Miembros de GKS, el pasado lunes en una comparecencia en San Sebastián GKS

Los jóvenes disidentes de Sortu denuncian «despidos ilegales y amenazas de muerte»

GKS acusa a la izquierda abertzale de «ofrecer un relato manipulado» de los altercados y censura que su actitud «no denota madurez política»

iñigo fernández de lucio

Jueves, 9 de junio 2022, 12:47

El enfrentamiento que varios colectivos juveniles vinculados a la izquierda radical han protagonizado en las últimos meses no deja de escalar. La disidencia, encabezada por Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), acusó ayer a Ernai, las juventudes oficiales de la izquierda abertzale, de mantener contra ellos una ... campaña de «mentiras, difamaciones, exclusión social y mediática» e incluso denuncian «amenazas de muerte» y «despidos ilegales por motivos ideológicos». Señalan a EH Bildu y Sortu como responsables de la situación de tensión actual, que ha explotado en las últimas semanas, con demostraciones de fuerza por ambas partes, amenazas e incluso enfrentamientos violentos.

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De fondo se sitúa una pugna entre las diferentes facciones que componen las juventudes asociadas a la izquierda abertzale. Una ensalada de siglas, pero en la que predominan dos. Por un lado, Ernai, los oficiales, vinculados a Sortu. Enfrente, la Gazte Koordinadora Sozialista. Se trata de un grupo bien organizado, con gran capacidad de convocatoria y un discurso de ultraizquierda.

En los últimos meses, además, han cargado contra la «imposición» del pasaporte covid y apoyan de forma abierta a Vladímir Putin. También operan bajo la denominación de Kontseilu Sozialistak. Hay otras siglas, como Jarki (uno de sus militantes protagonizó un enfrentamiento con un miembro de GKS), ATA o Jardun, que engloba a toda una sopa de siglas de descontentos. Pero los principales actores de la tensión de las últimas semanas son GKS y Ernai (y otras siglas afines, como Gazte Asanblada, implicada en los incidentes de la semana pasada en San Sebastián ).

Los puntos de enfrentamiento son, básicamente, dos. Por un lado, el control por la hegemonía de las juventudes radicales de izquierda. Un campo en el que Sortu siempre se ha movido con comodidad, pero en el que en los últimos años están ganando terreno movimientos con un discurso comunista más que soberanista que reprochan a Bildu su «aburguesamiento». Es el caso de GKS y su órbita, como Ikasle Abertzaleak, con gran presencia en las universidades, especialmente en el campus de la UPV/EHU de Vitoria. Ya protagonizaron incidentes en la última huelga estudiantil. GKS también tiene presencia en los gaztetxes.

El segundo aspecto a tener en cuenta es más económico que ideológico: la posibilidad de colocar txosnas en las fiestas de los pueblos en verano, lo que supone una importante fuente de financiación.

«Violentos irracionales»

Es en este contexto en el que la tensión ha llegado a máximos. Ernai acusa a GKS de emplear una estrategia de «violencia organizada» contra ellos. Los «socialistas», por su parte, salieron ayer al paso y, en un artículo en 'Berria', denunciaron «vetos políticos en las txosnas, despidos ilegales por motivos ideológicos, agresiones físicas y amenazas de muerte». También les acusan de ofrecer «un relato interesado y manipulado» de los últimos altercados.

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«Esta situación de intoxicación es indicador de la apuesta política de EH Bildu y Sortu», continúa el texto. «Pretenden criminalizar la actuación de los comunistas para poder continuar con su estrategia de destrucción». Denuncian que la izquierda abertzale haya «caricaturizado» a los militantes comunistas, a los que presenta como «violentos irracionales». Todo ello, a juicio de GKS, «no denota madurez política» por parte de Bildu y Sortu.

La estrategia de los de Otegi pasa por marcar distancias. Representantes de Bildu han situado a GKS fuera de la izquierda abertzale, por lo que no habría «división» en el seno de sus juventudes. Pero la situación preocupa. También a los gobiernos vasco y central, que han realizado llamamientos a a arreglar las diferencias «por vías pacíficas y democráticas». Tanto GKS como Ernai insisten en estar dispuestos a dialogar, pero lo cierto es que advierten que «la situación es peligrosa y preocupante» y auguran un «verano caliente» si no se endereza.

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