ovaciones de la jornada por parte del público congregado en la Plaza Nueva de Bilbao.
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El que lleva siendo jefe del Ejecutivo autonómico desde diciembre de 2012 aprovechó su intervención ante este foro para reivindicar el legado que dejará a su sucesor tras las elecciones del 21 de abril. Respecto a hace doce años, indicó, «Euskadi es más nación, con más y mejor autogobierno, con más y mejores servicios públicos. Está mejor económicamente, contamos con un tejido industrial y empresarial más fuerte y competitivo, con una sociedad productiva y formada, más cohesionada, con más personas trabajando y cotizando que nunca, con menos pobreza, más igualdad y mejor convivencia que nunca».
Un balance triunfalista en el que Urkullu también destacó logros que han marcado sus tres mandatos, como la llegada de 14 nuevas competencias, la aprobación de 121 leyes, el impulso a la Macrorregión Atlántica y el desarrollo del protocolo de colaboración con Navarra. «Euskadi es una nación más avanzada y fuerte, más conocida y reconocida que hace doce años», ensalzó. Un progreso que atribuyó a toda la sociedad vasca y a su «gran auzolana para superar tiempos realmente difíciles», pero particularmente a su partido y su «sentido institucional en las aspiraciones de nuestro pueblo, construyendo de forma gradual, sin descanso, con gran esfuerzo y ambición».
El lehendakari, quien dijo haber sentido «día a día la confianza de la mayoría de la sociedad vasca», quiso que esta carta de presentación sirva para que el PNV vuelva a ser la primera fuerza política en los comicios pese a no figurar ya él como cabeza de cartel. «Pedimos la confianza en quien trabaja y cumple la palabra dada, no improvisa y gobierna para todos. Pedimos la confianza en el PNV», abundó. Urkullu animó a la familia jeltzale a «participar en la campaña con una visión positiva, con optimismo e ilusión». «Somos el partido de los hechos, el rigor, la estabilidad, la certidumbre, la convivencia y la palabra dada».
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